Hurdle viajó a Panamá con el deseo único de saber algo del abuelo que nunca conoció. A través de las fuentes de información sobre los trabajadores de la construcción del Canal con que cuenta la biblioteca, el nieto obtuvo respuesta a sus interrogantes.
La memoria del abuelo
Elkana Hurdle llegó a Panamá desde Barbados, en 1908, para trabajar en la construcción del Canal. Fue uno de los miles de trabajadores afroantillanos que dejaron todo en sus islas para venir a probar suerte en el istmo.
La mayoría de los trabajadores provenientes de las Antillas efectuaban labores que, en comparación con los trabajadores de los Estados Unidos, eran poco remuneradas. Pero Elkana era un trabajador peculiar. Sabía leer y escribir, y ya para 1918, trabajaba en la división eléctrica, con un salario de 60 dólares al mes, un monto considerable para la época.
A diferencia de muchos de sus coterráneos, no se quedó en Panamá. Luego de trabajar por 10 años en el Canal, el destino lo llevo a Bermuda, lugar donde se estableció y formó su familia.
Elkana nunca olvidó Barbados y Panamá; eran temas recurrentes en las conversaciones familiares. Freston es muy consciente del impacto del Canal en Barbados: “En esa época había alrededor de 150,000 personas viviendo en Barbados, y de esos, 20,000 personas vinieron a trabajar en la construcción.”
El día que dio con la información, Freston, acongojado, llamó a su esposa. “Se parece a mi hermano” le decía, viendo la foto de su abuelo.
Completando el árbol
Javier Wallace es un viejo conocido de la biblioteca. Hace unos años, este hijo de panameño nacido en los Estados Unidos estuvo investigando sobre los antiguos programas de becas deportivas para estudiantes de ascendencia afroantillana viviendo en la Zona del Canal. Ahora, recientemente graduado de su programa de doctorado y siendo profesor de la Universidad Duke de Carolina del Norte, retoma la investigación para completar su historial.
Le ha costado mucho encontrar los nombres exactos de sus bisabuelos: “Es difícil, muchas veces los dio con los nombres de dos de ellos quienes, en teoría, trabajaron en el Canal. Con uno de ellos tuvimos suerte y conseguimos información: Hubert Wallace”.
En el documento encontrado, su fecha de nacimiento aparece como 22 de julio de 1918.
“No puede ser mi bisabuelo” dijo Wallace, “él nació mucho antes”. Pero, al revisar la fecha en que ingresó a laborar en el Canal aparecía julio 1908. El documento tenía un error tipográfico; la fecha de nacimiento estaba incorrecta. Gracias a eso, poco después Wallace pudo constatar la fecha y el lugar real de nacimiento de su abuelo: 31 de julio de 1879, Jamaica.
La figura materna
Shannon Musgrove es una joven de Estados Unidos en su primera visita a Panamá. Siempre sonriente, nos informa que lleva días buscando información sobre su abuela, Alzamay Wallace-Brown, nacida en 1925 en Jamaica.
“En algún momento de su niñez vino a Panamá”, señala, “pero creemos que vino sola, ya que jamás hablaba de su familia”. Entre
los documentos que Shannon ha podido encontrar en otras instituciones hay un permiso de salida del puerto de Balboa para viajar a los Estados Unidos, fechado octubre de 1946. Alzamay sólo tenía 21 años y aparece que el viaje era patrocinado por un comandante de la marina estadounidense. Una vez en Estados Unidos, ella conocería al que sería el abuelo de Shannon y forman una familia. “Ella hablaba muy poco de Panamá. Solo mencionaba que vivía en un lugar peligroso y que trabajaba cuidando unos niños”.
Lastimosamente, no se pudo conseguir información alguna sobre su abuela, ya que la mayoría de los archivos tratan exclusivamente sobre los trabajadores de la construcción del Canal. A la falta de documentos tangibles sobre la abuela, nos quedó un último recurso: meditar y reflexionar sobre la vida de una joven inmigrante jamaicana en el Panamá de los años 40. “Lo más probable”, concluyó Shannon, “fue que trabajó con la familia de ese comandante en Panamá, quizás como niñera, y decidieron llevarla con ellos a los Estados Unidos”. ¿Pero porque es tan importante la historia de la abuela?, le preguntamos. ”Viví con mi abuela cuando era adolescente y quiero que mi hija conozca sobre ella”, señala emocionada Shannon.
La importancia de la familia
Los tres ejemplos mencionados son solo una pequeña muestra de personas en busca de sus raíces. Ese interés tan primario de entender nuestro pasado es necesario para encarar el futuro. Freston Hurdle se encuentra disfrutando de su retiro en Bermuda; Javier Wallace acaba de ofrecer una charla TED sobre tráfico de personas en el deporte, y está próximo a publicar un libro sobre ese mismo tema; y Shannon Musgrove es madre de una hermosa niña, enseña yoga y es directora de servicios de apoyo a estudiantes de Susquehanna University, Pennsylvania. No se conocen, pero los une un pasado en común. Son descendientes de personas que recibieron el llamado a una tierra prometida, una tierra que sería dividida para luego unir más al mundo.
Españoles, italianos, chinos, hindúes, griegos, jamaicanos, barbadenses, entre muchos otros, llegaron a Panamá para aportar a la construcción del Canal. Gran parte de nosotros los panameños somos descendientes de ellos. Estos inmigrantes enriquecieron la multiculturalidad de esta nación. Ayudaron a crear esta hermosa unidad en diversidad que nos empuja a ser abiertos, y abiertos siempre a la aventura: en pocas palabras, ayudaron a crear el Panamá de hoy.