¿Qué tiene que ver Paul Gauguin con Panamá?
El pintor, en compañía de Charles Laval, llega a Panamá en abril del año de 1887, seducido por la magia del trópico y en la búsqueda “del buen salvaje” a las costas panameñas. Viene de un París bullente, de materialidad burguesa y motivado por una profunda búsqueda personal. Panamá, a finales del siglo XIX, es el escenario donde se pone a prueba un proyecto al servicio de una visión geopolítica determinada para el desarrollo marítimo y la expansión comercial. Para Gauguin, Panamá es el lugar donde vino a picar piedra en calidad de obrero para la Compaigne Universelle du Canal de Panamá.
¿Qué estaba pasando en el mundo en aquel momento?
El contexto social y económico en Francia está determinado por los grandes cambios que impone la Revolución Industrial, las grandes transformaciones urbanas de fines del siglo XIX, y el surgimiento de la una nueva clase social burguesa. El impulso de la geografía, desde la organización de la Sociedad de Geografía de París, el triunfo en la construcción del Canal de Suez y la determinación en la construcción del Canal de Panamá, son parte del contexto temporal del artista.
Gauguin retratado para cine
Gauguin y el Canal de Panamá es el largometraje que prepara el cineasta panameño Frank Spano, quien ganó el Premio Ricardo Miró, en la categoría teatro, con una obra del mismo nombre. Spano tiene una larga trayectoria en el mundo del cine, con varios largometrajes de ficción en España. Hoy conversamos con él para conocer más de este proyecto y el trabajo que aborda, desde el plano psicológico y puramente humano de la figura del artista francés y su paso por Panamá.
¿Por qué el tema de Paul Gauguin y el Canal de Panamá te apasiona?
“Mi abuelo Efizzio Spano, ebanista y carpintero, llegó a Panamá desde Italia junto a otros migrantes italianos para la construcción del Canal de Panamá. Mi familia fue parte de la pequeña Italia construida en Vista Hermosa por migrantes de ese país. Soy panameño, mi madre es panameña. Puede sonar a ficción, pero mi primera memoria ocurre cuando a los tres años, bajo la escalera y camino por la pista del aeropuerto de Tocumen. Viví toda mi adolescencia en Panamá. Recuerdo la firma de los Tratados, entre otros eventos. Me reconozco como parte de este lugar, del Canal y todo
lo que gravita en torno a él. Vivir el Panamá de Mano de Piedra Durán, y reconocerme en la tierra de siete campeones de boxeo, es parte de ello. Crecí en una ciudad donde, sin un pasaporte, era posible cruzar de un país a otro. Soy parte de este lugar, de historias comunes, que aún comienzan a contarse. El personaje de Gauguin es parte de esas memorias tempranas y objeto de mi necesidad narrativa”, nos cuenta Frank Spano.
El teatro y la película
“Todo comenzó en el año 2004, cuando mi madre envía a Madrid, desde Panamá, un sobre con recortes de todo tipo. Como parte de ese paquete viajaron recetas de cocina, carteleras de cine, noticias diversas, y entre ellas, una nota cortita que hablaba de una edición de un libro de las cartas de Gauguin. Busqué la publicación y encontré todas las cartas del pintor y las referencias de su paso por Panamá. Lo obvio quedó revelado: Gauguin había identificado a Panamá como un destino para resolver los más intrincados laberintos de su existencia, y fue entonces que decidí sumergirme en su mundo interior. Luego, animado por mi madre, inscribí la obra de teatro, Gauguin y el Canal de Panamá, en el certamen Ricardo Miró en el año 2005. Desde entonces y, por más de diez años, he estado escudriñando en el universo existencial del pintor.
El largometraje de ficción, Gauguin y el Canal de Panamá, logró mediante concurso público, en 2018, recursos del Fondo de Cine de Panamá. Desde entonces, estamos trabajando en el proyecto, con mucha probabilidad de lograr su estreno para el año 2022.
Tengo que decir que mi forma de entender la vida está marcada por mi infancia y el cine. Agradezco la audacia del programador del cine Savoy – a quien nunca conocí- y a la generosa irresponsabilidad de mi madre, en llevarme a la doble tanda de aquel teatro. Gauguin ha sido un compañero de viaje en estos últimos años. Se ha transformado en una necesidad narrativa, porque soy esencialmente un narrador. Van 15 años de un tema que viene creciendo dentro de mí. El proyecto de cine lo califico como titánico y esquizofrénico, por el esfuerzo de tratar de adaptarme a mí mismo. La historia que narro en mi pieza de teatro de Gauguin es distinta a lo que ocurre en la película.
La película cuenta la importancia del primer viaje de Gauguin cuando abandona una familia, cinco hijos, un trabajo y una materialidad cómoda. Este hombre pudo haber muerto en Panamá y haberse convertido en otra cruz más en el cementerio francés de Paraíso. Panamá es su primer contacto con el arte primitivo que andaba buscando. Mi trabajo aborda esa primera narrativa”, detalla Spano.
¿Qué importancia tienen los documentos históricos del Canal?
“El Canal no solo es un valor geopolítico. El Canal es un patrimonio narrativo e histórico. Es ahora que inicia la marcha de los creadores para contar todas las historias. Gauguin y el Canal es una de ellas.
En mi caso, la Biblioteca Presidente Roberto F. Chiari y sus archivos servirán para reconstruir la construcción del Canal de Panamá, recreando las imágenes que probablemente vio Gauguin en su paso por Panamá. Las fotografías y los documentos son esenciales para entender el arribo de la tecnología y la decisión de construir un Canal por Panamá. Intento con esta película un acto de entretenimiento. Aspiro que cualquier gente de aquí o de allá, se anime a sumergirse en la historia. Muchas historias del Canal están aún por ser contadas”, concluye Spano.