Todos los años en el mes de abril, se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. El día 28, tanto individuos, empresas y países reflexionan sobre el tremendo reto de crear resiliencia para enfrentar las crisis de hoy y las que estén por venir.

La Organización Mundial del Trabajo (OIT) recalcó para este año la importancia de invertir en sistemas de salud y seguridad resilientes para anticiparnos, prepararnos y responder a las crisis.

En el caso de la construcción del primer Canal, la lección aprendida de muchas muertes por condiciones de salud deficientes y accidentes laborales, dejó una huella en el estilo de administración que prevalecería en la vía interoceánica.

La adopción de medidas de salud y seguridad ocupacional transformaron al trabajo canalero en un lugar sano y seguro.

Condición y comportamiento

Crear un ambiente de trabajo seguro va más allá de ponerse casco y chaleco. Que la fuerza laboral pueda afrontar los violentos cambios de una pandemia o el impacto de un evento como el encallamiento del Ever Given en Suez, requiere una inversión en las condiciones y el comportamiento de todas las personas en una organización.

“La cultura mata estrategia”, dice Max Schmidt, gerente encargado de Higiene y Seguridad industrial, citando a Peter Drucker. Schmidt observa que de nada vale decir lo que hay que hacer si el plan no es interseccional. “Resalto, sobre todo, el trabajo en equipo porque lo que logramos tiene la participación de los colegas de comunicación, operaciones, vigilancia médica y capacitación”.

“Aprendemos de la neurociencia que debemos insistir en la capacitación para que los conceptos más abstractos de la seguridad se conviertan en hábitos”, destaca Schmidt.

La estrategia pretende convertir a la seguridad ocupacional en una presencia proactiva en los sitios de trabajo. “Las observaciones juegan un rol crítico en identificar y controlar la exposición al riesgo, reforzar los comportamientos seguros, y como consecuencia, disminuir los accidentes”, señala Schmidt.

Una cultura de salud integral

Maribel Franceschi, gerente de Salud, explica que la fuerza laboral del Canal fue resiliente ante el impacto de la pandemia.

“Se incorporaron nuevos protocolos de salud para atender los contagios y la bioseguridad. Se hizo imperante contar con renovados planes de vigilancia y seguimiento epidemiológico. Esto provocó una revisión exhaustiva en todos los procesos de salud para garantizar el cuidado y mejoramiento de las condiciones de salud física y mental de todos los trabajadores”.

La vigilancia médica que citan Schmidt y Franceschi incluye exámenes y evaluaciones médicas, atención de primeros auxilios, fortalecimiento para lesionados o incapacitados, programa de psicología corporativa para atender necesidades de apoyo emocional, estudios organizacionales, atención a temas relacionados con la dependencia y el abuso de sustancias, y programas de bienestar y acondicionamiento físico.

Participación individual y desempeño colectivo

El bienestar es una situación a la que se desea llegar por medio de dos vías: por la parte individual y la parte de la organización. “El trabajador da prioridad a su salud y la empresa actualiza sus programas de cuidado. La salud es nuestro bien más preciado”, asegura Franscechi.

Los datos son los protagonistas

Para Schmidt, los datos son la clave y remarca que “debemos apalancarnos más en el uso de las tecnologías para recolectar datos de manera eficiente y trabajar en transformar esos datos en información”.

En el contexto de la pandemia, esto se traduce en un sistema de trabajo que “permite una recopilación de datos precisos y que identifica los brotes del virus lo antes posible”, como se señala en el Informe para el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo 2021, presentado por la Organización Mundial del Trabajo.

En suma, el escenario de una pandemia como la Covid-19 pone en el foco el carácter colectivo de todas estas ideas. “Las personas que trabajamos en el Canal compartimos un conjunto único de valores, actitudes y comportamientos que hacen de la vía interoceánica un lugar seguro para trabajar. Es la razón de la resiliencia que demostramos con la pandemia”, reflexiona Schmidt sobre las adaptaciones que la organización ha enfrentado desde marzo de 2020.