Termina un año marcado por un cambio importante en las que solían ser nuestras actividades de fin de año y la temporada seca que se avecina en Panamá. En esta época también se evidencia la falta de agua en aquellos sectores en los que el suministro no es constante.
Para el Canal de Panamá es el tiempo de administrar cuidadosamente la cantidad de agua que ha logrado mantener o almacenar durante todo el resto del año en los embalses Alhajuela y Gatún.
No olvidemos que de Alhajuela se suple la potabilizadora de Chilibre, la más grande del país, mientras que de Gatún lo hacen otras seis plantas que abastecen a comunidades en las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste.
Durante la estación lluviosa, el equipo del Canal de Panamá mide prácticamente cada gota de lluvia que cae sobre la cuenca hidrográfica y cada litro que se consume, para administrar con eficiencia los embalses, de cara a la reducción de los aportes de agua que caracteriza a las temporadas secas.
Sin embargo, durante los últimos tiempos, la falta de agua asociada históricamente a los primeros meses del año en el país, ha comenzado a registrarse incluso, en lo que comúnmente eran épocas de lluvia.
Así ocurrió en el 2019 cuando la Cuenca Hidrográfica del Canal (CHCP) registró una de las temporadas con menos lluvias en los últimos 70 años, provocando que los lagos Alhajuela y Gatún no alcanzaran llenarse a los niveles deseados para enfrentar la estación seca.
Se puso en práctica múltiples e innovadoras medidas de ahorro de agua; sin embargo, aunque eficaces, no eran suficientes, y resultó evidente que era el momento de pensar “fuera de la caja”, no solo para preservar un recurso tan esencial, sino para reflejar su valor.
De allí, la aplicación desde febrero de 2020 de un cargo por agua dulce a los buques que transitan por la vía acuática.
Se trata de un concepto que responde a la falta y disponibilidad del recurso y la urgencia de atender una solución a largo plazo para el tema del suministro tanto para el consumo humano como para la operación del Canal.
La forma de determinar el valor es completamente transparente. Los clientes del Canal conocen a través del portal oficial de internet de la vía acuática el nivel diario del lago Gatún, lo que determina el cargo por agua dulce.
“Que el Canal de Panamá empiece a poner una tasa al agua dulce que es utilizada para el tránsito es lo correcto, el agua es el petróleo del futuro, y Panamá tiene una enorme riqueza en agua, que no solo sirve para mover barcos, sirve por supuesto para los seres humanos”, consideró el analista político Milton Henríquez.
Y es que el cargo por agua dulce tiene un componente fijo de hasta B/. 10,000 por buque, y luego una tasa variable que va de acuerdo al nivel del lago Gatún: mientras mayor agua hay en el embalse, menor es el porcentaje, y viceversa.
El agua en la Bolsa
Esto es un modelo transparente, tal como ocurre con las cotizaciones de los bienes que se valorizan en mercados bursátiles. De hecho, en línea con lo aplicado por el Canal de Panamá desde febrero de 2020, este mes de diciembre, el agua comenzó a mostrar su valor en el mercado de futuros del Chicago Mercantile Exchange.
Es más, el precio al cual cerró el mercado de agua el 10 de diciembre hubiese representado un cargo de aproximadamente B/. 80,000 al tránsito de un buque por el Canal; muy cercano al cargo por agua dulce que corresponde a un buque portacontenedores que utiliza las esclusas neopanamax.
Al cierre del año fiscal 2020, el cargo por agua dulce representó ingresos por 137 millones de balboas, los cuales ayudaron a compensar el impacto que recibió el Canal por los efectos económicos de la pandemia de la Covid-19.
“Ese cargo por agua dulce mostró un precio que está dictado por un fenómeno del que no tiene control ni el Canal de Panamá ni el naviero, lo tiene la naturaleza: según la precipitación, si el agua es más escasa, entonces el precio sube. Es una relación exacta de oferta y demanda en el mercado”, explicó el administrador de la vía, Ricaurte Vásquez Morales.
Y añadió: “se marca una forma diferente de darle valor a la ruta del Canal, nos ha identificado efectivamente que hay métodos mucho más modernos de generar estructuras de precios sobre base de valor y sobre el valor agregado que suministra un proveedor a un cliente”.
De esta forma, el diseño de un modelo de precios de agua se aplica también para determinar el valor y rendimiento de las inversiones que el Canal debe desarrollar en los próximos años en su programa hídrico que tiene por objeto resolver el tema de agua para los próximos 50 años.
En esa dirección avanza el Canal de Panamá con el desarrollo de un sistema optimizado de administración de agua. En septiembre pasado fue lanzada la precalificación para seleccionar a las empresas que puedan participar en la licitación del diseño, construcción y puesta en marcha de este proyecto.
A partir de entonces, el Canal de Panamá ha realizado dos reuniones de homologación con decenas de empresas interesadas y respondido centenares de consultas, mientras ejecutivos canaleros han participado en foros, webinars y presentaciones con distintas audiencias para explicar el alcance de lo que se busca.
El sistema optimizado de gestión del recurso hídrico consiste en un portafolio de proyectos para fortalecer y modernizar el actual, a fin de garantizar el abastecimiento de agua para la mitad de la población del país, concentrada en las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste, además del funcionamiento del Canal por los próximos 50 años, considerando el desarrollo sostenible y la gestión socioambiental.