Existe una realidad, el mundo ha cambiado, pero nuestras ganas de volver a lo que conocemos como rutina sigue siendo la misma, tal vez más que antes, pues existe una condición del ser humano que se llama extrañar. Muchos de nosotros extrañamos nuestro pasado, nuestro día a día.
Para retomar nuestra vida, tenemos que entender que lo que dábamos por descontado como normal, ya no lo es. Por el contrario, lo anormal dentro de lo que llamábamos normal se ha convertido en la “nueva normalidad”.
Se trata de un espacio de tiempo no definido en el que debemos aprender a desaprender, lo que significa autoeducarnos y rediseñar comportamientos para convivir con un virus altamente contagioso, de la mejor manera posible, a fin de mantenernos seguros y así cuidar de nosotros mismos, nuestra familia, amigos, y de nuestros compañeros de trabajo.
Ante la nueva apertura escalonada, el retorno por fases de las actividades y el inicio de la desaceleración de la crisis, podemos comenzar a ver “la luz al final del túnel”, lo que nos da la esperanza de mejores días, pero al mismo tiempo, nos indica la importancia de detenernos a evaluar, aprender y reiniciar.
Es por ello que este editorial es una invitación a cuestionarte a nivel personal: ¿qué he logrado aprender durante el confinamiento?, ¿cuáles son mis nuevas prioridades?, ¿cómo puedo aportar a mi familia, a la sociedad, a mi equipo de trabajo y a mi empresa?, una vez restablecida la nueva normalidad.
De las preguntas anteriores, y muchas más que tal vez tengas la oportunidad de hacerte, es cómo vamos, cada uno de nosotros, a enfrentar esta “nueva normalidad”; tal vez renovándonos como individuos y profesionales, haciendo frente a las diferentes facetas de nuestras actividades diarias, en las que definitivamente se han generado cambios de importancia y que seguirán evolucionando de acuerdo con cómo vayamos haciendo frente al accionar restrictivo a que nos hemos vistoexpuestos como sociedad.
Es justo el momento para transformar, de manera positiva, aspectos claves de nuestra vida, como lo son: mi rol como individuo en la sociedad, la importancia del cuidado de la salud, mis aportes dentro de la cadena de valor de mi empresa y el consumo responsable.
Para cerrar, dos reflexiones que tienen un tono positivo para enfrentarnos a la nueva realidad:
- A pesar de los tiempos difíciles que estamos enfrentado, es importante mencionar que esta es la primera pandemia controlada de la historia; aquellas que la precedieron tuvieron efectos mucho más devastadores por no contar con los avances tecnológicos, científicos y de diseminación de información, como las redes sociales.
- Nunca el mundo había contado con tal nivel de recursos y conciencia global para contrarrestar, de una forma eficiente y efectiva, los efectos de esta pandemia.
Cada uno de nosotros tiene en sus manos, todo para superar este duro momento. No será fácil, pero lo conseguiremos, y el camino por delante será tan maravilloso como aquel que hemos tenido la oportunidad de caminar en el pasado.
El autor es Gerente de la división de Comunicación del Canal de Panamá.