Un nuevo corotú: inicia un ciclo de vida
Por: Alejandro Figueroa
En un gesto de compromiso con el entorno natural y el bienestar comunitario, recientemente se realizó la tala de un antiguo árbol de corotú que, dado su avanzado estado de enfermedad, representaba un riesgo para la seguridad de quienes visitan el embarcadero del mismo nombre, ubicado a orillas del lago Alhajuela, en la comunidad de Caimitillo Centro.
Una tomografía realizada por el Municipio de Panamá determinó que el viejo árbol tenía afectaciones fitosanitarias como la corteza dañada y un hueco en el centro, lo que constituía una amenaza para los lugareños y los turistas nacionales y extranjeros que acuden a ese lugar para abordar las embarcaciones que los trasladan hacia las comunidades indígenas dedicadas al ecoturismo.
Aunque su presencia era símbolo de historia y arraigo (ya que tenía aproximadamente 80 años), el reemplazo del viejo árbol no significa una pérdida, sino una oportunidad para renovar la vida, ya que en su lugar fue plantado un nuevo ejemplar de la misma especie, asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutar de su sombra, belleza y beneficios ecológicos. Esta acción refleja el equilibrio entre el cuidado ambiental y la responsabilidad comunitaria.
El pasado viernes 26 de septiembre, en el marco del Día Mundial de la Salud Ambiental, el Canal de Panamá reafirmó su compromiso con la protección de los ecosistemas que sostienen la vida, convencidos de que la salud humana está profundamente conectada con la salud del ambiente, y que cada acción que tomamos en favor de la naturaleza es también una inversión en nuestro bienestar colectivo.
Con ese espíritu, se realizó un acto simbólico, pero profundamente significativo: la siembra de un nuevo árbol de corotú (Enterolobium cyclocarpum), una especie nativa que es símbolo de fortaleza, sombra protectora y regeneración de nuestros suelos.
La salud ambiental no es solo la ausencia de contaminación, sino también la presencia activa de vida, de equilibrio, de respeto por los ciclos naturales. El corotú, con su imponente copa y su capacidad de mejorar los suelos, capturar carbono y ofrecer refugio a la biodiversidad, es un símbolo vivo de ese equilibrio que buscamos restaurar y proteger, contribuyendo directamente a la salud ambiental de la cuenca del Canal.
Este acto simbólico refleja el compromiso del Canal de Panamá y las comunidades, con la restauración ecológica, la producción sostenible y la resiliencia climática. Desde nuestras operaciones hasta nuestros programas comunitarios, trabajamos para ser no solo una ruta de comercio global, sino también un modelo de gestión ambiental responsable.
Que este corotú crezca como testigo de nuestra responsabilidad intergeneracional y como símbolo de esperanza para un futuro más verde y saludable.