Llegó octubre, mes que da inicio al periodo de mayor precipitación del año y, para el Canal de Panamá, una época de especial atención a las acciones relacionadas con el tema hídrico.
Durante el 2021, las lluvias han estado por encima de lo habitual, lo que si bien es provechoso para el negocio y para abastecer a la población, trae consigo desafíos relacionados con la administración del agua almacenada en el sistema de lagos del Canal, principalmente para garantizar la seguridad de comunidades vecinas ubicadas en áreas propensas a inundaciones.
En la División de Agua del Canal de Panamá, un grupo de especialistas sigue de cerca y recolecta datos del registro y pronósticos de lluvia, así como el nivel de los lagos y otros indicadores procedentes de servicios satelitales, radares y cámaras en vivo… en otras palabras, la tecnología al servicio del hombre.
Se trata de una tarea que, para este tiempo, se desarrolla las 24 horas del día, una señal inequívoca de que se ha iniciado la temporada de control de inundaciones, que comprende los meses de octubre, noviembre y diciembre de cada año.
Erick Córdoba, gerente encargado de la División de Agua, explicó que lo primordial es garantizar la seguridad de los moradores de las comunidades ubicadas aguas arriba y abajo del lago Alhajuela, y también evitar daños en las instalaciones del Canal.
¿Qué dicen los protocolos?
Para estas fechas, el Canal de Panamá cuenta con personal adicional, se trata de los Auxiliares de Hidrología que recopilan información las 24 horas en turnos rotativos. Armados de las facilidades que provee la tecnología, son los encargados de dar el primer aviso en caso de que alguno de los parámetros haya sobrepasado los límites establecidos.
Córdoba explicó que ese primer llamado lo recibe el Hidrólogo de turno, quien cuenta con vasta experiencia en estos procesos y maneja modelos de simulación de escenarios, que aplican para la toma de las mejores decisiones en el caso de que la eventualidad reportada sea de tal magnitud que requiera acciones mayores.
Una comunidad preparada
Suena la sirena en las comunidades de Santa Rosa y Guayabalito, en el corregimiento de Santa Rosa de Colón. Se trata de comunidades que han experimentado la fuerza de los fenómenos naturales y que, por ello, sus pobladores no han dudado en prepararse para cualquier eventualidad.
¿Cómo lo han logrado? A través de un esfuerzo conjunto: la comunidad, el Canal de Panamá y el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), quienes trabajan en un plan comunitario para hacer frente a inundaciones. Este ejercicio de simulacro se realiza cada dos años para ajustar y afinar las estrategias. También, para que los nuevos pobladores lo conozcan y sean parte de la práctica.
A mediados del pasado mes de septiembre, se volvió a ensayar el plan, que también cuenta con el respaldo de la Junta Comunal de Santa Rosa, el Cuerpo de Bomberos y la Cruz Roja, quienes aportan su experiencia para fortalecer la iniciativa.
Noris Castillo de Rojas, moradora de Santa Rosa, aún mantiene vivos los recuerdos de la última vez que enfrentaron a la naturaleza, en el año 2010, en medio de la tormenta La Purísima. La práctica dio resultados.
Asegura que, ahora todos en el pueblo saben qué deben hacer al momento de escuchar las sirenas, una afirmación que quedó evidenciada durante el simulacro. A los residentes les tomó entre cuatro y ocho minutos llegar al punto de reunión con sus artículos de supervivencia e, incluso, sus mascotas. El tiempo registrado se considera bueno, considerando que la sirena se activa 15 minutos antes de abrir las compuertas y que estas aguas tardan como mínimo dos horas en llegar al poblado, en caso de que sea necesario hacer un vertido de emergencia.
“El trabajo conjunto ha sido clave para lograr este nivel de organización”, destacó Yazmín Delgado, directora del Centro de Operaciones del SINAPROC, para quien “una comunidad preparada es una comunidad fuerte que puede enfrentar de manera más eficiente las situaciones de emergencia como resultado de eventos climáticos”.
Es una posición que comparte Karina Vergara, gerente encargada de la División de Políticas y Protección Ambiental del Canal de Panamá, quien resaltó la importancia de este tipo de ejercicios que permite, además, “mantener la preparación de la comunidad, mejorar los protocolos y recabar información nueva sobre las personas que habitan en el lugar o mantienen alguna condición especial que debe ser considerada”.
También, permite atender la inquietud de algunos adultos mayores que consideran que ha llegado el momento de formar a los jóvenes de la comunidad para que asuman roles de liderazgo y continúen luchando por el beneficio común, con el acompañamiento que ofrece el Canal de Panamá y el resto de las instituciones que aportan a este esfuerzo.
El Canal de Panamá y los moradores de las comunidades de la cuenca mantienen una alianza permanente y que ha sido clave para la conservación del agua. Los alcances de esta asociación se extienden y también son efectivos para garantizar la seguridad y bienestar de los pobladores de estas áreas, lo que constituye una prioridad tanto para el Canal como para las autoridades participantes.