Por lo general, nos atraen las mariposas de coloración o formas llamativas y pasamos por alto aquellas menos vistosas. Sin embargo, todas, sin discriminar sus características, cumplen una función en los ecosistemas que habitan. Son valiosos insectos polinizadores y un eslabón esencial en las cadenas y redes tróficas. Globalmente son reconocidas como  indicadores de calidad ambiental y especies sensibles al cambio climático.

Las mariposas nocturnas se les conoce también como polillas. Durante el día están inactivas, pero al ocaso empieza su actividad. Con frecuencia forman enjambres atraídos por las potentes luminarias de las esclusas. Entre las que llegan, muchas exhiben colores y diseños complejos. Sus formas extravagantes y texturas inusuales reproducen un efecto camuflaje que les brindan invisibilidad sobre fondos naturales. Esto se traduce en protección contra depredadores durante el día, cuando se ocultan inmóviles tratando de no llamar la atención, ataviadas como hoja seca o corteza de un árbol. Cada detalle en la anatomía, morfología y comportamiento de estos insectos tiene un propósito, muchas veces desconocido por la ciencia.

Entre las visitantes más conspicuas tenemos a dos importantes familias de polillas, las Satúrnidas (Saturniidae) y Esfíngidas (Sphingidae). Ambas ocupan nichos ecológicos similares dentro del mismo hábitat, mas no tienen competencia interespecífica.

Las polillas Satúrnidas tienen alas anchas y cuerpos grandes. Están entre las más grandes e impresionantes del mundo. Durante su breve etapa adulta no se alimentan, viven de sus reservas, se reproducen y mueren en menos de dos semanas. La hembra se aparea en su primera noche después de la metamorfosis y 24 horas después deposita el 40% de sus huevos. Esto da origen a eclosiones sincronizadas y explosiones poblacionales focalizadas que apreciamos en ciertas épocas del año.

Por otro lado, las polillas Esfíngidas se caracterizan por su aerodinámico diseño. Su estilizado cuerpo en forma de proyectil y alas compactas le confieren velocidad y precisión de vuelo. Durante la noche son muy activas en su alimentación. Con gran destreza maniobran entre el follaje y sustraen el néctar de las flores. Para lograrlo utilizan la misma técnica que el colibrí. No es coincidencia sino un ejemplo de evolución convergente. Las polillas de esta familia pueden vivir de semanas a meses, por lo que depositan sus huevos en periodos y cantidades más espaciados.

A continuación, un pequeño mosaico de mariposas nocturnas del Canal, rindiendo honor a nuestro verde Panamá y su legendaria abundancia de mariposas.