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“No solo debemos tomar más fotos, también debemos tomar más acciones”

Muy buenos días a todos.

Soy Jackie, y tengo el honor de dirigirme a ustedes en representación de Jóvenes Unidos por la Educación.

Un 9 de enero de 1964, unos 80 institutores cansados de una cortina de incomprensión y de ver nuestra soberanía golpeada, tomaron la bandera y marcharon con la misión de izarla en la zona del Canal. En pocas horas, otros 200 estudiantes de diversos planteles se sumaban a esta noble misión, y en cuestión de minutos lo que inició como un acto simbólico, se convirtió en un acto cívico que unió a una nación.

“No solo debemos tomar más fotos, también debemos tomar más acciones”, Jackeline Guerra.

Entre aquel centenar de jóvenes que coreaban un solo territorio y una sola bandera, se encontraba Ascanio Arosemena, quien, aunque no logró ver la plena recuperación de nuestra soberanía, dejó un legado imborrable.

La memoria de esos jóvenes valientes sigue viva, y la chispa que encendieron en ese momento continúa ardiendo en el corazón de cada panameño. En 1977 alcanzamos por fin la victoria, con la firma de los Tratados Torrijos Carter, que abrieron las puertas a la plena devolución del Canal de Panamá en 1999.

A 61 años de la gesta patriótica y 25 años de soberanía plena, el Canal es un símbolo de resiliencia y éxito. Cada año, más de 9,000 buques transitan por nuestras aguas. Fuimos más allá y respondimos en la ampliación del Canal, garantizamos el uso sostenible de recursos y hemos demostrado notable resiliencia en su operatividad ante distintos retos. Demostrando así la competitividad y eficiencia de la fuerza laboral panameña.

Para Jóvenes Unidos por la Educación, nuestra columna vertebral es mantener vivo el legado de nuestra soberanía y, sobre todo, el compromiso con un futuro que no es solo nuestro, sino de todos los panameños.

En la educación encontramos la luz de la llama eterna a la acción, entendiendo que es la guía para construir una nación más justa, inclusiva y próspera. Siendo, la educación, la clave para construir puentes de entendimiento, y formar ciudadanos conscientes, preparados y dispuestos a contribuir con el bien común.

Dar el discurso de apertura a la sexta edición del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC) es un honor que se asemeja a ser headliner de un gran concierto. Y es que nuestros verdaderos artistas, los auténticos héroes de nuestra historia, son aquellos que, con valentía y visión, levantaron la bandera de un Panamá libre, guiando nuestra vía interoceánica. Hoy, ese puente que une generaciones pasadas con las futuras no solo representa un legado histórico, sino también una oportunidad para las juventudes.

La subadministradora del Canal de Panamá, Ilya Espino de Marotta, participó de la apertura del el Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana ( LLAC).

A través de la educación, la innovación y el compromiso, las nuevas generaciones asumimos con fuerza nuestro rol como nuevos héroes y guardianes del progreso.

El Canal de Panamá, es un símbolo de conexión global, es fuente clave de sostenibilidad, competitividad y crecimiento, y es nuestra responsabilidad asegurar que continúe siendo un faro de prosperidad para nuestra nación.

En 2019, escribimos historia, al pasar de 50 a 150 jóvenes. A la fecha tenemos un portafolio de 90 proyectos comunitarios, 900 egresados y egresadas, y miles de beneficiarios.

Hoy continuamos el legado generacional dándole la bienvenida a 150 agentes de cambio que se unen a la misión de reimaginar nuestras comunidades, de crear oportunidades y de acelerar la transformación colectiva.

Nosotros, la generación nacida en un Panamá soberano, estamos hechos de las historias del Canal. Es nuestro deber ser agentes multiplicadores de cambio en una región convulsa, con democracias resilientes y otras fragmentadas, con profundas brechas que dividen a la sociedad y retos que cada vez están más interconectados.

Sabemos que la apatía no tiene cabida en este escenario, porque la incertidumbre de nuestro tiempo nos otorga el poder de dar forma al futuro que soñamos. Esto implica que podemos decidir qué historias serán contadas en el futuro. No solo debemos  tomar más fotos, también debemos tomar más acciones.

Solo en la educación encontraremos las soluciones a las adversidades que enfrentemos. Hoy más que nunca, repasar las hojas de nuestra historia es un acto solemne, que nos invita a repensar cómo queremos ser recordados: como una juventud comprometida por el país a través de la Educación.

Lo que comienza hoy es la continuación del legado de generaciones comprometidas con el futuro de nuestra nación.

Este año, el lema del Laboratorio es “Institucionalidad, Competitividad y Sostenibilidad”, un llamado directo al liderazgo que el Canal de Panamá representa, y cómo su influencia guía nuestro desarrollo y crecimiento.

En este contexto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos invitan a acelerar los esfuerzos. Al 2024, sólo hemos alcanzado un 17% de avance en las metas. Este es un llamado claro: es hora de ponernos en acción. Cada uno de nosotros tiene el poder de construir soluciones, porque no todas las respuestas vienen desde quienes están en el poder; todos podemos aportar.

El Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC) es un programa enfocado en formar jóvenes líderes de todo el país en temas de acción comunitaria, ciudadanía responsable y liderazgo, con un especial énfasis en el aporte de la juventud para afrontar los retos del país.

Les confieso que estar en el LLAC es transformador. Aquí aprenderán que las circunstancias no definen nuestro destino, a cuestionar, a crear comunidad entre juventudes, a construir sus propias ideas y a llevarlas a la acción. Aquí, reafirmamos que pensar en las comunidades es pensar en el país.

Lo que tal vez comenzó como un reto personal para muchos de nosotros, es una oportunidad para conectar con otros jóvenes con los que encontrarán múltiples afinidades, y, sobre todo: la vocación de liderar con ética.

Dominarán sus miedos, aprenderán a hablar en público y se convertirán en agentes de cambio. Estoy convencida de que, si se lo proponen, podrán cruzar fronteras y expandir su influencia.

Recuerden esto: “Ningún mar en calma hace experto a un marinero”. En el LLAC tendrán la oportunidad de diseñar soluciones, de explorar rutas desconocidas, de perderse, de fallar, pero también de encontrar siempre nuevas formas de mejorar el camino. No tengan miedo de equivocarse, pues cada tropiezo es una lección que nos lleva más cerca del éxito.

Sé que muchos de ustedes llegan con grandes expectativas. Y, déjenme decirles, aquí encontrarán las herramientas para transformar su visión en acción: conocimientos de expertos, el poder del diálogo intergeneracional, la participación ciudadana, las inteligencias múltiples y la fuerza de la colectividad.

No minimicen el alcance de lo que pueden lograr. Porque, a veces, con un pedazo de papel y un poco de tinta, podemos crear cambios estructurales que definen el curso de una nación.

Para aprovechar esta experiencia al máximo, recuerden que Un líder tiene la capacidad de convencer, pero un agente de cambio transforma. La acción ciudadana no solo está en las urnas, o en los desfiles, la conciencia patria se construye con valores en los espacios de educación, en la comunidad y en los hogares.

Observen con sensibilidad sus entornos, analicen, brillen en colectividad, rompan las barreras del conformismo, salgan de sus zonas de confort, trasciendan de lo tradicional a lo innovador. Compartan sus ideas, porque la mejor forma de aprender es enseñando a otros y, a la vez, aprendiendo de ellos.

Gracias a nuestra querida Nivia Rossana Castrellón Echeverría, quien desde ahora también será su mentora, al Canal de Panamá, así como a todos nuestros aliados por este voto de confianza a la juventud. Estén seguros de que trabajaremos por mantener viva la llama eterna de la acción y que sus memorias vivirán mientras nosotros estemos para contarlas y traspasarlas a las nuevas generaciones. Somos el eco de las estrellas que dejan su brillo en la eternidad, somos constelaciones que replicamos el cambio e iluminamos el futuro de Panamá.

El Canal de Panamá, un símbolo de unidad, compromiso y visión, es nuestro patrimonio y nuestra responsabilidad. Seamos agentes de cambio capaces de tejer un legado de constelaciones. Apuntando a fortalecer el tejido social por medio de ideas revolucionarias que demuestren ética, profesionalismo, determinación y compromiso. Porque la historia la escribimos desde el ¡hoy!

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