En la verde y apacible comunidad de San Miguel Arriba, enclavada en la zona norte y montañosa del distrito de Penonomé, nació hace 46 años, Elza Martínez Ovalle, en el seno de un hogar formado por Severiano Martínez y Eduarda Rodríguez (Q.E.P.D.).
Su infancia transcurrió junto a 11 hermanos en medio de juegos y aventuras, como la de todo niño. Desde pequeña supo apreciar el valor de la tierra, de donde la familia obtenía los alimentos para el sustento diario.
Cuando alcanzó la mayoría de edad, se trasladó a Cirí Grande (distrito de Capira), específicamente al poblado de Tería Nacimiento, donde vivía el que sería su esposo y padre de sus hijos, Bacilio Gil Morán.
En su nuevo entorno familiar, alternaba las labores del hogar con el trabajo en el campo. Cultivaba la tierra y compraba café a sus vecinos para procesarlo y luego venderlo como medio para generar ingresos. Años más tarde, la caficultura se convirtió en su principal actividad productiva y económica.
Líder comunitaria
Aunque reconoce que era tímida, desde joven participó en agrupaciones sociales, productivas o religiosas como las que buscaban el empoderamiento de la mujer y que eran promovidas por la Iglesia Católica. Gracias a su destacada participación en dichas actividades presidió el consejo pastoral de su parroquia. Elza también participó en proyectos agropecuarios promovidos por el Ministerio de Desarrollo Agropecuaria (MIDA), y en el año 2000 ocupó el cargo de corregidora.
Tuvo los primeros contactos con los programas del Canal de Panamá en el 2003 cuando se realizaron reuniones comunitarias para el levantamiento de diagnósticos participativos sobre la situación socioambiental de la región, con el propósito de desarrollar programas dirigidos a la protección del recurso hídrico y el desarrollo sostenible de la cuenca del Canal.
En el 2006 se conformaron los primeros comités locales de cuenca y Elza estuvo en primera línea participando como delegada del comité local que comprende el tramo alto del río Cirí Grande.
Posteriormente, en el 2009 se creó el Consejo Consultivo de la subcuenca de los ríos Cirí Grande y Trinidad, y allí también tuvo una activa participación, ocupando cargos directivos, incluyendo el de coordinadora en dos periodos. De igual forma, estuvo en primera línea cuando se hizo el plan de manejo de la subcuenca y llegaron los primeros proyectos de reforestación, mostrando su compromiso con la conservación de los recursos naturales de la cuenca del Canal.
En el 2012, se fundó la Asociación de Caficultores de la Subcuenca de los ríos Cirí Grande y Trinidad del Canal de Panamá (ACACPA), y Elza ocupó la Secretaría de Comercialización. Después, fue electa como fiscal.
El 25 de abril de 2019, se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la organización, dándole un mayor impulso administrativo y gerencial, con proyectos como la creación de la marca Cuencafé y su posicionamiento en el mercado nacional e internacional, logrando llevarlo, incluso, a Grecia. Bajo su administración se tramitó la personería jurídica de la asociación, el permiso de operación, la certificación de la planta, el registro sanitario, y se remodelaron las instalaciones. Se establecieron alianzas estratégicas con otras asociaciones, se organizó la primera zafra del café, un evento que marca el inicio de la cosecha del rubro en la región de Capira.
Además, se estableció un vivero donde se produjeron más de 500,000 plantones de café. Posteriormente, incursionaron en la reproducción de clones de este rubro.
Desafíos
A juicio de Elza, uno de los principales desafíos de la organización es aumentar la producción de café, brindándole mayores oportunidades a los pequeños productores. Mantener la calidad del producto, fortalecer la membresía y contar con personal técnico y administrativo de apoyo, son otros retos.
En cuanto al rol de la mujer, señala que deben vencer sus miedos y atreverse a participar. “Debemos prepararnos, descubrir nuestro potencial y ponerlo al servicio de la comunidad”, afirmó.
Ella es un vivo ejemplo de lo que dice: al principio, no le gustaba hablar en público y tenía poca formación académica. Cuando empezó a participar en reuniones y eventos, adquirió confianza en sí misma y descubrió que tenía mucho potencial y vocación de servicio.
Decidió continuar sus estudios, ya que solo había llegado hasta sexto grado. Para ello, se inscribió en el programa El Maestro en Casa, que ofrecía el Instituto Panameño de Educación por Radio (IPER), en la emisora Radio Hogar, y se licenció de bachiller en Comercio con Énfasis en Pequeña y Mediana Empresa.
Actualmente, es asistente agropecuaria en la agencia del MIDA en La Arenosa y sueña con seguir sus estudios a nivel universitario.
Tras haber cumplido su periodo como presidenta de ACACPA, se dedica ahora a gerenciar lo que llama su principal empresa: la familia, formada por ella y sus tres hijos.
Su esposo falleció recientemente, dejando un hondo vacío en el hogar y en sus corazones. Sin embargo, Elza asumió con mucha entereza las riendas de su empresa familiar, continúa participando en las actividades de la asociación, el Consejo Consultivo y el Comité Local al que pertenece, así como a otras organizaciones que trabajan por la comunidad.