De la inspiración a la práctica: soluciones basadas en la naturaleza y adaptación al cambio climático
El Reino de los Países Bajos, a través de sus embajadas en Latinoamérica y la Agencia de Empresas (RVO) del […]
El Reino de los Países Bajos, a través de sus embajadas en Latinoamérica y la Agencia de Empresas (RVO) del Ministerio de Relaciones Exteriores, extendió una invitación a Panamá para participar en su programa de influencias, este año enfocado en Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) y adaptación al cambio climático. Tuve el honor de representar al Canal de Panamá y al país en una delegación conformada por representantes de Argentina, Chile, Belice, Ecuador, México, Perú y República Dominicana.
Durante tres intensos días —del 12 al 14 de mayo de 2025— recorrimos varias ciudades desde La Haya, guiados por miembros de la RVO, para conocer de primera mano cómo los Países Bajos han implementado soluciones naturales y mixtas para enfrentar los desafíos climáticos, en muchos casos desde hace siglos.
Uno de los momentos más enriquecedores fue la visita al Ministerio de Acción Climática y Crecimiento Verde en La Haya, donde participamos en una mesa redonda con el Enviado Especial para Asuntos Climáticos, Jaime Bourbon de Parma. Allí conocimos las líneas de acción del país en materia de cambio climático, profundamente influenciadas por su geografía: gran parte del territorio se encuentra bajo el nivel del mar. A pesar de ello, Países Bajos es el segundo mayor exportador de alimentos del mundo, lo que demuestra su resiliencia y capacidad de adaptación, especialmente en el sector hídrico.
Conceptos como “espacio para el río”, la integración de productores en la gestión del agua, el desarrollo de capacidades y la transformación digital son pilares que permiten que el desarrollo económico se dé en armonía con el entorno. Me llamó la atención la existencia del Waterboard, una institución democrática y regional que gestiona el agua, elegida por votación popular. En Panamá, tenemos una similitud con el modelo de gestión territorial por región hídrica en la Cuenca del Canal, más allá de las divisiones políticas.
Durante la mesa redonda también reflexionamos sobre el consumo de agua. En Panamá, lideramos el consumo per cápita en América y realizamos campañas de uso racional. En contraste, el Sr. Bourbon de Parma señaló que, aunque el agua está altamente regulada en su país, aún enfrentan retos de conciencia ciudadana, consumo excesivo y generación de aguas residuales, lo que ha llevado a implementar impuestos al agua.
El segundo día visitamos Deltares, un instituto de investigación especializado en agua, clima y ambiente, con el que el Canal ha colaborado por años. Fue emocionante ver en su laboratorio el modelo a escala del tercer juego de esclusas, desarrollado durante el programa de Ampliación. Uno de los proyectos que más me inspiró fue la recarga de acuíferos por inyección, una técnica que podría aplicarse en Panamá para mejorar la gestión hídrica.
También, visitamos el Eco-Aquaduct, una autopista construida con espacios que mantienen conectados bosques y también un humedal que es un ejemplo de cómo las infraestructuras pueden diseñarse para preservar la conectividad ecológica. En el trópico, los manglares actúan como barreras naturales para proteger las ciudades costeras, y Países Bajos ha identificado especies de árboles acuáticos con funciones equivalentes.
Esta gira técnica reafirma el compromiso del Canal de Panamá con la innovación y la sostenibilidad. Aprender de la experiencia neerlandesa fortalece nuestra visión de proteger la cuenca, garantizar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad, y contribuir al desarrollo resiliente del país y la región.