Entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, Simón Bolívar llamó a las recientes repúblicas hispanoamericanas a una reunión en Panamá. Fue una quimera que se denominó Congreso Anfictiónico.
Bolívar tuvo la visón de crear una confederación de los pueblos iberoamericanos, desde México hasta Chile y Argentina, en este encuentro. Se hicieron presentes representantes de Colombia, conformada por Panamá, Venezuela, Ecuador y Colombia; México, Perú y la República Federal de Centro América, mientras que Gran Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro, a título personal.
Para Simón Bolívar, el Congreso era un sueño desde 1815 cuando dijo desde Jamaica: “¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuera para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!… Ojalá que un día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso…”. Bajo esta perspectiva, Bolívar anhelaba el entendimiento entre todos los países y buscaba la unidad del continente. También vio el potencial de un canal de agua por Panamá, generando, junto con otros, las primeras exploraciones por nuestro territorio.
La instalación del Congreso ocurrió en medio de las conquistas independentistas en Hispanoamérica, tras la liberación del Alto Perú (actual Bolivia) por parte del propio Libertador y del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.
¿Por qué unir las nuevas repúblicas independientes?
La idea de Bolívar era fortalecer la cooperación entre las nuevas repúblicas y dejar atrás la destrucción y muerte que provocó la lucha por las independencias. Gravitaban sobre las nuevas naciones amenazas por las nuevas e inexpertas administraciones, anarquía interior, posibles invasiones de reconquistas europeas, la voracidad del imperio británico y de los Estados Unidos de Norteamérica, especialmente. La agenda del Congreso trató de afianzar la independencia de los nuevos Estados, incluyendo aspectos de seguridad interna y no intervención, la igualdad jurídica entre toda la nación y establecer relaciones entre los Estados mediante un Congreso plenipotenciario permanente, al igual que garantizar una reforma social sobre la base de la libertad y la paz.
El Congreso Anfictiónico de Panamá fue, a la vez, la culminación del máximo sueño de Bolívar y el comienzo de su fracaso. Esta magna asamblea debía fundamentar una gran nación que, por extensión, población y riquezas naturales jugarían un papel de primer orden en el mundo. Frente a la gran capacidad visionaria del Libertador, se opuso la mirada corta de oligarquías regionales de latifundistas y comerciantes supeditados a los capitalistas extranjeros.
Los acuerdos a los que aspiraba Bolívar en el Congreso no llegaron a feliz término por diversas razones: la juventud de las nuevas repúblicas, la ausencia de solidez económica, y problemas limítrofes. A pesar de lo anterior, el Libertador se enfocó en la creación de la Confederación de Los Andes (Colombia, Perú y Bolivia) para oponerse a la política imperialista de Estados Unidos y a las clases dominantes.
¿Dónde se llevó a cabo el Congreso?
La sala capitular del Convento de San Francisco fue seleccionada por el gobierno departamental para acoger las deliberaciones del Congreso Anfictiónico, hoy parte del Palacio Bolívar, sede de la Cancillería panameña. El lugar está considerado por la UNESCO como parte del Patrimonio de la Humanidad desde el año de 1997, cuando todo el conjunto del Distrito Histórico y el sitio de Panamá Viejo fueron declarados bajo dicha denominación.
Las actas originales del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826 -que constan de 15 páginas- fueron traídas desde Itamaraty, Brasil, a Panamá, en el año de 1976. Este legado histórico fue restaurado por el Museo del Canal Interoceánico mediante un acuerdo entre dicha institución y Cancillería.
¿Qué tiene que ver la hoy plaza Bolívar con esta memoria?
Uno de los tantos incendios que asolaron la ciudad de Panamá en 1756 dejó libre un espacio baldío en San Felipe sobre el cual no se volvió a construir edificio alguno. Entonces, por la influencia del Convento Franciscano, el espacio se conoció como plaza de San Francisco. En el centenario del Congreso Anfictiónico en el año de 1926, el gobierno de Panamá, en acuerdo con los países hispanoamericanos, ordenó la construcción de un conjunto escultórico y granito para recordar la fecha. La escultura fue encargada al artista español Mariano Benlliure, quien lo describió así: “Dos frentes compuestos por la figura de Bolívar, aislada en el frente y enarbolando las banderas de Argentina, Chile, Bolivia y Colombia en la parte posterior, acompañadas por relieves que representan la emancipación de esclavos, la proclamación de la libertad, el grito de independencia americana y el paso por la cordillera de los Andes. Son parte del conjunto escultórico, dos figuras alegóricas de la Libertad y la Victoria que estrechan sus manos en la parte superior, bajo un cóndor que despliega sus alas para emprender el vuelo, símbolo de América del Sur”. El ingeniero panameño Julio Poyló supervisó las obras.
¿Cómo interpretamos este evento?
El eco del Congreso Anfictiónico resuena hoy en el mundo entero. Su convocatoria y celebración en Panamá es el antecedente inmediato del multilateralismo y la creación de organizaciones como la Organización de Estados Americanos, la Organización Panamericana de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas, entre otros organismos de ese mismo carácter. El término anfictionía evoca la confederación de las antiguas ciudades griegas, para asuntos de interés general.
Ecos anfictiónicos
El doctor Aristides Royo, actual presidente de la Junta Directiva del Canal, y actor en la firma y ejecución de los Tratados Torrijos- Carter, expresa que “si la convocatoria del Congreso de 1826 fue importante para la defensa del hemisferio que acababa de sellar su independencia de la metrópoli española, el hecho internacional más relevante fue la creación de la denominada Gran Colombia, que unió a tres naciones en una sola”. Adicionalmente, afirma que “América Latina dista mucho de lograr una unión parecida a la europea, pero gracias a esa reunión celebrada en Panamá en 1826 y conocida como Congreso Anfictiónico, surgieron tratados internacionales y sólidos vínculos que cristalizaron en el Derecho Internacional Americano”.