Después de cuatro años de hitos y nuevos retos, la ampliación ha superado todas las expectativas, generándose un impacto significativo tanto en los tránsitos como en el tonelaje por la ruta panameña
De acuerdo con Silvia de Marucci, gerente de la división de Análisis de Mercado y Relaciones con Clientes del Canal de Panamá, a través de los años se ha notado que “los clientes están utilizado las nuevas esclusas y ha habido una migración de los buques de menor tamaño hacia buques de mayor tamaño, que era lo que estábamos esperando”.
“A través de los años las esclusas neopanamax han ido ganando participación en el Canal. Han pasado de tener un 8 % en los tránsitos, en el 2016, a abarcar alrededor de 27 % hoy día. En términos de tonelaje es aún mayor. Ahora la esclusa neopanamax aporta alrededor de más del 50 % del tonelaje e igualmente en ingresos”, añadió.
En el año fiscal 2019 los ingresos del Canal y las toneladas transitadas crecieron a una tasa anual compuesta de crecimiento de 8 % y 7.8 %, respectivamente, desde el año fiscal 2017, tras el inicio de operaciones del Canal ampliado.
Como resultado de las nuevas esclusas, el Canal alcanzó un total de 469.6 millones de toneladas CP/SUAB, es decir, 6.3 % más que el año anterior, para un total de $108 millones más en ingresos de tránsito.
Confianza es la clave
Las cifras son reflejo de la confianza que la industria ha puesto en el Canal de Panamá. Nuevas rutas y nuevos tipos de buque, como los de Gas Natural Licuado (LNG), empezaron a transitar por la ruta ampliada.
El impacto es palpable en las cifras más recientes. Los buques de GNL y Gas Licuado de Petróleo representaron el 14 % y 24 %, respectivamente, de los tránsitos por las nuevas esclusas al mes de mayo de 2020.
La ampliación del Canal también ha tenido un efecto multiplicador en las economías locales y globales, ya que los puertos en distintas partes del mundo como en Estados Unidos, están invirtiendo en su infraestructura para acomodar la afluencia del tráfico de neopanamax por el Canal ampliado.
Brian E. Clark, jefe de operaciones de la Autoridad del Puerto Estatal de Carolina del Norte, señaló que “nuestro equipo y la Junta Directiva reconocieron la importancia de mejorar nuestra infraestructura para apoyar a los buques en crecimiento capaces de llegar a los Estados Unidos después de la expansión del Canal de Panamá, en 2016”.
En tanto, Jan Hoffmann, director de Comercio y Logística de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), dijo en un reciente foro virtual organizado por la revista Panorama Marítimo y Logístico, que “el Canal de Panamá ampliado ha dado lugar a cambios en los patrones de servicio”.
De acuerdo con Hoffman, debido a la ampliación “el índice de conectividad marítima para países y puertos en Nueva York, Nueva Jersey y Savannah, en la Costa Este de América del Norte, crecieron en más de 20 % desde 2016”.
Pero ¿qué habría sido del Canal sin la ampliación como la conocemos?
Para Silvia de Marucci “la ampliación ha sido crucial para poder capturar mercado, sin esa ampliación el Canal hubiera perdido relevancia como ruta internacional”.
El papel de la ampliación del Canal también ha sido relevante para encarar tiempos de incertidumbre como los que experimentamos con la pandemia del nuevo coronavirus en el mundo.
El impacto de dicha pandemia empieza a reflejarse en las operaciones del Canal de Panamá, como parte de los efectos que se venían percibiendo en el comercio marítimo mundial.
De acuerdo con cifras oficiales, el mes de mayo cerró con un total de 937 tránsitos, una reducción de 21% con respecto a lo proyectado al principio del año fiscal en octubre de 2019.
Aunque se estima que la recuperación de la pandemia en el comercio marítimo mundial será lenta, el Canal de Panamá seguirá trabajando con sus clientes para para anticiparse a sus necesidades y asegurar que las operaciones continúen de forma eficiente y competitiva.