El Ñeque es un particular roedor residente de los sotobosques de la cuenca del Canal. Se refugia en madrigueras que escarba en el suelo o entre raíces de árboles. Es algo tímido y generalmente solitario. Puede habitar en bosques perturbados y no le incomoda algo de actividad humana.
Se alimenta de raíces, tubérculos, frutos variados, brotes, hongos, y un repertorio de semillas silvestres, especialmente corozos. Es capaz de identificar el ruido que hacen a lo lejos los frutos cuando caen desde las alturas y golpean el suelo, esto los atrae a la fuente de alimento. Come apoyado en sus patas traseras mientras sostiene la comida con las delanteras.
Es un dinámico reforestador de los bosques. Participa en los procesos intrínsecos de mantenimiento y renovación de diversidad de especies en las comunidades de plantas.
Tiene la práctica de enterrar el exceso de semillas para comerlas en otro momento. Luego de un tiempo, si no son ingeridas, las semillas nacen y arraigan exitosamente en el suelo, desarrollándose así nuevos árboles. El ñeque trabaja como ingeniero forestal, participa activamente en la dinámica del bosque. Siembra y dispersa semillas de especies forestales, incluyendo palmeras.
Mediante esta técnica de silvicultura sostenida, favorece su supervivencia en el ecosistema. A la vez, refuerza la estructura espacial del bosque, modifica el microclima y la distribución de las especies que aseguran el sustento y revitalizan los bosques de la cuenca hidrológica del Canal.