Frente a la realidad de vivir una sequía prolongada, el Canal toma medidas para asegurar la cantidad y calidad de agua para consumo humano y para nuestras operaciones.
Desde la construcción del Canal de Panamá existe el reto de controlar la salinidad del lago Gatún, ya que con cada esclusaje se transfiere agua salada hacia el lago y, por consiguiente, hacia las plantas potabilizadoras ubicada en el reservorio.
En este sentido, la pregunta no es cómo eliminar la salinidad del lago Gatún, sino cómo mitigar su impacto.
La reducción de la disponibilidad de agua debido a la sequía significa que tendremos menos recursos para expulsar el agua salada hacia el mar con corrientes de agua dulce.
Esto impacta al agua cruda que abastece a la planta potabilizadora de Miraflores desde Paraíso, para lo cual, expertos del Canal trabajan en alternativas. Una de ellas es el traslado de las tomas para agua potable y alejarlas de las esclusas.
Para atender este desafío, se posicionó la draga Quibián 3.5 km más al norte de la toma de agua existente.
La Quibián se utilizará como estación de bombeo temporal para garantizar que el agua potabilizada en la planta de Miraflores siga cumpliendo con todas las normas requeridas para el consumo de la población. Esta es una medida provisional mientras se ejecuta un proyecto que reubicará de manera permanente la toma de agua.
Los efectos de las variaciones climáticas impactan al país y, en consecuencia, al Canal. Por esta razón, el Canal invierte en medidas de mitigación que ejecuta mediante diversas unidades de trabajo.
Puede escuchar a los expertos describir el trabajo aquí: