¿Cuál es la responsabilidad social del Canal de Panamá? Es la plena conciencia de su simbiosis con la sociedad, economía y ambiente. Desde el 31 de diciembre de 1999, la institución canalera pasó de funcionar como una entidad foránea a ser uno de los principales impulsores de progreso para el país.
En el aspecto económico y más allá de los aportes al tesoro nacional, los impactos de la vía interoceánica benefician a múltiples instituciones, agencias del gobierno y de la sociedad civil, así como a las industrias conexas con el transporte marítimo. El aprovechamiento comercial de la posición geográfica ha tenido momentos cumbre: la puesta en marcha de los Tratados Torrijos-Carter en 1979, la transferencia final de Canal a manos panameñas en 1999 y la inauguración del Tercer Juego de Esclusas.
El cuidado de la cobertura boscosa de la Cuenca Hidrográfica del Canal pasó a ser una prioridad: la ciencia ha demostrado que la salud de las comunidades, la fauna y la flora de sus 3,313 kilómetros cuadrados es la clave para que abunde el agua. Ciencia que nos alerta de cambios climáticos drásticos y que nos impulsa a llevar el pensamiento científico a su máximo nivel. Esta responsabilidad ambiental asegura agua para el consumo de la mitad del país y la vigencia de su tránsito de buques.
La clave de este proceso es la innovación, como bien ha señalado el historiador Omar Jaén Suarez en sus obras. El Canal de Panamá ha sido pionero en la implementación de tecnología en el Istmo con maquinaria exclusiva e ingeniería de alto nivel, y la mano de obra especializada que la mantiene. La vía guarda la memoria de sus errores y aciertos para mejorar sus prácticas y afirmar sus valores. Esta responsabilidad histórica protege el patrimonio documental y monumental del país.
Así como la ciencia de la responsabilidad social empresarial ha pasado de hacer a ser a nivel mundial, así también debemos ir más allá de ver al Canal de una mera caja de aportes directos, a entenderlo como una empresa del Estado panameño que contribuye con el desarrollo del país mediante acciones concretas como la conservación y administración del agua, el desarrollo de las comunidades de la Cuenca, la atracción del turismo y proyectos de reforestación a lo largo del territorio nacional, entre otras.
La influencia del Canal de Panamá en la sociedad panameña es su máxima responsabilidad. En esta edición de El Faro, exploramos como la planificación estratégica del Canal persigue objetivos basados en la ciencia para aportar al bienestar del país y de sus habitantes.
Marianela Dengo de de Obaldía
Vicepresidenta de Comunicación e Imagen Corporativa