Billetes de lugares recónditos, medallas de la armada estadounidense, monedas conmemorativas, e incluso un modelo a escala de 1905 que detalla cómo sería el Canal y la ciudad de Panamá si se hubieran seguido las propuestas del ingeniero civil Lindon Wallace Bates (con un relleno gigantesco alrededor del Casco Antiguo, y un rompeolas desde Paitilla hasta la isla de Perico). Esto fue una pequeña muestra de las curiosidades exhibidas en la feria de Numismática, Memoria y Canal, organizada por la Asociación Numismática de Panamá, el Banco Nacional y el Canal de Panamá, celebrada del viernes 14 al domingo 16 de abril en el Centro de Capacitación Ascanio Arosemena.

Los expositores enfocaron sus esfuerzos en resaltar las colecciones de piezas relacionadas al Canal y su historia, pero el principal norte del evento fue el de convocar a jóvenes para que conocieran más sobre el intrincado mundo de la numismática (el coleccionismo de monedas y otros objetos relacionados). El día de la inauguración, se recibió la visita de estudiantes de centros educativos como el Fermín Naudeau y Nuestra Señora de la Merced. En las charlas, se resaltó que la numismática de nuestro país es muy rica, llena de historias y también de misterios por resolver. “Panamá llegó a tener la moneda más grande y la más chica del mundo” afirma el ingeniero Eduardo Lay, presidente de la Asociación Numismática, durante su presentación: “Curiosidades Numismáticas de Panamá”, al hacer hincapié en la moneda de 20 dólares de 1971, que fue la más grande del mundo, y “la pildorita” de 1904, con un valor de 2 ½ centésimos y que media solo 10 milímetros y que fue la más pequeña.

Luego de cada charla se invitaba a los asistentes a pasar por las exhibiciones. Una de las más concurridas era la del Banco Nacional que presentaba monedas conmemorativas para la venta como, por ejemplo, de la campaña de la Cinta Rosada y de la Jornada Mundial de la Juventud. Para Flor de Hoyos, gerente de área de Administración de Valores en Custodia y Numismática, la feria “superó las expectativas en términos generales y la concurrencia fue excelente”.

“Mi pasión es el Canal de Panamá” señala de entrada Nikolas Liakopulos, miembro de la Asociación Numismática de Panamá, quien es coleccionista desde que tenía ocho años. Él fue el expositor de la charla: “Monedas raras de la República de Panamá”, en el que se resaltó que en Panamá, entre los años 1580 y 1583, se acuñaron monedas y que algunas de ellas han sido descubiertas en lugares tan distantes como Madagascar.

En una feria dedicada a piezas del Canal de Panamá es a todas luces evidente que las monedas del hospital de leprosos de Palo Seco son uno de los principales focos de atención. Son importantes “por lo que eran, como era un hospital de leprosos y esa enfermedad desapareció, muchas de esas monedas se botaron y son raras”, señala Liakopulos. Otra pieza significativa es la medalla Roosevelt, otorgada a las personas que trabajaron por más de dos años en la construcción del Canal de Panamá. Hay en exhibición una medalla otorgada a un trabajador que laboró durante los diez años que duró la construcción del Canal, y esto la convierte en una pieza única que fue constantemente admirada por los expertos numismáticos.

Algo que no faltó en la feria fue el toque de camaradería entre todos los asistentes. Esto ayudaba a promover las tertulias sobre las historias que cada objeto escondía. Liakopulos se despide de nosotros señalando que “ser numismatico y filatelistasta es tener amor y pasión por el conocimiento”, y es básicamente en eso en lo que se convirtió la feria: en una fiesta del conocimiento.