El Canal de Panamá es un camino de agua dulce que atraviesa el bosque tropical centroamericano. Alimentada por poderosos ríos, la vía interoceánica depende de la salud de sus bosques.
A partir del 31 de diciembre de 1999, el Canal de Panamá asume la responsabilidad de vigilar y proteger la Cuenca
Hidrográfica que le rodea. Los 3,313 kilómetros cuadrados de tierra alrededor del paso entre los océanos producen y almacenan el agua de dos ciudades y facilitan el tránsito de barcos. Esta inmensa riqueza natural ha rendido grandes beneficios al país en más 22 de años de administración panameña.
En estas dos décadas, el plan de manejo de la Cuenca Hidrográfica del Canal ha desarrollado proyectos de educación ambiental, reducción de riesgo y participación ciudadana que han sido reconocidos por sus resultados. Jóvenes profesionales de las seis subcuencas que hoy en día lideran un cambio, fueron niños que recibieron formación ambiental de estos programas.
Por medio de la ciencia, el Canal da seguimiento minucioso a los fenómenos atmosféricos y planifica de acuerdo con los datos. Por esto, la administración del
Canal dedica diversos equipos profesionales, científicos y técnicos para hacer posible el cuidado de este patrimonio. La conservación de la Cuenca como una gran esponja de bosques es una de las tareas más esenciales de su administración.
En esta edición de El Faro, honramos esa conexión de Panamá con su naturaleza, ganancia para el país.
Marianela Dengo de de Obaldía
Vicepresidenta de Comunicación e Imagen Corporativa