El agua es un elemento esencial para la población y para el funcionamiento del Canal de Panamá. Una buena administración de este recurso, permite atender las necesidades de consumo, principalmente, de cerca de la mitad de la población del país, así como garantizar la operación de la vía interoceánica.
En el Canal, el agua se almacena en los lagos Gatún y Alhajuela, los cuales se alimentan principalmente del río Chagres, así como de otros ríos dentro la Cuenca Hidrográfica.
Pero igual de importante, en el Canal se miden múltiples factores como los niveles de los lagos, los ríos, las lluvias y las variaciones climáticas, entre otros, para generar modelos y pronósticos valiosos para la administración de este recurso. Estas mediciones permiten anticipar la época lluviosa sobre la Cuenca, y fue lo que permitió tomar medidas preventivas ante las sequías de años pasados. Con estos datos ya se puede contemplar cómo será la próxima temporada lluviosa.
De acuerdo con Erick Córdoba, gerente de Agua del Canal de Panamá, el año pasado los embalses se llenaron debido
al fenómeno de La Niña.
“Cuando ambos embalses se llenan, nosotros podemos sostener las operaciones hasta el final de la estación seca sin ningún problema. Con el fenómeno de La Niña, se espera que para la primavera del hemisferio Norte pueda llegar a ser un evento neutral”, destacó Erick Córdoba.
“Neutral significa para Panamá precipitación promedio, lo cual para nuestra región y para la cuenca del Canal es bueno”, añadió Córdoba.
Hacia el mes de mayo, se debe superar lo que los meteorólogos llaman “la barrera primaveral” (cuando inicia la estación lluviosa); y ahí, según Córdoba, “sí puede mejorar el pronóstico de cómo va a cerrar el año por los meses de octubre, noviembre y diciembre. Una vez lleguemos a esas fechas, tendremos mayor certeza; pero por ahora se ve un año neutral”.
El trabajo que no se detuvo
Este personal sale al campo para analizar los datos que ofrecen las 60 estaciones de hidrometeorología ubicadas a lo largo de la Cuenca Hidrográfica que abarca territorios en las provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón.
Su labor no se detiene. Y frente a la pandemia, este equipo se vio obligado a extremar las medidas de seguridad. Oscar Baloyes, hidrólogo del Canal de Panamá, explica que estas estaciones están comunicadas con su equipo por medio de telemetría.
“Hay ciertos programas y procesos que debes cumplir, y para eso tienes que ir todos los meses a buscar los datos, analizarlos, mandárselos al hidrólogo para que haga un análisis real, un balance hídrico de la Cuenca”.
Baloyes destaca que los hidrólogos “tienen que balancear el agua que entra, el agua que se consume y el agua que queda en reserva”.
El personal de campo y los hidrólogos deben monitorear, vigilar los ríos, las estaciones, y para ello deben ir al campo “en piragua, en carro, a pie, a veces en helicópteros también. Hay que ser celosos porque la Cuenca es la génesis del Canal de Panamá”, añade; y recalca que “si no hay Cuenca, no hay Canal, ni tampoco hay agua para la población”.
Por otro lado, según explica Baloyes, están los hidrólogos profesionales que hacen los cálculos y las proyecciones del comportamiento de los lagos. “Esa parte es muy importante porque hay que saber con cuánta agua se dispone para ver la proyección de cómo va a ser el manejo del Canal de Panamá”.
“Nosotros tenemos un valor que se llama confiabilidad, y por eso tenemos que hacer las cosas bien con los métodos y procedimientos que tenemos a disposición”, destacó.
Su equipo de trabajo, naturalmente, ha tenido que manejarse con extremo cuidado durante la pandemia; sin embargo, explica Baloyes “los ajustes han sido casi imperceptibles, porque seguimos haciendo el trabajo, para cumplir con nuestras metas y obligaciones”.
“Los especialistas de seguridad ocupacional del Canal de Panamá, añade Baloyes, dieron pautas como, por ejemplo, el establecimiento de basureros especiales para depositar las mascarillas, determinaron la cantidad de personas que podían estar en un espacio físico manteniendo el distanciamiento, el uso obligatorio de mascarillas, y sobre todo, la mentalidad de cuidarnos mutuamente para seguir haciendo el trabajo”.
Responsabilidad Constitucional
El agua que consume cerca de la mitad de la población del país y permite el funcionamiento del Canal, se almacena en dos principales lagos: Gatún y Alhajuela, (ambos artificiales), y que nacieron cuando se represó el caudaloso río Chagres.
Estos lagos se alimentan de los ríos que están dentro la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá que abarca territorios en las provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón.
En las represas de los lagos del Canal de Panamá fueron construidas plantas de generación hidroeléctrica para mejor aprovechamiento del agua en Gatún y Madden.
Con una fuerza laboral comprometida, el Canal de Panamá asegura la disponibilidad del agua para el consumo humano y las operaciones de la vía interoceánica, respetando el desarrollo sostenible y la gestión socioambiental. También el Canal maneja una planta termoeléctrica en la represa del lago Miraflores.
Adicionalmente, cuenta con las plantas potabilizadoras de Monte Esperanza en Colón, Miraflores en el Pacífico, y la de Mendoza en La Chorrera.
Pero existen otras plantas potabilizadoras que toman agua de los embalses de Gatún y Alhajuela. Estas son la de Río Gatún (Transístmica), Antonio Yepes De León (Sabanitas), Federico Guardia Conte (Chilibre), y Laguna Alta (Arraiján).
Además, en el futuro también se abastecerán las plantas potabilizadoras Ingeniero José G. Rodríguez (Arraiján) y José “Pepe” Fierro (Gamboa), ambas en construcción.
En el Canal de Panamá contamos con un equipo humano dedicado a la protección de los recursos naturales de la Cuenca, así como de la vigilancia de los niveles de los lagos, ríos y de las variaciones climáticas. La protección de la Cuenca se desarrolla en conjunto con las comunidades que se benefician de distintos programas e incentivos.
Para responder a los retos en la disponibilidad de agua dulce causados por el aumento de la población y actividades productivas, el Canal publicó el pliego para la precalificación para el diseño, construcción y puesta en ejecución de un sistema optimizado de administración del recurso hídrico.
Así inicia el proceso para modernizar el sistema actual y garantizar el abastecimiento de agua por los próximos 50 años. De esta manera, el Canal de Panamá cumple con su responsabilidad constitucional para beneficio de nuestro país.