Artículo originalmente publicado por la revista Seaways.
Los remolcadores jugaron un papel fundamental en la construcción del Canal de Panamá, que comenzó con la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique en 1881. Sin embargo, incluso antes, la Compañía del Ferrocarril de Panamá ya utilizaba remolcadores desde 1850. Estos remolcadores fueron adquiridos para ayudar a buques y barcazas en los puertos terminales de Panamá y Colón.
Cuando el esfuerzo francés de la construcción del Canal fracasó en 1887, su flota de embarcaciones quedó abandonada, pero Estados Unidos compró todo el equipo rodante y flotante. La empresa francesa fue sustituida por la Comisión del Canal Ístmico, una institución del gobierno estadounidense. Los estadounidenses reforzaron la flota de los remolcadores portuarios del ferrocarril con el remolcador Bolívar en el Pacífico y el Cristóbal en el Atlántico, así como remolcadores de alto calado adicionales para mejorar su capacidad y facilitar las operaciones marítimas en ambos extremos.
El Canal de Panamá ha ofrecido un servicio ininterrumpido de remolcadores durante más de un siglo; de hecho, más tiempo que la antigüedad del mismo Canal. Uno de los factores más importantes de este logro es la formación de sus capitanes. El Canal de Panamá cuenta con un programa de adiestramiento muy exigente para estos puestos, empezando con la selección de candidatos potenciales. De los cientos de lugares en el mundo que utilizan remolcadores, el Canal de Panamá es uno de los pocos donde los candidatos deben ser oficiales de marina mercante completamente calificados, incluso antes de comenzar su adiestramiento. ¿Por qué el Canal exige estándares de profesionalismo tan altos para estos puestos? La respuesta es sencilla: el trabajo que se realiza aquí es extremadamente preciso y muy arriesgado. Solo los más altos estándares son suficientes.
El entrenamiento
Cualquier oficial náutico que desee formar parte de este grupo de, aproximadamente, 145 capitanes debe tener experiencia en navegación, poseer un dominio avanzado del idioma inglés y gozar de buena salud física y el perfil psicológico adecuado. Los candidatos deben tener una combinación de experiencia, estabilidad mental y objetividad ecuánime para realizar su trabajo como capitán de remolcador del Canal de Panamá. Pero este es un camino largo con muchos desafíos, tanto profesionales como personales.
Cuando se acepte a los candidatos para comenzar como oficiales de remolcador en adiestramiento, la duración del programa variará según su experiencia como profesionales marítimos. Si ya cuentan con experiencia comprobada como capitanes de remolcador en compañías internacionales, deberán completar un programa de 260 guardias supervisadas por capitanes de remolcador del Canal de Panamá, en los seis diferentes tipos de remolcadores que se encuentran en servicio.
Los candidatos que posean experiencia en otro tipo de embarcación —como mi experiencia previa en un rompehielos polar— se someterán a un programa que abarca un mínimo de 520 guardias supervisadas. Más aún, antes de embarcar, pasarán por un proceso de familiarización en nuestros simuladores, que los pondrán a prueba con diferentes tipos de remolcadores. A esto le seguirá una capacitación con instructores a bordo de un remolcador, donde aprenderán sobre maniobrabilidad y los aspectos generales del remolcador. Este proceso de familiarización se repite para cada tipo de remolcador. Si bien los candidatos pronto estarán a bordo de remolcadores, no estarán a cargo de una guardia hasta que hayan completado su adiestramiento. Durante todo el programa, estarán bajo la supervisión de un capitán idóneo.
El programa de adiestramiento toma entre 18 y 30 meses (aproximadamente, dos años y medio); y nuevamente, dependiendo de su nivel de conocimiento. Además de la capacitación a bordo en cuanto a capacidades y habilidades técnicas, los candidatos participan en sesiones de capacitación enfocadas en temas como conocimiento local, navegación, seguridad industrial, primeros auxilios y habilidades blandas. Cada grupo de candidatos realizará una presentación formal de un proyecto asignado por la gerencia.
Además de los cursos programados, existen períodos asignados para evaluaciones, preparación de grupos, sesiones de estudio y exámenes prácticos. El examen final escrito incluye preguntas sobre conciencia situacional, conocimiento del área operativa, navegación, extinción de incendios y normas de tránsito marítimo, entre otros temas. También requiere que los candidatos dibujen de memoria cartas náuticas completas del Canal de Panamá.
Los exámenes prácticos finales van acompañados de observaciones de nuestro organismo formador SIDMAR. Estas observaciones incluirán comentarios de nuestros instructores y capitanes a bordo para ayudarlos a mejorar sus habilidades y competencias.
A lo largo de su formación, los candidatos aprenden a operar y navegar los seis tipos diferentes de remolcadores. Después de completar el programa, los candidatos se someten a un período de verificación en cada tipo de remolcador, donde deberán aprobar con al menos 80 %. Posteriormente, visitarán la Junta de Inspectores (BLI) para tomar pruebas teóricas sobre conocimientos locales, el Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes (COLREGS), las normas de señalización marítima (IALA), navegación, operaciones de remolcadores en general, sistemas de boyado marítimo y radiocomunicaciones, entre otros temas. Todo el proceso culmina con la obtención de la licencia de capitán de remolcador del Canal de Panamá. A partir de ese momento, los capitanes estarán listos para gobernar un remolcador y serán designados oficialmente como capitanes de remolcadores del Canal de Panamá, título que todos portamos con gran orgullo.
El sitio de aprendizaje
El papel de SIDMAR dentro de este complejo sistema de adiestramiento es crear, diseñar, supervisar y evaluar los propios programas de formación. Estamos enormemente satisfechos con el programa y es muy placentero ver a estos nuevos profesionales tomar el mando por primera vez y servir oficialmente al Canal de Panamá y a nuestra nación, asistiendo a los más de treinta buques que diariamente cruzan la ruta. Presenciar cómo estos profesionales crecen y cómo poco a poco aplican las habilidades y competencias adquiridas durante su adiestramiento es sumamente gratificante.
El ver cómo los capitanes desarrollan su propio estilo de trabajo dentro de los estándares operativos es para nosotros un momento crucial de satisfacción. Pero la cosa no termina allí. Nosotros monitoreamos de forma permanente cómo funciona el Canal. Este es un negocio versátil que se actualiza constantemente y, de la misma manera, actualizamos continuamente el programa de adiestramiento, los Avisos a las Navieras y los manuales.
Para mantenernos a la vanguardia, le damos prioridad a la capacitación continua y el desarrollo profesional de nuestra fuerza laboral, asegurándonos de que se mantengan actualizados con los últimos avances en innovación y tecnología. Esto incluye actualizaciones sobre los últimos procedimientos y mejores prácticas adoptadas por prácticos y capitanes de remolcadores que operan en el Canal de Panamá, así como capacitaciones sobre nuevas tecnologías y métodos que proponen mejorar sus habilidades y experiencia.
Para concluir, es importante destacar que SIDMAR supervisa estos procesos de capacitación, no solo para los capitanes de remolcador, sino también para los prácticos, operadores de lanchas y todo el personal que trabaja a bordo de equipo flotante dentro de las aguas del Canal. Amamos mucho lo que hacemos y creemos que el servicio ininterrumpido que el Canal de Panamá ha brindado al mundo durante más de 110 años es testigo de que nuestro trabajo ha dado —y sigue dando— resultados positivos. Este es nuestro orgullo… ¡es nuestra pasión!
El autor es coordinador de adiestramiento marítimo. Seaways es la revista internacional de The Nautical Institute.