Akira Aoyama: el ingeniero japonés que dejó huella en el Canal de Panamá
En el entramado de historias que conforman la memoria del Canal de Panamá, hay figuras cuya contribución trasciende fronteras y […]
En el entramado de historias que conforman la memoria del Canal de Panamá, hay figuras cuya contribución trasciende fronteras y épocas. Una de ellas es Akira Aoyama, el ingeniero japonés que, con apenas 26 años, se convirtió en subdirector de ingeniería en las esclusas de Gatún, dejando una huella técnica y humana imborrable. Su historia refleja el carácter internacional del Canal y el espíritu de colaboración que lo hizo posible. Aoyama no solo aportó conocimientos avanzados en agrimensura y diseño, sino que también encarnó los valores de integridad y compromiso que siguen guiando nuestra vía acuática.
Akira
El ingeniero Akira Aoyama nació el 23 de septiembre de 1878 en la ciudad de Iwata, prefectura de Shizuoka, Japón. Realizó y concluyó sus estudios en la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Imperial de Tokio entre 1899 y 1903, graduándose con los más altos honores.
Durante sus años universitarios, a través de sus profesores, se enteró del importante proyecto de construcción del Canal de Panamá. Motivado por el deseo de participar en esta gran obra, viajó a Estados Unidos con una carta de presentación del profesor Isamu Hiroi, un docente destacado de la Universidad de Tokio. Desde Yokohama abordó el buque “Ryojun Maru” para llegar a Norteamérica. Sin embargo, debido a retrasos en los tratados entre los gobiernos de Estados Unidos y Panamá, se vio retenido por varios meses en Seattle, Washington.
Posteriormente, se trasladó a Nueva York a la Universidad de Columbia, donde estableció contacto con William Hubert Burr, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil y director ejecutivo de la Comisión del Canal Ístmico. Durante su estancia en Nueva York, trabajó durante tres meses sin sueldo en una compañía ferroviaria, aprovechando la oportunidad para dominar las bases de agrimensura, habilidad que más tarde le sería fundamental y útil en su carrera.
El 7 de junio de 1904, Akira Aoyama llegó a la ciudad de Colón, Panamá. En sus primeros años colaboró como asistente agrimensor y en 1907 fue promovido a agrimensor, centrando su labor en la evaluación del terreno del lago Gatún, del río Chagres y entrada del Atlántico. Estos estudios resultaron esenciales para la construcción de la represa de Gatún y el desarrollo del puerto de Cristóbal. En 1910 ascendió a Ingeniero de Diseño y, posteriormente, fue nombrado subdirector de Ingeniería en las esclusas de Gatún, siendo responsable de la construcción del muro de aproximación.
Después de siete años y medio de intensa dedicación, en enero de 1912 regresó a Japón cuando la construcción del Canal estaba aproximadamente en un 80 % de avance. De vuelta en su país natal, aplicó los conocimientos avanzados adquiridos en Panamá, especialmente en técnicas relacionadas con el uso del concreto. Gracias a esta experiencia, ocupó posteriormente cargos de gran relevancia dentro del gobierno japonés.
El aporte
Entre sus contribuciones en Japón destacan la finalización de la construcción del vertedero del río Arakawa tras las grandes inundaciones de 1910, y la dirección de las obras de desviación del río Shinano en Niigata entre 1927 y 1931. Aunque el vertedero estuvo casi completado en 1927, un incidente el 24 de junio implicó la caída de una compuerta móvil, lo que llevó a Aoyama a asumir la dirección de la reparación y culminación del proyecto.
Hasta su nombramiento como ingeniero jefe del Ministerio del Interior en 1934, supervisó obras hidráulicas y portuarias de gran envergadura. Tras su retiro, colaboró como ingeniero comisionado en Tokio, la prefectura de Hyogo y el antiguo Manchukuo, supervisando proyectos de administración de ingeniería civil y control de inundaciones.
En su hogar en Iwata, Aoyama dedicó su tiempo a la lectura de obras espirituales de Kanzo Uchimura, así como de textos de ingeniería civil, cristianismo, filosofía y tecnología, viviendo una vejez piadosa y tranquila. Falleció en su domicilio el 21 de marzo de 1963, a los 84 años.
Un episodio emblemático de su carácter ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la Armada japonesa le consultó sobre un plan para destruir el Canal de Panamá. Él respondió: “Sé cómo construirlo, pero no sé cómo destruirlo”, demostrando así el noble espíritu de un ingeniero comprometido con la creación y no con la destrucción. Akira Aoyama representa el estereotipo del ingeniero civil heroico y noble de la era Meiji.
Historias como esta enriquecen nuestra vía acuática, aportando un valor significativo a nuestra memoria histórica y unificando a todas las naciones que contribuyeron para culminar esta gran obra.
Bibliografías
- Akira Aoyama´s on the Panama Canal Projects, Japan Society of Civil Engineer, 2018.
- The Legacy to Prosperity, Panama Arakawa, Okouzu, 1994.
- 100 años de Curiosidades del Canal de Panamá, Jaime Troyano, 2015.