Brincan por todas partes, desde los interminables herbazales a lo largo del Canal hasta los pastizales y bosques de las cuencas oriental y occidental. Estos inquietos insectos saltarines pertenecen a una categoría llamada Orthoptera, que incluye tanto grillos como saltamontes.
En general, los grillos tienen cuerpos alargados, al igual que sus finas antenas. Los saltamontes, aunque también son alargados, tienen cuerpos más robustos y antenitas más cortas. Sin embargo, en el lenguaje popular se les llama grillos o saltamontes indistintamente.
Algunos son coloridos, mientras otros poseen un mimetismo idóneo para confundirse con su entorno. A veces parecen hojas verdes o secas, o la corteza de un árbol. Poseen un par de ojos compuestos, dos antenas, tres pares de patas y alas plegables que les permiten volar.
Los machos tienen la habilidad de producir sonidos para atraer a las hembras. La característica más notable de este grupo de insectos son sus patas traseras grandes y musculosas que están adaptadas para el salto largo. Siempre están alertas y ante cualquier amenaza evaden a sus depredadores saltando rápidamente.
Somos alimento
Los grillos y saltamontes se encuentran en la base de la cadena alimenticia. Brindan alimento a importantes grupos de depredadores quienes dependen de ellos para subsistir, entre ellos están: aves, lagartijas, ranas, zarigüeyas, gatosolos, mapaches, monos, murciélagos y arañas, entre otros.
Mayormente son vegetarianos y desempeñan un rol en la polinización, especialmente en estratos bajos del bosque. Poseen un aparato bucal masticador provisto de fuertes mandíbulas cortadoras. Al alimentarse de hojas, también actúan como reguladores de poblaciones de plantas no deseadas tipo malezas o hierbas invasivas… en consecuencia, ayudan a mantener la salud del bosque.
Su dieta varía según la especie, algunos tienen hábitos alimenticios ligados a plantas que existen en ciertos hábitats. Eso crea una interdependencia que les otorga valor a su uso como bioindicadores para detectar variaciones o perturbaciones ambientales, y conocer el estado de conservación de estos hábitats. Además de los grillos, también se utilizan como bioindicadores otros insectos, entre los que figuran las mariposas, libélulas y abejas.
Amenazas que enfrentan
Entre las principales amenazas que enfrentan los grillos están: la deforestación, la pérdida de su hábitat por la expansión de actividades agrícolas, el uso intensivo de insecticidas y herbicidas, y los fuegos forestales que surgen mayormente durante la estación seca.
Además, si el cambio climático aumenta la temperatura y las sequías, podrían presentarse cambios importantes en los hábitats de los grillos y afectar gravemente a esta y otras especies.
En la naturaleza todo lo que ocurre está interconectado. Una alteración, disminución o desaparición de la población de grillos u otros insectos, afecta directamente a otras especies que dependen de ellos como base de su alimentación. En consecuencia, se crea un impacto directo en la biodiversidad, lo que conlleva a daños irreversibles y desequilibrio del ecosistema.
A nivel global es posible que estos cambios ya afecten a especies de grillos y a otros insectos. Un estudio de la Unión Europea y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza reveló que más del 25 % de las especies de grillos de Europa están amenazadas o en peligro de extinción.
¿Cómo sobreviven?
Según información recabada a partir de fósiles encontrados, los primeros grillos primitivos existieron en el periodo Carbonífero, cuando deambulaban entre bosques de gigantescas plantas de helechos, licopodios, musgos, equisetos, cicas, coníferas primitivas y otras plantas con semillas. Al presente se calcula que existen más de 25,000 especies en todo el mundo, ocupando casi todos los hábitats terrestres, especialmente en regiones tropicales.
Los grillos y saltamontes, aunque a menudo desapercibidos por el ojo común, son objeto de estudio por diversas razones. En primer lugar, su comportamiento, biología y diversidad resultan tan interesantes que son utilizados por investigadores a manera de modelos para estudiar diferentes disciplinas, como bioacústica, ecología química, ecología evolutiva y especiación.
En segundo lugar, estos insectos son elementos esenciales en los ecosistemas forestales. Paralelamente, ciertas especies de grillos y saltamontes se destacan por su potencial como fuente de proteínas para el consumo humano, una práctica que ya es común en algunas regiones. Por otro lado, especialistas en el tema nutricional mencionan que podrían ser de utilidad en la elaboración de piensos para el ganado y otros animales, siempre y cuando se mantenga un enfoque de sostenibilidad ecológica.
Conservación de los grillos
Los insectos en general desempeñan un papel fundamental y mantienen un equilibrio dinámico en los ecosistemas de nuestros bosques tropicales. Al diseñar actividades de conservación de la fauna, es crucial incluir inventarios de las especies encontradas. Estos inventarios nos permiten identificar a los individuos más vulnerables y desarrollar estrategias más efectivas para su protección y conservación.
La tarea de conservar los ecosistemas y proteger la biodiversidad representan uno de los desafíos más significativos en términos ambientales. Comprender de manera más profunda el papel que desempeñan los grillos en estos ecosistemas nos permite implementar acciones adecuadas para preservar un entorno natural sostenible y saludable. Y como valor agregado, continuar disfrutando del inconfundible canto de los grillitos al anochecer: cri-cri, cri-cri, cri-cri…