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Ecos de un hogar que no existe: la reunión del Panama Canal Society en Orlando

Zonian: persona que vivió en la Zona del Canal de Panamá o estuvo asociada con ella, especialmente, durante el tiempo […]

Zonian: persona que vivió en la Zona del Canal de Panamá o estuvo asociada con ella, especialmente, durante el tiempo de administración estadounidense (1903-1979).

Identidad zonian: subcultura propia, a menudo marcada por una mezcla de influencias estadounidenses y latinoamericanas. Muchos zonians sienten una fuerte conexión tanto con Estados Unidos como con Panamá, pero también consideran la Zona del Canal como un lugar y una experiencia única.

Del 3 al 6 de julio del presente se celebró la reunión anual del Panama Canal Society en el hotel Rosen Shingle Creek en Orlando, Florida.

Antiguos residentes de la extinta Zona del Canal que viven en Estados Unidos se reunieron para estrechar lazos y rememorar sus vidas en Panamá. La reunión es una gran fiesta en la que los asistentes bailan, juegan bingo, participan en juegos de trivia y en subastas, recuerdan a amigos fallecidos, aprenden sobre la historia del Canal de Panamá y asisten a reuniones de egresados de escuelas de la antigua Zona, mientras sus hijos y nietos conversan y juegan en las piscinas del hotel.

Cientos de personas se reúnen año tras año y llegan desde todas partes de Estados Unidos y del mundo. ¿Quiénes son estas personas y por qué este fervor en encontrarse?

Vivir y trabajar en el Canal

Joseph (Joe) J. Wood es uno de los miembros más importantes del Panama Canal Society. Su semblante cambia cuando se le pregunta por el istmo:

Amamos Panamá. Tengo familia aún en Panamá, pero no he regresado desde 2015 cuando fuimos a ver a una tía enferma. Tengo 88 años y me cuesta viajar. Pero me conservo gracias a que crecí tomando agua del Chagres”.

Sobre su gestión como canalero recuerda: “Trabajé en el Canal por 33 años y laboré de manera cercana con Fernando Manfredo, quien era administrador adjunto. Él era sumamente capaz. Se incorporó con fluidez. Comprendía las fricciones entre estadounidenses y panameños, pero superó esas diferencias; era amigo de todos y trataba a todos por igual. Mi carrera en el Canal fue muy interesante, especialmente durante los años ochenta, en medio de la dictadura. En 1998 ayudé a fundar el Museo del Canal de Panamá en la Florida y sigo muy comprometido desde que la colección fue transferida a la Universidad de Florida”.

Como dato interesante, Joe no nació en la Zona del Canal: “Bueno, yo nací en la Ciudad de Panamá. Mi mamá es panameña, y crecí en un ambiente panameño aun cuando vivía en la Zona. Sin embargo, yo hablaba inglés y mi mamá me hablaba en español. En Ancón había muchos matrimonios entre estadounidenses y panameñas”.

Joe ahonda en los temas que unen tanto a zonians como a panameños: “Tú puedes ver en esta reunión a estadounidenses luciendo molas y vestidos con la bandera de Panamá”.

Sobre cómo está siendo manejado el Canal de Panamá, Joe comparte: “Tuve la oportunidad de conversar con el exadministrador Alberto Alemán hace un tiempo y le dije que los panameños están haciendo un gran trabajo, probablemente mejor de lo que lo hacían los estadounidenses. La diferencia es que ahora se obtienen ganancias; antes de la reversión nosotros no nos enfocábamos en eso. Panamá ahora está obteniendo grandes ingresos, y hasta ahora la oferta y la demanda se mantienen”.

Una pregunta clave fue la relación entre Estados Unidos y Panamá, y en especial la influencia del presidente estadounidense. Joe responde: “La mayor defensa del Canal es el tratado de neutralidad”.

Una comunidad unida

Bryan McKee, trabajador ferroviario en Estados Unidos nacido en Panamá, nos comparte: “El Panama Canal Society continúa la tradición de la cercanía entre todos y les enseñamos a las nuevas generaciones cómo éramos… la camaradería, la amistad. Puedo ver a miles de personas y conozco a la mayoría. Nos contamos las mismas historias una y otra vez, pero no importa”.

Aquí la gente todavía se preocupa por los demás. Es agradable estar en contacto. Esto es más que una fiesta: se trata de amistad. Sin embargo, mis hijos no entienden este sentimiento; solo a una de mis hijastras le gusta el ambiente y la música de Panamá”.

¿Qué es Panamá para ti? “El lugar de donde provengo”, y añade: “creo que Estados Unidos podría haber hecho un mejor trabajo integrándose más con Panamá en lugar de construir cercas y muros”.

Sobre la relación política entre Panamá y Estados Unidos, señala: “Creo que a la larga todo irá bien. Me alegra ver cómo se ha desarrollado Panamá con los años. Cuando vivía allí, había muchas zonas pobres, pero ahora veo más clase media y, en general, se está desarrollando con fuerza”.

Un mono suelto en Balboa Heights

Nancy Elida Baldwin Reid tiene un stand de ventas en la reunión. Promueve su libro para niños Linus and Nancy, A True Tale from the Panama Canal Zone. El libro, basado en la vida real, relata las aventuras de Nancy junto con su mascota, un mono capuchino, en la Zona del Canal de los años sesenta: “Mi papá era oficial de Información en el Canal de Panamá y solía viajar mucho por el interior. Un día me trajo un mono y el libro detalla las veces que se soltó por Balboa Heights, donde vivíamos”.

Nancy vive en Estados Unidos, pero visita Panamá regularmente: “Yo nací en el hospital San Fernando, me considero panameña, pero a los 14 años me hice ciudadana de Estados Unidos. Bromeo diciendo que soy tres cuartos panameña. Mi mamá era totalmente panameña y mi papá era mitad panameño, mitad estadounidense. Mis padres están enterrados en una cripta en el Santuario Nacional”.

Las reminiscencias de Nancy son felices: “La Zona del Canal era genial e íbamos a Panamá a menudo. Estudié en sus escuelas e incluso estudié dos años en el Canal Zone College”.

El abuelo que llegó en la construcción

Bruce Chan, Zonian de tercera generación, también compartió sus experiencias:

Nací en la Zona del Canal de Panamá en 1959, y mi padre nació en ese mismo lugar en 1924. Mi madre vino de Ohio y llegó a la Zona del Canal después de la Segunda Guerra Mundial, donde conoció a mi padre. Ellos vivieron en la Zona hasta 1986. Mi abuelo, Harry Chan, llegó a Panamá durante la construcción del Canal y era pagador de los empleados del Silver Roll. En la década de 1950, obtuvo la concesión para administrar un restaurante chino en la YMCA de Balboa. Muchos de mis familiares vinieron a Estados Unidos, pero aún tengo primos que viven en Panamá”.

Cuando se le pregunta a Bruce qué significa Panamá para él, responde:

Es mi hogar, nací allí, tengo muchos amigos de allí… familiares. Simplemente, se siente como en casa. Cuando vengo a estas reuniones, se siente como regresar a una época diferente. No conozco a todos aquí, pero es muy fácil dar un paseo y ver caras conocidas.  A medida que creces, aprendes a apreciar las cosas que tenías y que no sabías que eran tan buenas”.

Respirar Panamá

Carol Meyer vivió en la Zona del Canal de Panamá de 1972 a 1989 y trabajó como pediatra especializada en problemas respiratorios y alergias en el hospital Gorgas. Sigue enamorada de Panamá y visita el istmo cada dos años: “Yo amo Panamá, es un país maravilloso, adoro a la gente, odio el tráfico en la ciudad, pero el interior es fabuloso… me encanta el aire en los trópicos… es más suave”.

¿Qué le gusta de los panameños? “Me parecen más felices y tolerantes que los estadounidenses”.

Sobre su estadía en Panamá señala: “Vine a Panamá primero haciendo una beca de medicina para mi universidad en Estados Unidos. Yo sí me sentí zonian. Cuidaba a hijos de zonians, pero también cuidaba a niños panameños. De hecho, cualquier persona que trabajaba en el Canal de Panamá podía ser atendida en el Gorgas, y en algunas ocasiones panameños que no trabajaban en el Canal podían ser atendidos allí”.

Uno de los aspectos que admiré de trabajar en la Zona del Canal era la meritocracia:

No importaba quién fueras: si hacías bien tu trabajo, conseguías un ascenso. Uno de mis buenos amigos empezó como carnicero y acabó como tesorero”.

Carol fue testigo de momentos clave en Panamá como la invasión, en la que fue afectada directamente: “Una de mis mejores amigas murió en la invasión; nuestro ejército le disparó. Ella fue una de las tres zonians asesinadas durante la invasión”.

El 9 de enero de 1964, presente en la reunión

Uno de los momentos más significativos de la reunión anual ocurrió al mediodía del 5 de julio, cuando la historiadora y museóloga panameña Wendy Tribaldos ofreció una presentación sobre los sucesos del 9 de enero de 1964.

En un salón abarrotado, Wendy desarrolló las razones por las que jóvenes panameños se manifestaron contra la discriminación que representaba la quinta frontera.

La Zona, como todos saben, era un enclave extraído del territorio panameño mediante un tratado de 1903 negociado, crucialmente, sin un solo representante panameño en la mesa. Dicho tratado se firmó apenas quince días después de la separación de Panamá de Colombia.

Con el paso de las décadas, las tensiones se mantuvieron latentes. Si bien la Zona del Canal era un símbolo de la destreza ingenieril y la fuerza militar estadounidenses, para los panameños representaba un recordatorio diario de la soberanía perdida”, señaló Wendy al principio de la ponencia.

La presentación también mostró el sentir de los estudiantes zoneítas a la percepción de amenaza de los estudiantes panameños. “Para muchos estudiantes del Balboa High School, arriar la bandera estadounidense en enero de 1964 fue como borrar la presencia de su nación. Su bandera, que también se encontraba en todas las aulas, era un elemento importante de afiliación grupal: simbolizaba pertenencia. Diariamente, los estudiantes juraban lealtad a la bandera estadounidense «y a la República que representa, una nación bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos», y eran enviados al director si algún estudiante olvidaba decirlo. Un estudiante de Balboa lo describió simplemente: «Cuando ondea nuestra bandera, no nos sentimos tan lejos de casa»”.

La presentación también reparó en la forma en que la Zona era manejada y las consecuencias que una manifestación estudiantil panameña podía acarrear: “Hay que recordar que la vida en la Zona estaba muy estructurada, y las órdenes de la Compañía del Canal de Panamá o del gobernador debían acatarse y punto. Desobedecer podía significar el despido o incluso la deportación. Así que, para estos estudiantes, desafiar la autoridad al izar su bandera fue un acto de auténtica desobediencia civil, y uno valiente, además. Pero también encendió una llama que llevaba tiempo latente en Panamá. La ira y la frustración que sintieron los habitantes de la Zona durante unos días por la retirada de su bandera reflejaban lo que los panameños habían sentido durante más de sesenta años: que parte de su propio país era, en efecto, una colonia extranjera.

Sobre lo que le significó hablar sobre el acontecimiento que dividió en dos la historia panameña y que marcó el comienzo del final de la Zona del Canal, Wendy señaló que “fue complejo redactar esta ponencia. Francamente, estaba muy nerviosa, no sabía cómo sería recibido. Sin embargo, la acogida fue excelente a pesar de ser un tema difícil. Estimo que la clave fue centrarme en el tema motivacional de los chicos de Balboa High School y del Instituto Nacional: en otras palabras, qué los impulsó a actuar de la manera en que lo hicieron. Así, logré explorar tanto los elementos históricos que permeaban el contexto de ambos grupos, sin perder de vista el factor emotivo que también fue central en el desarrollo de los eventos de enero de 1964”.

Recordar a Panamá a través de objetos

Además de los bailes, recordatorios y juegos, en la reunión había un área de ventas de productos panameños. Entre los diferentes vendedores se encontraba la dueña de Barú Highlands Coffee, Marisín Vanderbilt, quien comenta: “Este es nuestro primer año participando en la reunión. Muchos de los zonians crecieron con café Durán, es todo lo que ellos conocen, así que fue una gran oportunidad de mostrarle a un público estadounidense los diferentes tipos de cafés de Panamá”.

Marisín, quien lleva viviendo en Estados Unidos desde los años ochenta y se considera panameña —y no zonian—, menciona que la feria fue un éxito y añade: “Tenemos interés de regresar el próximo año”.

Hasta el año que viene

Durante tres días Orlando se convirtió en una incubadora de memorias y recuerdos. Algo reminiscente a Panamá es recreado en tierras norteamericanas.

En los pasillos se escucha tanto inglés como español, y muchos de los asistentes llevan ropa con marcas panameñas. Se ven molas y polleras, y muchas banderas de Panamá.

Sin embargo, los temas que allí se hablan pueden sentirse lejanos para el panameño común. Se habla de comisariatos y del Chinese Garden, de tomar el tren para ir a Summit y de Lucho Azcárraga. Se habla del gobernador de la Zona. Se habla de una vida apacible y predecible y de un gobierno estadounidense muy presente en sus vidas. Se habla de ir de compras a “Panamá”, aun cuando vivían en el centro del país.

Panamá siempre será nuestro hogar”, menciona Joe Wood. “Sentimos que perdimos nuestra casa, pero este tipo de reencuentro nos ayuda a mantenerla viva. Tengo tres hijos: dos están bien aquí en Estados Unidos, pero uno quiere comprar una casa en Panamá una vez que se retire”.

Al final, le preguntamos a Joe cómo se identifica. Piensa unos segundos y solo dice: “Zonian”.

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