En este nuevo año en el que todavía está presente la Covid-19, es más necesaria que nunca una alimentación saludable. Lo que comemos y bebemos puede afectar la capacidad de nuestro organismo para prevenir y combatir enfermedades, al igual que recuperarnos de las mismas.
Una nutrición balanceada y saludable sostiene el sistema inmunológico y puede reducir la probabilidad de tener problemas crónicos de salud tales como la obesidad, la diabetes e hipertensión y algunos tipos de cáncer.
Con los largos periodos de cuarentena muchos hemos observado un aumento de peso como resultado de la inactividad física, la tendencia a comer con más frecuencia, el estrés y la tentación de elegir meriendas poco saludables.
A continuación algunas opciones que podemos considerar:
- Consumir variedad de alimentos, aumentando la ingesta de frutas y vegetales. Prefiera los carbohidratos integrales, pero limitando el tamaño de las porciones y el número de carbohidratos en un mismo plato . No debe comer todos los carbohidratos a la vez, escoja uno o dos. Al tomar su refrigerio seleccione fruta, vegetales crudos o frutos secos sin sal.
- Reducir la ingesta de sal. Reduzca las salsas y condimentos salados en la preparación de las comidas. Retire el salero de la mesa. Prefiera comidas frescas en lugar de alimentos enlatados.
- Reducir la ingesta de grasas saturadas y aceites. Consuma alimentos con grasa insaturada de origen vegetal: aceite de oliva, frutos secos, pescado y con moderación los alimentos que llevan grasas saturadas como embutidos, quesos grasos, mantequilla. Prefiera los productos lácteos descremados o semidescremados. Evite los alimentos procesados y fritos que contengan grasas trans de producción industrial.
- Limitar la ingesta de azúcar. Coma fruta fresca en lugar de postre como galletas, dulces y chocolates. Si elige postre, sírvase porciones pequeñas, ocasionalmente. Seleccione chocolate oscuro con alto contenido de cacao.
- Evite tomar jugos o bebidas azucaradas. Evite añadir azúcar a las bebidas frías o calientes.
- Tomar, al menos, ocho vasos de agua al día.
- Evitar la ingesta descontrolada de alcohol.
Incorporar la actividad física a su diario vivir.
El sedentarismo es un factor de riesgo para desarrollar diabetes e hipertensión. Camine en vez de manejar, o suba las escaleras en vez de tomar el elevador.
Si no puede salir salte soga o camine en el patio. Muévase más.
Se recomienda hacer algún tipo de actividad física 4 a 5 veces por semana.
Comer alimentos variados y mantenerse activo físicamente son elementos claves para el bienestar general. Le ayuda a mantener un peso saludable, a sentirse bien y a tener energía para las actividades diarias. Tome la decisión de mejorar la alimentación por su salud y la de su familia.
La autora es enfermera del Canal de Panamá