Los seres humanos nos esforzamos en imaginar un futuro mejor y esa motivación mueve los grandes cambios en el mundo. Para los panameños, el Canal de Panamá representa la sostenibilidad de ese futuro. Un sencillo análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) puede esclarecer cómo lograremos que ese futuro próspero se convierta en acciones claras que tomamos hoy.
La fortaleza del Canal de Panamá es su compromiso con el desarrollo sostenible de su cuenca hidrográfica a través de la ciencia y su enfoque en el mantenimiento constante de su infraestructura y fuerza laboral. El Canal ha establecido una Estrategia de Desarrollo Sostenible y Descarbonización (EDSD) denominada “Ruta Verde 2050″, cuyo objetivo principal es guiar las acciones futuras para que potencien los impactos positivos y disminuyan los negativos.
La oportunidad más grande está en la juventud. En esta edición de El Faro, veremos cómo la inversión en la Red de Jóvenes de la Cuenca del Canal amplifica el valor más importante de la vía interoceánica: el agua de Panamá.
La debilidad que nos aqueja nos lanza a la acción. Los embalses Gatún y Alhajuela sostienen el tránsito de más de 14,000 buques al año y producen agua para la mitad de la población; y nuevas fuentes de almacenamiento se hacen imperativas. Ante esta situación, el Canal de Panamá firmó un contrato con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés) para servicios de consultoría y asesoría técnica para el Programa de Proyectos Hídricos, cuyo objetivo es lograr un sistema optimizado de administración de agua, enfocado en abastecer de este recurso a la población y a la vía acuática.
En torno a la amenaza que representa la variación climática, debemos reflexionar en nuestras expectativas de futuro. ¿Comprendemos que los fenómenos climáticos afectan, no solo la operación del Canal de Panamá, sino a todas las actividades productivas del país? ¿Seremos meros espectadores o participaremos activamente en la resiliencia de Panamá?