Con las recientes lluvias propias de la temporada y producto de los efectos de los recientes huracanes que han afectado al istmo centroamericano, y de manera colateral, el occidente de Panamá, la percepción de muchos es que los reservorios del Canal están a su máximo nivel, al punto de que, como en otrora, se requerirán vertidos controlados en las presas de Gatún y Alhajuela (Madden).
Incluso, para estos días circuló en redes sociales vídeos y fotografías que dan a entender que ello es así. Sin embargo, la realidad es otra: los lagos Alhajuela y Gatún tienen déficit de agua.
Esos vídeos y/o fotografías corresponden a otros años y a la prueba anual que, por seguridad, el Canal de Panamá debe hacer al mecanismo de cierre y apertura de las compuertas de las presas. La más reciente fue el 17 de octubre pasado, en la presa de Gatún, que no se abrieron todas de forma simultánea.
La meteoróloga del Canal Gloria Arrocha rompe con ese mito al señalar que cuando un huracán con categoría por arriba de 1 se desplaza por el Caribe, le aporta humedad al clima de Panamá solo al inicio, y que los que viene después es total aridez en la Cuenca Hidrográfica del Canal (CHCP).
“Este año hemos visto que cuando un huracán se desplaza por el Caribe y adquiere una categoría de 2 o 3, inicialmente nos aporta humedad, pero luego que ha pasado y se encuentra más al oeste, tiende a secarse. El caso más extremo lo tuvimos con Eta, que durante cuatro días se registró cero lluvia en las 55 estaciones [hidrometeorológicas] que hay a lo largo de la cuenca del Canal”, dijo Arrocha.
Diciembre, un buen mes
El agua es la sangre del Canal, en consecuencia, la sección de Meteorología e Hidrología de la vía acuática panameña monitoriza la precipitación en la cuenca hidrográfica y el nivel de los reservorios 24/7, los 365 días del año.
Según los registros de los meteorólogos, la precipitación en el mes de octubre tuvo un déficit de 28.5 %, ocupando el quinto lugar de los más secos; para mediados de noviembre era de 30 por ciento, o sea, el sexto lugar de los más secos.
Arrocha pronostica que con las condiciones atmosféricas y oceanográficas actuales, en diciembre venidero se alcanzarían los niveles óptimos de 88 y 250 pies en los lagos de Gatún y Alhajuela, de forma respectiva.
La meteoróloga recurre a las estadísticas, y apunta que en años anteriores hubo registros de que en el trimestre de noviembre- diciembre-enero los acumulados de precipitación estuvieron tanto por arriba del promedio como por debajo.
Este 2020, subraya la experta, ha sido muy particular por ser un año con un número récord de tormentas tropicales, superando al 2005, también con el fenómeno de La Niña débil, y con una temporada de huracanes récord en ese momento. Según esos registros, en el 2005 la lluvia en el trimestre noviembre-diciembre- enero tuvo un déficit de casi el 25 %.
“Tomando todo esto en consideración, esperamos que una vez termine la temporada de huracanes, el fenómeno La Niña actual podría influir en la entrada de la estación seca, posiblemente retrasándola un poco y evitando un déficit significativo en la precipitación del trimestre noviembre-diciembre-enero”, expresa Arrocha.
Asegurada el agua para el consumo
La sección de Meteorología e Hidrología proyecta que el Canal de Panamá tendrá el agua necesaria para abastecer a las plantas potabilizadoras que toman el recurso hídrico de los lagos Alhajuela y Gatún, y que abastecen a más de 50 % de la población del país, y que constituye el interés primario en la administración de la vía acuática: garantizar el agua para el consumo humano, por encima de todo.
“Los dos embalses tienen suficiente agua para garantizar que se pueda abastecer a todas las potabilizadoras que se abastecen de estos. No hay ninguna duda sobre este tema”, dice con firmeza Arrocha.
Respecto al recurso hídrico para las operaciones del Canal, estima que dependerá de la duración de la estación seca: si es normal, muy probable que se implementarían medidas de ahorro de agua a finales de diciembre y enero, con la finalidad de garantizar el máximo calado de los buques panamax y neopanamax, durante el mayor tiempo posible de la estación seca, hasta que la temporada lluviosa vuelva a aportar suficiente.