En la tranquila región de La Meseta de Boquerón, en la provincia de Chiriquí, nació un poeta extraordinario: Aberardo González. Su historia es tan fascinante como sus versos, tejidos con inspiración divina que lo impulsan a plasmar en papel las reflexiones más profundas de su alma.
Su infancia estuvo marcada por la perseverancia. Caminaba una hora y media para llegar a la escuela, un testimonio de su dedicación y deseo de educación. Sus primeros recuerdos del Canal de Panamá fueron las historias que su padre le contaba a sus hermanos y a él sobre su trabajo de construcción en Río Hato en 1942. Le llamaban las historias del ‘42, año en que se instaló una base militar de los Estados Unidos en este sitio para la protección del Canal.
Hace dos décadas, Aberardo se encontraba reflexionando sobre el futuro de sus hijas. Inquieto por la posibilidad de que los principios y valores se perdieran en el trascurso del tiempo, pensó que algo tenía que hacer. Este pensamiento permaneció en su corazón hasta el año 2020. Durante una oración a Dios, una voz dentro de sí mismo le pidió escribir y se convirtió en el motor que impulsaría su viaje poético.
Su inspiración
“Mi poesía favorita es Patria, de Ricardo Miró. Tiene eso que yo siento por Panamá”, comparte González; sin embargo, prefiere crear obras más cortas, aptas para niños pequeños. Uno de sus cometidos es precisamente eso, ofrecer sus versos inspirados en valores morales a los más jóvenes para provocar un cambio social.
La contribución de Aberardo al patrimonio poético de Panamá es grande. Su obra “Viva Panamá” se encuentra expuesta en el Salón de los Símbolos Patrios en el Ministerio de Gobierno, un reconocimiento de la importancia de su arte para la identidad nacional.
Una misión
Con un compromiso inquebrantable, Aberardo se embarca en una misión de difusión. Visita escuelas, municipios e instituciones en su provincia natal para compartir sus poesías, utilizando su arte como una herramienta para inspirar a las generaciones futuras.
Detrás de cada gran artista, hay un soporte. En el caso de Aberardo, su yerno Ananías ha sido su mayor sostén en el desarrollo de su arte. Juntos, han tejido una red de creatividad y apoyo mutuo, demostrando que el arte florece en la colaboración y el amor.
Entre las numerosas creaciones de Aberardo, destaca la poesía “Joya de dos mares“, dedicada al Canal de Panamá. Esta obra, impregnada de amor y admiración, captura la esencia de la maravilla que es el Canal, conectando dos océanos y desempeñando un papel crucial en la historia y el desarrollo de Panamá. Además de temas cívicos, González escribe sobre la amistad, sobre la familia, su fe en Dios y la vida cotidiana.
Aberardo González, el poeta de La Meseta, es más que un creador de versos, es un defensor apasionado de los valores que dan forma a la identidad panameña. Su obra trasciende el papel, inspirando a las generaciones actuales y futuras a abrazar y preservar aquello que hace única a su patria.
Imágenes
Joya de dos mares
Autor: Aberardo González Araúz
En 1513 comienza la hermosa historia, del canal de Panamá
cuando Vasco Núñez de Balboa cruzó por primera vez el istmo panameño.
Este estrecho puente, entre América del norte y América del sur
alberga al canal de Panamá, un paso de agua entre los océanos atlántico y pacífico.
Siendo más específico, el ingeniero de canales Ferdinand De Lesseps
negoció un acuerdo, con la república de Colombia.
Acuerdo que incluían, al istmo panameño
y otro grande sueño, construir el canal a nivel del mar.
El 1º de enero de 1880, empieza la construcción
del canal por los franceses, llenos de mucha ilusión.
Por la mala administración, y un sistema corrompido
la malaria y fiebre amarilla, los franceses son vencidos.
Aparece estados Unidos, para seguir la construcción
encontrando gran oposición, del gobierno colombiano.
Con la negociación del tratado Hay-Bunau Varilla, se asegura
la independencia de Panamá, y un canal mejorado y también bien controlado.
Con las esclusas de Gatún, Pedro Miguel y Miraflores
se convierten en las mejores maravillas del mundo entero.
Y fue el 7 de enero de 1914, el buque grúa Alexander Lavelly
se convirtió en el primero en hacer la travesía.
Y que gran alegría, que el 1ro de abril de 1914
se entregó oficialmente el proyecto al gobierno de la zona del canal.
El 15 de agosto de ese mismo año, con el paso del vapor Ancón
abre el canal las puertas, al tránsito marítimo al mundo comercial.
Con el control total, por parte de los Estados Unidos
pues de todos es sabido, que fueron largos años de espera.
Con los tratados Torrijos-Carter, el 7 de septiembre de 1977
comienza una nueva historia para el pueblo panameño.
Hubo un tiempo de transición, de aprendizaje y experiencia
de trabajo con experiencia, recibimos el canal con mucha inteligencia.
Administramos con eficiencia, también con sabiduría
y con plena soberanía y el respaldo del Dios del cielo.
Trabajamos noche y día, por eso hemos crecido
y de todos es conocido, la expansión del canal en el año 2007.
Y el 26 de junio del 2016, inicia operación las esclusas del canal ampliado
con barcos de alto calado, post-panamax y neo-panamax se cumplen los objetivos.
Porque Dios nos bendijo con una posición geográfica privilegiada
con una joya de dos mares, servimos con neutralidad.
Y no es casualidad, que es la principal fuente de ingreso
Ahora vemos el progreso con mucho orgullo los panameños.
Con este gran desempeño, mirando hacia el futuro y también al desarrollo
preparando a nuestros jóvenes, Dios nos ayuda a conquistar
Por eso vamos a sembrar, a plantar y no talar
a cuidar el recurso hídrico para que viva nuestro canal.