Según la Cámara Marítima Internacional, el comercio marítimo se ha cuadruplicado en los últimos 40 años. En la actualidad, el 80% del volumen del comercio mundial se transporta por mar. Aunque la capacidad del sector marítimo para transportar grandes volúmenes de carga a través de sofisticadas cadenas logísticas a precios asequibles ha sido fundamental para su crecimiento, su futuro se basa en reducir su huella medioambiental. Dicho esto, el papel del transporte marítimo como la forma de transporte comercial menos perjudicial para el medio ambiente no lo protege de los impactos del cambio climático. Para proteger su futuro y el de las comunidades que conecta, el sector del transporte marítimo debe actuar hoy.
El último informe del IPCC (The Intergovernmental Panel on Climate Change, por sus siglas en inglés) reveló que la influencia humana ha calentado el clima de la Tierra a un ritmo alarmante, y se espera que se supere un calentamiento global de 1,5°C y 2°C durante el siglo XXI a menos que se produzcan profundas reducciones de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero (GEI) en las próximas décadas. Como muchos en el sector marítimo, el Canal de Panamá ya ha visto los impactos del calentamiento global en sus operaciones. Esto fue más evidente en 2019, cuando registramos nuestro quinto año más seco de los últimos 70 años. En ese momento, sabíamos que no podíamos esperar para responder a las condiciones a las que nos enfrentábamos y, dos años más tarde, podemos ver cómo la toma de decisiones difíciles y las inversiones tempranas demostraron ser esenciales para garantizar que nuestro negocio y nuestros clientes superaran la tormenta.
Medidas urgentes en materia de agua
A principios de 2020, tuvimos que tomar medidas drásticas para proteger el suministro de agua del Canal de Panamá, ya que los lagos Gatún y Alhajuela, principales fuentes de agua para el consumo de la población y de la vía, descendieron muy por debajo de los niveles previstos. En febrero de ese año, introdujimos medidas destinadas a garantizar un nivel operativo de agua en el Canal de Panamá y, a su vez, un nivel de confiabilidad para los clientes cuyos itinerarios dependían de nuestra ruta. Entre las medidas se encuentran la implementación del cargo por agua dulce vinculada a la disponibilidad del recurso al momento del tránsito de los buques y modificaciones en nuestro sistema de reservaciones para garantizar el uso más eficiente del agua en medio de condiciones de escasez. Como resultado, las cadenas de suministros globales tuvieron que empezar a tener en cuenta el valor de los recursos limitados del Canal y en consecuencia, adaptarse.
Nunca habíamos tomado una medida semejante en el Canal. Muchos clientes y socios de la industria se mostraron recelosos, aunque afirmamos que el entorno estaba cambiando rápidamente, por lo que nosotros también debíamos hacerlo.
A pesar de estas dificultades iniciales, las medidas resultaron ser fundamentales. En tres meses, nuestros niveles de agua se estabilizaron y nos aseguramos un nivel operativo de calado hasta el final de la estación seca. A finales de septiembre de 2020, volvimos a ofrecer un calado de 50 pies en las esclusas neopanamax – el nivel más alto permitido en la vía interoceánica – y seguimos ofreciendo este nivel en la actualidad, una mejora significativa respecto a los 43 pies ofrecido hace dos años. Al final de 2020, el agua comenzó a cotizar en el mercado de futuros de materias primas, lo que subraya la escasez del recurso crítico, y coincide con el mensaje y el precio establecidos anteriormente por el Canal de Panamá. Su precio fluctuará ahora como el del petróleo, el trigo y otras materias primas, estableciendo un precio de referencia para este recurso.
El retorno de la inversión para los clientes
Nuestros clientes también han visto un claro retorno de la inversión al adoptar las nuevas medidas y el cargo de agua dulce. Al permitir un calado de 50 pies, las medidas han supuesto que las navieras puedan ahora transportar más carga y recibir mayores beneficios.
Por ejemplo, un buque portacontenedores puede transportar 300 contenedores por cada pie adicional de calado. Además de los beneficios para el segmento de los contenedores, el calado adicional permitió el tránsito de más de 32,000 toneladas métricas de carga adicional (66 % de petróleo crudo, 29 % de carbón y 5 % de maíz) entre el 15 de febrero y el 15 de marzo del 2021, en contraposición con el mismo periodo de 2020, cuando el calado máximo era cuatro pies menor. Mientras tanto, los niveles de agua más altos también significaron que las compañías navieras pagaron un cargo de agua dulce más bajo que en el 2020, lo que supuso un ahorro de hasta el 75 %.
Garantizar un calado estable es especialmente importante debido a los crecientes cambios en el comercio. En los últimos años, los buques han transportado más carga en un esfuerzo por maximizar el uso de los barcos, consolidar la carga y disminuir la frecuencia de los tránsitos. El Canal de Panamá se anticipó a este cambio, aunque se aceleró por el impacto de la pandemia de la COVID-19 en la economía mundial.
Una misión continua para conservar el agua en el Canal
Para satisfacer estas demandas de nuestros clientes, seguiremos encontrando formas de proteger el agua en el Canal, apoyándonos en nuestro legado de soluciones inventivas de ingeniería cuando sea necesario. Por ejemplo, el Canal de Panamá comenzó a realizar llenados cruzados en las esclusas panamax, es decir, se envía agua entre los dos carriles de las esclusas durante los tránsitos, para reducir su vertido al mar. Entre enero y junio del 2021, el Canal ahorró la cantidad de agua equivalente a tres esclusajes diarios utilizando este método: uno en Gatún y dos en Pedro Miguel. El Canal también ahorró un esclusaje adicional por día utilizando una operación especial que elimina el uso de compuertas externas en cada cámara.
El Canal de Panamá también se está asociando con la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) para formar un centro de investigación del agua de clase mundial centrado en la mitigación de los efectos del cambio climático en la disponibilidad de agua y la identificación de soluciones que aprovechan tecnologías como la inteligencia artificial. Mientras tanto, también estamos realizando estudios para informar sobre nuestro futuro sistema de gestión del agua, que se basará en varios proyectos, ya que no hay una única solución para la gestión del agua en el futuro.
Reconocemos que el trabajo no termina aquí, y estas medidas tampoco pueden hacerlo. Como destacó el informe de la IPCC, fomentar una sociedad más resiliente y adaptable requiere una coordinación e inversión continuas en infraestructuras físicas y sociales. Evitar los efectos devastadores de un aumento de 2 °C en la temperatura global requerirá un esfuerzo enorme por nuestra parte, por parte de otros en el sector y más allá.
Dicho esto, podemos superar este reto. En el Canal de Panamá nos comprometemos a hacer todo lo posible para lograrlo.