Los 10 primeros años del proceso de transición dentro del Canal de Panamá (1979-1989) estuvieron marcados por tensiones entre panameños y estadounidenses, en parte debido a la implementación de la polémica Ley 96-70 de 1979 y a la resistencia de algunos trabajadores estadounidenses —sobre todo zoneítas —frente a los cambios derivados de los Tratados Torrijos-Carter.
Si bien los panameños lograron ciertas conquistas durante la primera etapa de transición, como la eliminación de la doble escala salarial impuesta por la gobernación de la Zona del Canal antes de su extinción, los avances más significativos se materializaron en la segunda mitad (1990-1999), conocida como la “etapa panameña”.
Nuevos aires en el proceso de transición
Aunque la segunda etapa debía iniciar con la designación de un administrador panameño para la Comisión del Canal de Panamá a partir del 1 de enero de 1990, se nombró interinamente a Fernando Manfredo Jr. (quien había fungido como subadministrador de la entidad) para este cargo debido al delicado contexto político producido por la invasión militar estadounidense a Panamá. No fue hasta septiembre del mismo año que fue designado oficialmente el primer administrador panameño en la historia del Canal de Panamá: el ingeniero Gilberto Guardia Fábrega.
También fue clave para la agilización de este proceso la elección de Bill Clinton como presidente de los Estados Unidos en 1993, dado que el nuevo mandatario tenía una postura distinta sobre Panamá y el Canal, a diferencia de sus predecesores (Ronald Reagan y George Bush padre) quienes se oponían a los Tratados Torrijos-Carter. Durante su mandato, Clinton colaboró con la flexibilización de la Ley 96-70, transformando a la Comisión del Canal de Panamá de una agencia federal a una corporación lo cual permitió que la junta directiva tuviera una mayor autonomía económica y no dependiera en exceso de la aprobación del órgano ejecutivo para tomar decisiones.
Panamá se prepara para recibir el Canal
Paralelamente a estos cambios en los Estados Unidos, en Panamá se llevaron a cabo varias acciones para recibir el Canal en óptimas condiciones. Por ejemplo, en 1993 se estableció la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a través de una reforma constitucional y mediante la Ley Orgánica No. 19 de 11 de junio de 1997, y su creación dio un gran paso en el camino hacia la transferencia pues esta entidad estaría encargada de recibir y administrar el Canal a partir del nuevo milenio.
Creada esta entidad, y con las modificaciones a la Ley 96-70, se autorizó la transferencia de fondos de la Comisión del Canal de Panamá a la Autoridad del Canal de Panamá. Además, se ofreció asistencia, personal y espacios de oficina y materiales de una entidad a otra para realizar una transferencia imperceptible y organizada para los ciudadanos de ambos países y los clientes de la ruta interoceánica. Asimismo, para cumplir con la responsabilidad adquirida por Panamá de administrar el Canal a partir de 1999, fue fundamental el énfasis que se le dio a los programas de entrenamiento.
Estos programas tenían el propósito de cumplir otro de los objetivos del Tratado del Canal, “panameñizar” la ruta. Por eso, se continuó con los programas ya existentes —como el Programa de Aprendices— y se crearon otros para perfilar a ciertos trabajadores para ejercer puestos gerenciales ocupados por estadounidenses. Gracias a estos programas, la cantidad de trabajadores panameños pasó de 69 % en 1979 a 85 % en 1989 y, finalmente, 96 % en 1999 para la fecha de la transferencia, cumpliendo con lo pactado en el Tratado del Canal.
La recta final
A pesar de la incertidumbre inicial sobre la capacidad de Panamá de administrar el Canal debido a la inestabilidad política, social y económica que se vivió durante la primera etapa de la transición, en los años noventa se evidenció un arduo trabajo por parte de los panameños dentro de la Comisión del Canal en demostrar lo contrario.
Por este motivo, tanto la creación de la ACP, como los programas de entrenamiento y el programa de modernización de la infraestructura de la vía fueron cruciales para la exitosa transferencia del Canal a manos panameñas.
El mediodía del lluvioso viernes 31 de diciembre de 1999 marcó otro hito en la historia del país. Luego de más de cincuenta años de luchas y veinte años de preparación para este momento, Panamá era soberana sobre todo su territorio, y recibía el Canal junto con los nuevos desafíos que debía enfrentar en el nuevo siglo.
Si quieres conocer más sobre la transición y transferencia del Canal, te invitamos a visitar el Museo del Canal Interoceánico, abierto de martes a domingo de 9:00 a. m. a 6:00 p. m. frente a la Plaza de la Independencia del Casco Antiguo de Panamá.