Los vecinos de la cuenca del Canal la conocen. La llaman “picapica”, y procuran no acercarse al peligroso bejuco porque produce un mal recuerdo. Esta enredadera silvestre crece por todas partes, especialmente en zonas bajas, herbazales, bosques secundarios y orillas de caminos. Cuando la ven, se alejan y procuran no tropezarse con ella, porque la picazón que causa es cosa seria.
El bejuco picapica se esparce como una maraña, tiene hojas, flores y grandes semillas parecidas al frijol, ya que pertenecen a la misma familia. Se desarrolla vigorosamente y produce racimos de una vaina similar al guandú, pero más grande, robusta y recubiertas de pelitos dorados. Esos pelitos son urticantes y al contacto con la piel causan una severa dermatitis con irritación, picazón, ardor y enrojecimiento.
Pero este fastidioso frijol silvestre tiene un giro inesperado: posee sorprendentes propiedades medicinales que han llamado la atención de la comunidad científica. Se ha descubierto que la semilla de la picapica tiene componentes bioactivos que pueden ser utilizados para una larga lista de tratamientos médicos, tanto es así que lo han denominado “el frijol mágico”.
Entre los componentes más significativos encontrados en altas concentraciones, está una sustancia conocida como L-Dopa, precursora de la dopamina. Esta se utiliza para el tratamiento contra el mal de Parkinson, conocida enfermedad neurodegenerativa. Otros estudios confirman que la picapica presenta valiosas propiedades medicinales como nematicida, antidiabética, antiepiléptica, antimicrobiana, antiinflamatoria, analgésica, neuroprotectora y antioxidante.
También, tiene infinidad de usos en la medicina tradicional para la infertilidad, desórdenes nerviosos, circulación y artritis. Otras investigaciones mencionan que su semilla posee componentes capaces de neutralizar el veneno de las serpientes. Adicionalmente, esta enredadera es una planta fijadora de nitrógeno ya que actúa fertilizando los suelos donde crece.
A simple vista, algunos dirían que es solo “monte”, pero, en definitiva, la historia natural del picapica es un ejemplo del inmenso valor que representa una biodiversidad dinámica, estudiada y manejada sabiamente para el beneficio de la humanidad.
Nombre científico: Mucuna pruriens
Datos: La llaman también frijol terciopelo y cowitch. Su semilla posee hasta un 35 % de proteína, 28 %
de almidón, ácidos grasos y minerales como calcio, fósforo, potasio, manganeso, zinc, cobre, hierro y
17 aminoácidos que forman parte de las proteínas, incluyendo los 9 aminoácidos esenciales para la especie humana. Su semilla tostada se usa como sustituto del café en algunos lugares. Registros de los años 20 mencionan que fue usado en el istmo como forraje para el ganado y cerdos.