Según el cuarto estudio de gases de efecto invernadero (GEI) de la Organización Marítima Internacional (OMI), el impacto climático del transporte marítimo aumentó 10 % en seis años, y podría aumentar un 50 % para el 2050. El estudio también muestra que las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo aumentaron de 977 millones de toneladas en el 2012 a 1,076 millones de toneladas en el 2018, lo que supone un alza del 9,6 %.
Esto ha impulsado la implementación de regulaciones en materia de eficiencia operacional que buscan reducir los consumos de las embarcaciones que navegan por los océanos. En adición, se ha implementado una serie de innovaciones tecnológicas como el “Justo a Tiempo”, “optimización de llamadas a puerto”, “realidad virtual” y la introducción mundial de combustibles y/o fuentes de energía alternativos. La estrategia inicial de la OMI en cuanto a la reducción de emisiones fue aprobada el 13 de abril de 2018. Esta estrategia busca potenciar medidas a corto, mediano y largo plazo, a fin de contribuir en la reducción del 40 % de la intensidad de las emisiones para el año 2030 y 50 % de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del transporte marítimo para el año 2050 (comparado con los niveles de 2008 respectivamente).
Para el año 2023, debe adoptarse la revisión de la estrategia alineada con las medidas a corto plazo que serán fundamentales para alcanzar la ambición general establecida en el Acuerdo de París de 2015.
Importancia de los corredores marítimos verdes
Para fomentar la transición hacia nuevas tecnologías y apoyar el desarrollo de combustibles y soluciones limpias, 22 países firmaron la Declaración de Clydebank durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), para promover la creación de corredores verdes marítimos. El principal objetivo de la Declaración de Clydebank (una declaración de intenciones no vinculante) es establecer al menos seis corredores verdes ecológicos entre dos o más puertos para mediados de este siglo, y aumentar este número durante los próximos años.
La participación es voluntaria, y además no es obligatorio que todas las embarcaciones sean de cero emisiones para transitar por un corredor verde.
Para conseguir crear estos corredores más sostenibles, se espera que los países signatarios fomenten la creación de alianzas entre los Estados, los puertos, las empresas y todos los operadores que trabajan a lo largo de la cadena de valor. Solo de este modo, es posible acelerar la descarbonización en el sector.
Los puertos de Los Ángeles y Shanghái planean crear el primer corredor marítimo ecológico del mundo, en una asociación convocada por C40 Cities que también cuenta con la participación de ciudades, propietarios de carga y grandes navieras.
Todos ellos cooperarán para alcanzar la descarbonización del movimiento de mercancías entre los mayores puertos de Estados Unidos y China, una de las rutas comerciales más transitadas del mundo.
A finales de este 2022, los aliados presentarán un plan de implementación del corredor verde, con los siguientes objetivos clave:
- La introducción progresiva de buques de combustible de bajas emisiones de carbono y el inicio de la transición a buques de cero emisiones para 2030.
- El desarrollo de buenas prácticas para reducir las emisiones y mejorar la eficiencia de los buques que utilicen el corredor.
- La reducción de las emisiones en las operaciones portuarias, mejorando la calidad del aire en los puertos y ciudades.
- El Canal de Panamá, corredor verde para el comercio marítimo
El año pasado, la vía interoceánica anunció sus planes para convertirse en carbono neutral para el 2030. Para lograr este objetivo y maximizar su valor como corredor verde para el transporte marítimo mundial, el Canal espera realizar importantes inversiones y cambios en sus operaciones en los próximos años. Con la compra de vehículos eléctricos y remolcadores híbridos, se anticipa que la modernización de su equipo e infraestructura requerirá inversión e investigación y desarrollo.
El Canal también continuará trabajando con los actores internacionales para garantizar que sus contribuciones estén alineadas con los esfuerzos globales hacia la descarbonización de la industria.
En noviembre de 2021, el Canal de Panamá participó en la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), reforzando la importancia de involucrar a toda la cadena de suministro en los objetivos hacia la neutralidad de carbono de la industria.
El Canal también se unió a más de 160 organizaciones de la industria marítima en el Llamado a la acción para la descarbonización del transporte marítimo, una promesa y un compromiso para tomar medidas concretas contra el calentamiento global.
Panamá presentó ante la OMI el documento “La optimización de rutas marítimas como medidas a corto plazo en la reducción de emisiones”, y la contribución que genera la Ruta Verde del Canal de Panamá como aporte en la reducción de emisiones del transporte marítimo internacional, en especial sobre la optimización de las rutas marítimas.
Existen diferentes rutas de navegación a nivel mundial, y debido a esto, la preparación de un plan de viaje implica las consideraciones de las rutas marítimas disponibles entre los puertos del viaje. En este sentido, la elección de la ruta más corta resulta en bajar el consumo de combustible, en la reducción del tiempo de la travesía y en la disminución de las emisiones.
En el futuro, el Canal incorporará en su estructura de precios las emisiones de los buques durante el tránsito por la vía interoceánica, con base en su tecnología y maniobrabilidad, para ayudar aún más a la descarbonización de la industria marítima.
El Canal de Panamá contribuyó a la reducción de 16 millones de toneladas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono (CO2) en el 2021, en comparación a la ruta alterna más probable.
Estos ahorros, tres millones más que en el 2020, equivalen a las emisiones de 3.2 millones de vehículos sedanes conducidos durante un año o al carbón absorbido por 248 millones de plantones de árboles cultivados por diez años.