Poco después de concluidos los trabajos de mantenimiento, llegaba el momento de poner a prueba la funcionabilidad de las 14 compuertas del vertedero de Gatún, en el sector Atlántico del Canal de Panamá, en la provincia de Colón. Era una mañana de principios de octubre, mes que los hidrólogos de la Vicepresidencia de Administración del Recurso Hídrico marcan cada año en su calendario de tareas obligatorias: las pruebas operativas de las 14 compuertas de esa represa.
Las pruebas, con carga hidráulica, tienen el objetivo de verificar la disponibilidad operativa de estas estructuras y garantizar que de requerirse hacer vertidos preventivos o de emergencia durante la temporada de inundaciones, estos se ejecuten según lo programado. Se llevan a cabo en un término de 2 horas y 45 minutos. Con cronómetro en mano, cual tomador de tiempo en las pruebas clasificatorias de la Fórmula 1.
Tras el último sonido de sirena que se escucha en todas las instalaciones y alrededores, a las 9:00 a.m. comienzan las pruebas con la apertura de las compuertas G10 y G14.
“Si se prevé que se tenga un aporte excesivo, grandes tormentas o precipitación extraordinaria, tenemos que desalojar agua, y es en ese momento en que las compuertas entran en funcionamiento y en criterio de que nos respondan en el momento en que se necesitan”, dice a El Faro, Daniel Muschett, vicepresidente de Administración del Recurso Hídrico, del Canal de Panamá.
Añade que entre finales de septiembre y principios de enero de cada año, época que los hidrólogos del Canal han denominado: Temporada de Control de Inundaciones, se produce mayor precipitación en la cuenca hidrográfica; por lo que anualmente se hacen las pruebas de las compuertas de los vertederos, “porque hay que estar seguros de que al momento de la urgencia, funcionen adecuadamente”.
Explica que se prueban todas las compuertas. En esta ocasión fueron probadas nueve consecutivamente y el resto de forma individual hasta llegar a las 14, en una secuencia determinada, para poner a prueba la seguridad de la represa, la estructura de la casa de máquinas que está aguas abajo y los controles de descarga en la parte baja del río Chagres abajo.
“Esto ha permitido que hayan funcionado bien; que se ha podido conjugar el manejo hidráulico de uno a otro extremo de la represa para proteger estas estructuras que tienen más de cien años, pero siguen funcionando gracias a trabajos que como estos, verifican operatividad, además del mantenimiento que se requiere de todo el equipo que hace funcionar las compuertas de la represa”, subraya Muschett.
Los disipadores de energía
¿Por qué las compuertas se abren en forma alterna y no en secuencia numérica? La razón es de peso y volumen. De abrirlas en orden numérico o al azar, la corriente de agua correría sin control y anegaría el cuarto de máquinas de la planta hidroeléctrica, o bien, causaría daños estructurales. Entonces, se trata de “cortar” el paso del agua con más agua. Para ello, en la parte de descarga de la presa, se cuenta con disipadores de energía, que son unos enormes bloques de concreto ubicados de manera estratégica para que la corriente de agua choque, se esparza, y corra de forma controlada.
En las primeras seis secuencias, se abrieron nueve compuertas, de dos en dos las primeras ocho, y luego solo una. Todo ello se hizo en un tiempo de 50 minutos. A continuación fueron cerradas siete compuertas, y luego se abrieron tres y cerraron cuatro, hasta quedar un máximo de tres compuertas abiertas, luego solo una.
Bordeando el mediodía termina la prueba, con la satisfacción del equipo de hidrólogos y técnicos de que si se hace necesario el vertido controlado de agua en esta temporada lluviosa, se desalojará el excedente, evitando poner en riesgo las comunidades asentadas aguas abajo, al igual que a los trabajadores, las instalaciones del Canal y la operación de tránsito de buques por la vía acuática.
“Ha funcionado bien. Se cumplió el objetivo de la prueba, y tanto el personal que opera las compuertas como los que evalúan los niveles y requisitos de desalojo en esta época, pueden estar satisfechos”, concluye el líder del grupo de Administración del Recurso Hídrico.