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¿Han cruzado los Manatíes antillanos al Océano Pacífico?

Hace más de medio siglo, un grupo de manatíes de Bocas del Toro fue trasladado al lago artificial Gatún para controlar la abundancia de plantas acuáticas y por razones de salud pública. ¿Dónde están ahora?

Por: Leila Nilipour – Tomado del Smithsonian Magazine

Hace más de medio siglo, un grupo de manatíes de Bocas del Toro fue trasladado al lago artificial Gatún para controlar la abundancia de plantas acuáticas y por razones de salud pública. ¿Dónde están ahora?

A mediados de los años sesenta, la Dirección de Salud de la Compañía del Canal de Panamá (PCC) trajo manatíes (Trichechus manatus manatus) para poblar el reservorio de agua del Canal y controlar la proliferación de plantas acuáticas.

A mediados de los años sesenta, casi 50 años después de la creación del lago artificial Gatún para las operaciones del Canal de Panamá, la Dirección de Salud de la Compañía del Canal de Panamá (PCC) trajo manatíes (Trichechus manatus manatus) para poblar el reservorio.

Las plantas acuáticas, como el lirio acuático (Pontederia crassipes), se habían vuelto abundantes y las autoridades sanitarias temían su potencial como criadero de mosquitos transmisores de enfermedades. Los manatíes, como se había probado en Guyana, eran una especie que podría ayudar a controlar el problema.

El primer manatí que voló al Canal de Panamá no era del Caribe, como estaba previsto. Era un manatí amazónico macho (Trichechus inunguis) de Perú. Otros nueve manatíes fueron transportados desde la provincia de Bocas del Toro en el noroeste de Panamá en aviones de carga C-47.

Los dos primeros eran hembras, lo que generó la expectativa de mestizaje, ya que “el hecho de que las nuevas incorporaciones fuesen hembras dio a los expertos en manatíes de la Oficina de Salud la esperanza de una futura explosión demográfica en la laguna de manatíes…”, según un nuevo artículo publicado en Marine Mammal Science.

Pronto, otros individuos de T. manatus manatus fueron trasladados en avión, incluida una hembra preñada. Para fines de 1965, once manatíes se alimentaban libremente por todo el Canal de Panamá después de que la cerca en el área semicerrada donde habían sido colocada “La laguna manatí” se rompió. Más de 50 años después, en el 2020, se avistó un manatí cerca de las esclusas de Miraflores, al oeste en el lado Pacífico del istmo, lo que provocó búsquedas aéreas y acuáticas que no tuvieron éxito.

Este hecho llevó al ecólogo marino Héctor M. Guzmán y a la bióloga marina Candy K. Real, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, a preguntarse: “¿han entrado los manatíes antillanos al océano Pacífico Oriental?”. En otras palabras, ¿ha cruzado un mamífero marino nativo del Caribe a un hábitat desconocido, uno en el que no ha vivido durante varios millones de años? La respuesta es posiblemente sí. Desde 1977, se han reportado más de 50 avistamientos entre el lago Gatún y las esclusas de Miraflores, ubicadas cerca de la entrada del Pacífico al Canal de Panamá.

Si bien el programa de manatíes para controlar el crecimiento de plantas acuáticas se abandonó poco después de su creación, dado que se necesitarían miles de manatíes para lograr un impacto real, los animales continuaron siendo censados en lo que eventualmente se convirtió en la Autoridad del Canal de Panamá. En el 2015, luego de un censo aéreo, se estimó una población de entre 20 a 25 manatíes en el lago Gatún.

“Aunque el posible paso se basa en un solo avistamiento en septiembre del 2020 realizado desde un petrolero, la idea no es descabellada”, dijo el biólogo Martín Mitre, del Canal de Panamá. “Los manatíes, aunque pequeños en número, se mueven libremente por el lago y algunos podrían pasar por las esclusas”.

Según Guzmán y Real, se desconoce si otros manatíes pudieran haber pasado al océano Pacífico. Sin embargo, es posible. También es mejor evitar que más de ellos se crucen a través de diferentes opciones de gestión y manejo.

“Lo ideal sería capturar a los animales para evitar que crucen al Pacífico, con tres opciones: devolverlos a su región natal (Bocas del Toro), aislarlos dentro de una laguna segura del Canal para que sirvan para educar y promover el turismo, o una combinación de ambos”, dijo Guzmán.

“Pero para eso, primero debemos terminar de evaluar el tamaño, la distribución y la genética de la población actual del Canal. Debemos apoyar a la ACP, que lamentablemente heredó este error histórico”.

Agradecemos a la Autoridad del Canal de Panamá por el consentimiento para publicar este primer registro y por otorgar el permiso para investigar el estado y distribución de la población. Un agradecimiento especial a los capitanes de Piloto Eric Hendrick y el capitán Ivo Quiroz Jr., Daniel Muschett, Ángel Tribaldos y Ángel Ureña por la asistencia y el apoyo logístico.

La autora, Leila Nilipour, es divulgadora científica. Texto publicado originalmente en inglés en Smithsonian Magazine y traducido por Sonia Tejada.

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