La ampliación del Canal de Panamá dejó hallazgos arqueológicos en todos los lugares de trabajo a lo largo de la ruta interoceánica. Pero, junto con las piezas fósiles de gran edad, se hallaron botellas, palas, clavos, picos, vagones y cerámicas, testimonios de la construcción de los panameños de antaño, personas comunes, trabajadores como nosotros.
La evaluación de vestigios arqueológicos
Los programas de inspecciones y evaluaciones arqueológicas comenzaron luego del inicio de los trabajos de la ampliación del Canal, ya que surgió la necesidad de que los recursos históricos y culturales que fueran encontrados en las labores de excavación de ese magno proyecto fuesen evaluados por un equipo de profesionales para su estudio y conservación.
El proceso para hacer estas evaluaciones inició con los inspectores de ambiente, quienes eran los encargados de dar noticia a los arqueólogos de posibles yacimientos.
Estos programas produjeron 54 informes que describen los objetos de valor hallados, las condiciones en que se encontraban, detalles sobre su antigüedad y los lugares de donde provenían. La ubicación de los objetos fue georreferenciada. Todo un proceso de documentación para dar contexto a cada pieza encontrada.
Cada uno de estos informes es una ventana al pasado. En ellos, se muestran asentamientos humanos de alta riqueza histórica, como es el caso de los famosos “pueblos perdidos” o despoblados. Gorgona, Bas Obispo, Bohío Soldado, Emperador, vuelven a la vida a través de los objetos obtenidos en estas excavaciones, y de las fotografías que muestran los pilotes y las columnas de las edificaciones de esos pueblos abandonados. De esa manera, podemos tener una mejor idea de cómo era la vida de los panameños de esas poblaciones.
En algunos casos, los hallazgos rozan lo lírico. En Matachín, un pueblo tristemente ligado a los suicidios colectivos de trabajadores chinos en la construcción del ferrocarril, los artefactos encontrados son cruces de hierro, utilizadas en entierros desde el período francés de la construcción del Canal, y encontradas en sedimentos removidos fuera del área del cementerio.
En otras ocasiones, los descubrimientos son más concretos y puntuales. En un área cercana a las esclusas de Pedro Miguel, placas de identificación de trabajadores, ruedas de hierro y piezas de motores, denotan la existencia de antiguas áreas de almacenes y talleres mecánicos.
El mapa
Para 2014, a la vez que las labores de ampliación estaban por terminar, otros proyectos de excavación y dragado comenzaban a entrar en marcha, como por ejemplo el ensanche de la bordada de Gamboa. El personal de la División de Ambiente, conscientes de la importancia de proteger el patrimonio cultural del Canal, decidieron continuar las labores de conservación.
Al ver la riqueza cultural que iba apareciendo con el avance de los trabajos, el personal de la división de Ambiente analizaba las mejores prácticas para gestionar los hallazgos. De allí nació la idea de crear un mapa electrónico. Esta propuesta fue acogida e impulsada por la Unidad de Memoria Histórica de la Oficina de Asuntos Corporativos, que encargó al Equipo de Capacidades Analíticas de la Vicepresidencia de Transformación Digital, con la creación de un mapa interactivo para el aprovechamiento de este material histórico.
“Sentí que fue un reto, ya que era un tema complejo con información dispersa y había que hacerla de fácil visualización para que se aprovechara todo esto que se había recopilado en la ampliación”. Rubén Vega, encargado en desarrollar este mapa.
El resultado obtenido al vencer ese reto fue una herramienta parecida a Google Maps y que da la ubicación precisa de los diferentes objetos encontrados durante las evaluaciones arqueológicas de la Ampliación del Canal, los atributos de cada hallazgo relacionado y la posibilidad de ver el informe al que pertenece.
Además de ser una herramienta para los especialistas en protección ambiental del Canal, este mapa está disponible en la sala de lectura de la Biblioteca Presidente Roberto F. Chiari.
Un vasto acervo
Se espera que en el futuro, todas estas piezas puedan ser expuestas en museos, en instalaciones dentro del Canal o puedan ser conservados como patrimonio nacional y ser utilizados como fuentes históricas para investigaciones académicas. En estos momentos, la labor de preservar el patrimonio del Canal sigue presente. Constantemente, hay hallazgos arqueológicos en las áreas operativas y el Canal, además de tener el compromiso de impulsar la economía del país, es consciente de su labor como salvaguarda de nuestro bien cultural y patrimonial.