La graduación reciente de canaleros del Programa de Liderazgo representa un hito importante en el avance del capital humano de Panamá. Este diplomado, dirigido por expertos funcionales de diversas áreas del Canal en colaboración con el Tecnológico de Monterrey, estuvo enfocado en desarrollar el potencial de la capa de supervisores, capataces y líderes de la vía acuática.
Adriana Quintero, gerente de Transformación del Capital Humano, explicó a El Faro que el objetivo de este programa es alcanzar a este personal que tiene personas a cargo y son quienes llevan a cabo iniciativas y programas. “Queremos no solo formar su capacidad de rendir cuentas y ejecutar, sino también de ejercer un liderazgo más humanizado”, detalló Quintero.
Un gran aliado
El Tecnológico de Monterrey es una de las universidades privadas más prominentes de México y América Latina. Fundada en 1943, tiene una presencia activa en las áreas de negocio y de innovación tecnológica.
Su directora de Operación Internacional, Carla Diez, destaca que su principal foco es contribuir a la transformación tecnológica de América Latina, especialmente de Centroamérica. “Queremos desarrollar las capacidades de las organizaciones para que sean competitivas y de alto nivel”, señaló Diez.
Los talleres estuvieron a cargo de Georgina Álvarez Regil, directora académica del programa, quien describe la experiencia como un honor. “Muchas cosas las hacían de manera natural, pero aportamos metodología y metas concretas“, dijo Álvarez de los participantes. Adicionalmente describe que, “un liderazgo efectivo está centrado en la persona y no en los resultados. Esta es la diferencia con la visión que se tenía en el siglo XX. Antes se hablaba de recursos humanos y ahora hablamos de dirección de personas y organizaciones bioéticas”, añadió la docente.
Un liderazgo humanizado
Quintero explica que el programa busca elevar la capacidad de liderazgo priorizando las capas de supervisión. “Estamos formando un liderazgo más cercano, más empático, para que para que el líder pueda comprender mejor las necesidades de sus equipos y de entorno”.
El programa se definió pensando en una audiencia no solo administrativa, sino también de capataces y líderes, o sea, todas esas personas que tienen equipos a cargo.
Lo que distingue a esta capa de supervisión es que son quienes están en contacto directo con la gente. “Es la capa de más alcance a nivel de toda la organización”, explica José Espinosa, gerente de Desarrollo Organizacional.
Álvarez Regil señala tres cualidades de un líder efectivo. “Está centrado en las personas. Puede ser firme sin ser duro porque cuida la forma en la que se envían los mensajes, y tiene una visión del gran propósito de la organización”, observó.
La observación de la docente va un poco más allá. “El panameño es feliz. Vive a gusto y tiene una gran conciencia. Habla con mucho orgullo de su tierra y lo trasmite sus hijos“.
De cara al futuro
Los desafíos del futuro recaerán en gran medida en la gestión de estos supervisores. Quintero resalta que el objetivo es que “cada uno de los participantes, independientemente de su cargo, se empodere de su rol. Que pueda traducir esa parte estratégica del negocio a la parte operativa. Con eso haremos frente a los nuevos proyectos y posibles crisis en el futuro”.
Producto de este entrenamiento, Espinosa destaca que “los participantes empezaron a valorar mucho más lo que hacen sus compañeros y su propio trabajo”.
“El mayor reto es la agilidad que los cambios exigen. El siglo XXI requiere de un liderazgo ágil, intuitivo y dinámico que tome decisiones acertada en corto tiempo”, concluyó Álvarez Regi.