Comunicar con el cuerpo es el talento con el que se destaca Diego Calderón. La gracia de sus movimientos le ha llevado al escenario del Teatro Bolshoi, Rusia.
Por la calidez de su sonrisa, la manera de caminar y por una férrea ética de trabajo, Diego Calderón brilla en dicho país.
¿Cuál es tu primer recuerdo del Canal de Panamá?
Recuerdo una noche llena de luces viendo pasar barcos en Miraflores con mi mamá y mi tío.
¿Cuál es tu origen?
Soy panameño. De mi madre tengo ascendencia martiniqueña y de mi padre ascendencia nicaragüense y ecuatoriana.
Libro panameño
Estoy leyendo Historias Perdidas del Canal de Panamá, de Marixa Lasso. Leo cosas de las que no tenía idea y siento una mezcla de indignación y orgullo.
¿Cómo inicia tu camino en la danza?
Empecé bailando típico en la escuela. Luego, durante mi secundaria en LaSalle, fui dos veranos a Nueva York.
¿Cómo llegaste a Rusia?
En Panamá me formé en las academias de Raisa Gutiérrez y Cristina Carrillo. La segunda vez que fui a Nueva York los profesores me invitaron a estudiar danza en Moscú. Me gradué de la Academia de Ballet Bolshoi en el 2015.
Estando tan lejos, ¿cómo extrañas a Panamá?
Es irónico pero extraño más a Panamá cuando estoy aquí. Porque me doy cuenta de lo que no tengo allá. Esta magnífica naturaleza, el buen humor del panameño, mi familia y mis amigos.
¿Cómo reacciona la gente ante tu panameñidad?
Se me nota en la manera de caminar y en que siempre estoy sonreído. Por eso mis amigos me llaman “solecito”, solnyshko en ruso.
¿Cuáles son tus piezas y creadores favoritos?
Recientemente bailé Radio y Julieta de Edward Clug, y fue maravilloso. Me gusta mucho Gisselle también. Entre los creadores me gusta todo lo que haga Jiří Kylián, su Petite Morte es hermosa. También Nacho Duato y William Forsythe.
Canción panameña
Teresa Batista, la escribió mi padre.
Momento en el escenario que recuerdas con cariño
Mi graduación en el Teatro Bolshoi.
Vino mi familia entera, mi mamá, mi papá, mi abuela, mis primos y me recibieron en el camerino con la bandera de Panamá. También me llena de orgullo haber bailado en Panamá con el Ballet Estatal Ruso en 2016.
Fiesta panameña favorita
Amo ver a Colón marchar en las fiestas patrias.
¿Cuál es tu sueño?
Estoy viviendo mi sueño de ser y trabajar como bailarín profesional. Pero tengo la visión de regresar a Panamá, y compartir mis conocimientos.
¿Cuál es tu ética de trabajo?
Cuando decidí estudiar danza mi padre me dijo que también debía cultivar mi cerebro. Mi madre, que es nutricionista, me inculcó buenos hábitos alimenticios. Me mantengo en forma porque trabajo con mi cuerpo.
¿Qué falta para que se aprecie más la danza en Panamá?
Más educación. Que se conozca más para romper los estereotipos.