Milcíades Concepción, ministro de Ambiente, es de la opinión de que si bien vivimos un momento de ganancia para la naturaleza, esta ventaja se perdería rápidamente si una vez se supere la crisis de Covid-19, los seres humanos volvieran a las viejas e insostenibles prácticas que tanto han impactado.
Aunque mermadas por las restricciones de movilidad establecidas por las autoridades de salud, el Ministerio de Ambiente (MiAambiente) desarrolló una serie de actividades para celebrar el mes en el que se aprovecha para intensificar las jornadas de reforestación, educación ambiental, y en tiempos de crisis, insistir en concienciar a los panameños y sumar aliados en la lucha ambiental.
El mes de los recursos naturales fue propicio también para la instalación de las mesas de Análisis de los Problemas Ambientales y Sostenibilidad, una iniciativa en busca propuestas consensuadas a nivel nacional, para preparar la transición hacia la nueva normalidad, tras los efectos de la pandemia, destacó el ministro Concepción.
El Canal de Panamá
Para el ministro de Ambiente, existe un despertar en un importante porcentaje de la población en cuanto a la conciencia ambiental, lo que ha facilitado la integración de nuevos aliados como recientemente sucedió con el Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), grupo con el que ha suscrito un convenio para el establecimiento de un Centro de Economía Circular que sirva para encausar a las empresas, de modo que adapten sus operaciones y sean realmente más amigables con el ambiente.
En el caso del Canal de Panamá, la protección de los recursos naturales forma parte de su ADN, pues el agua es la materia prima con la cual se mueve la gran maquinaria que conecta el mundo. Del mismo modo, el Canal es responsable de administrar el recurso hídrico a través de un sistema de lagos en el que, además, se almacena el líquido para el suministro de más del 50 % de la población panameña.
Se trata de un aspecto tan importante que consta en la Ley Orgánica de la Autoridad del Canal de Panamá, comentó Daniel Muschett, vicepresidente de Agua y Ambiente.
En el artículo 6 se establece la responsabilidad por la “administración, mantenimiento, uso y conservación del recurso hídrico de la Cuenca”. En este mismo artículo se dispone que la coordinación interinstitucional es la vía para garantizar esa protección de los recursos naturales, por tanto, se crea la Comisión Interinstitucional de la Cuenca Hidrográfica (CICH).
De allí que la historia de mutua cooperación con el Ministerio de Ambiente es de vieja data. Según Muschett, se remonta a la época en que esta institución era el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables (INRENARE) y luego Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM). Desde entonces se estableció alianzas para llevar adelante el monitoreo y actividades de protección y conservación.
Y es que en la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CHCP) existen siete áreas protegidas, entre esas los parques nacionales Chagres, Soberanía, Altos de Campana, Camino de Cruces, Portobelo, el Monumento Nacional Natural Barro Colorado y el área recreativa del lago Gatún, lo que significa una gran responsabilidad y demanda de trabajo conjunto.
Solo en el Parque Nacional Chagres se produce el 40 % del agua que se libera en la Cuenca, por lo tanto, según Muschett, desde hace años se trabaja de forma constante en la identificación de proyectos de reforestación, vigilancia y protección, para que estas áreas sigan ofreciendo beneficios al país.
Una alianza con la gente
Para proteger un área de tanta importancia es necesaria la participación de las comunidades que allí habitan, por ello, desde el inicio se trabajó en el mejoramiento del nivel organizativo, de desarrollo y capacitación de las comunidades para que sus pobladores fueran parte activa de la conservación ambiental, pero mejorando al mismo tiempo su calidad de vida, sostuvo Muschett.
Se trata de un plan por medio del cual se involucra a los pobladores de las comunidades de la Cuenca a quienes se les capacita para que mejoren sus sistemas de producción, incrementen sus ganancias y sean parte de las labores de protección.
Igual que ha sucedido con el resto de las actividades del país, la Covid-19 ha impactado el trabajo que se desarrolla en estas zonas, no obstante, “se ha encontrado alternativas para seguir adelante con los proyectos, aunque se resiente el hecho de no poder tener el contacto personal con la gente en las comunidades”, concluyó Muschett.