El grano de variedad robusta que siembra la Asociación de Caficultores de la Subcuenca de los ríos Cirí Grande y Trinidad de la Cuenca del Canal (ACACPA) expresa en la taza un perfume de conservación y sostenibilidad.
Este año, la asociación producirá 150 mil plantones de café para el programa de reforestación que lleva a cabo el Canal de Panamá en la Cuenca.
La reforestación con café forma parte de una estrategia ambiental con más de 13 años. Su objetivo es proteger la cobertura boscosa de la Cuenca, que suple agua potable a la población de las principales ciudades del país y para el tránsito interoceánico.
El café sembrado en esta modalidad obedece a un cambio de paradigma en las prácticas ambientales. El modelo de conservación por legislación, es decir, protección de bosques mediante prohibición, parques nacionales, guardaparques, cumple un propósito innegable, pero agotado y parcial. Con el beneficio de poder trabajar un programa de mediano plazo, el modelo adoptado por la Comisión Interinstitucional de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CICH) aplica, además, la conservación por incentivos.
Raúl Martínez, especialista en protección ambiental, ha visto el proyecto desde el principio. Explica que en ocasiones las prácticas culturales agrícolas causan daño al ambiente sin querer, como lo hace la roza y quema, pero que a través de la puesta en marcha del Programa de Incentivos Económicos Ambientales (PIEA), la disposición de información, capacitación y apoyo organizativo a los habitantes de la Cuenca ha logrado reducir la frontera agrícola. “Esto es una relación ganar-ganar. Estamos conservando el medio con los habitantes, mostrando que las prácticas agropecuarias pueden ser hechas en armonía con el ambiente”, subrayó.
El poder de la organización
En las montañas de Capira siempre se ha sembrado café. Pero hoy, la oportunidad de generar ingresos produciendo café representa una mejora en la calidad de vida. “Estamos produciendo desde las parcelas que establecimos en el 2010 y generando ingresos para nuestras familias” señala Elza Martínez, presidenta de ACACPA. El desafío de producir 150 mil plantones de café ha sido formidable pero aleccionador. “Yo soy fiel creyente de la organización. Organizados podemos lograr muchas cosas”.
El proyecto se estableció en dos partes en las comunidades de La Negrita y Teriá Nacimiento en donde se generaron oportunidades de empleo para los residentes. El trabajo arrancó a finales de febrero de este año con la preparación de este vivero con el que se reforestarán 187 hectáreas en 2020.
Martínez destaca la importancia de la colaboración. Inicialmente, se fomentó la relación de ACACPA con la cooperativa La Esperanza de los Campesinos, fundada por Héctor Gallego, en la década de 1960. Esto logró un intercambio de campesino a campesino. Para el proyecto del vivero, la mancuerna fue con la Asociación de Productores de Renacimiento. También participan el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), Fundación Natura y organismos internacionales.
En el mes de agosto, la siembra de este café arbolado asegurará la conservación participativa de habitantes e instituciones y que el agua para hacer el café, fluya dulce, limpia y sostenible.