Meteorología
Para monitorear el recurso hídrico y respaldar su adecuado uso y protección, el Canal de Panamá cuenta con una red de 58 estaciones hidrometeorológicas, un radar, servicio de imágenes satelitales y alianzas con servicios regionales de meteorología, que son las herramientas de las que se vale un grupo de meteorólogos para transformar datos en información clave para la toma de decisiones.
Gloria Arrocha, meteoróloga, es una de las integrantes de este equipo. Su labor le facilita a los especialistas de otras disciplinas emprender las mejores acciones en momentos sensitivos, como en la temporada de control de inundaciones o cuando se presentan fenómenos extremos como tormentas o sequías.
La meteorología aporta vigilancia sobre las condiciones climáticas predominantes, recopila y analiza datos, da seguimiento al comportamiento de los océanos y tiene modelos meteorológicos.
“Con estos elementos se hacen pronósticos cada vez más certeros sobre el comportamiento del clima, ya sea a corto o a mediano plazo,” aseguró.
Toda esta información cuantificada permite gestionar de mejor forma el agua, ya sea reservándola cuando se pronostican períodos secos, o incrementando su uso, cuando se esperan lluvias por encima de lo habitual.
Por ende, es necesario bajar el nivel de los embalses para evitar un exceso de agua que ponga en riesgo la seguridad de las personas que habitan en áreas sensitivas o la infraestructura canalera.
Sociología
El Canal de Panamá tiene la responsabilidad de administrar y conservar el recurso hídrico en la Cuenca y lo hace basado en una estrategia de gestión integrada y de desarrollo sostenible. Para lograrlo, es necesario contar con la participación de quienes habitan este territorio.
La Cuenca canalera es un área de aproximadamente 3,435 kilómetros cuadrados, y aunque cerca del 40 % corresponde a tierras protegidas, comprende siete distritos y 44 corregimientos en los que existen alrededor de 432 lugares poblados.
Para atender esta realidad, desde que el Canal revirtió a manos panameñas, se formaron grupos de trabajo interdisciplinarios, con la misión de crear e implementar los programas socioambientales que han dado forma a una estrategia de gestión de la cuenca, cuyos resultados son evidentes.
Gloria Trejos, socióloga de profesión, trabaja en la interacción con los diferentes actores que inciden en este territorio, a fin de implementar las estrategias que se han planificado e integrarlos al esfuerzo por la conservación ambiental y el buen manejo de la Cuenca.
Trejos explica que en el territorio se ha implementado un proceso participativo, que ha incidido desde las bases de estas comunidades y que, lejos de ser estático, está en constante construcción, ya que se va adaptando para atender a las exigencias de la dinámica territorial.
“La dinámica social es muy cambiante,” aseguró la especialista, quien consideró que en todo este esfuerzo se destaca el proceso de plataformas participativas que se ejecuta en la zona, una experiencia única en el país. Las comunidades se han organizado en consejos consultivos, un organismo de participación creado para mejorar las capacidades para la gestión y gobernanza ambiental del recurso hídrico de la Cuenca.
Química
Una adecuada gestión del agua requiere monitorear de cerca no solo su cantidad, sino también su calidad. El Canal de Panamá pone especial empeño, porque además de ser vital para las operaciones, el recurso hídrico que se almacena en el sistema de lagos garantiza el abastecimiento de agua más del 50 % de la población que reside en las provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón.
Como parte de esta tarea, el Canal opera tres plantas potabilizadoras, una en cada provincia. El seguimiento de la calidad del agua almacenada es muy estricto y tras ser procesada, llegará a los hogares por medio del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), entidad que se encarga de distribuirlo a la población.
Noris Matteus es química en el laboratorio de Calidad de Agua de la planta potabilizadora de Mendoza en Panamá Oeste. Ella es una de las personas encargadas de velar por el cumplimiento de las regulaciones nacionales sobre el procesamiento del agua potable.
En plena faena, cada día recolecta muestras, tanto del agua cruda que llega a la potabilizadora desde los embalses, como de aquella que, una vez procesada, está lista para ser entregada al IDAAN. Estas muestras son sometidas a una serie de pruebas fisicoquímicas y microbiológicas, cuyos resultados ayudan a determinar las cantidades de los químicos que se utilizan en la potabilización.
El proceso se aplica diariamente en todas las potabilizadoras y busca entregar agua de la mejor calidad para el consumo humano, pero representa también una línea más de defensa en cuanto a monitorear las condiciones del embalse. De detectarse cualquier anomalía en cuanto a la composición del agua cruda que llega a las plantas, enseguida se activarían los protocolos para investigar su posible causa y tomar las acciones que correspondan.
El esfuerzo conjunto entre el Canal de Panamá y sus colaboradores impulsa la conservación ambiental, así como la eficiencia e innovación en sus operaciones para mantenernos competitivos. Dicha misión es posible gracias a las alianzas establecidas con los moradores de las comunidades y el resto de los actores, cuya participación permite realizar un esfuerzo integral para la protección del recurso hídrico.