El correcto funcionamiento de la vía interoceánica y la producción de agua para dos millones de personas dependen del equilibrio de los ecosistemas de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá. Estos ecosistemas, a su vez, son impactados por la conciencia ambiental de todos los ciudadanos, y esta surge a partir de una formación temprana y certera.
La semilla de la educación
Humberto Guevara es el joven presidente del Consejo Consultivo de Chagres Alhajuela, una plataforma participativa de las personas que habitan esa región de la Cuenca.
“Empecé en el programa Guardianes de la Cuenca a los 10 años, cuando estaba en quinto grado de la escuela de Nuevo Caimitillo. Nos explicaban qué era la Cuenca y por qué era importante. Lo más importante fue darnos cuenta del valor del lugar donde vivíamos”, rememora.
Luego de completar el programa que duraba dos años, los niños de la Cuenca pasaron a formar parte de la Red de Jóvenes Ambientalistas.
“Lo que nos habían enseñado había creado en nosotros conciencia y ganas de seguir participando”, explica Guevara. Atrás quedaron los libros de colorear y llegaron las lecciones de incidencia comunitaria en las que se formaron en reforestación, limpieza de áreas, manejo de desechos sólidos, entre otros temas.
Para la ingeniera ambiental Itzel Muñoz, la conexión se dio por medio de giras escolares. “Fue desde kinder, cuando nos llevaban a lugares naturales. Desde ese momento, sentí que la naturaleza tenía una conexión con los seres humanos”.
Motivada por sus amistades, Itzel se unió a la Red hace siete años.
“Supe que estaba el grupo de jóvenes encargados de proteger la Cuenca; no eran solo de esta área de Chilibre y Chilibrillo, sino que habían otras regiones que también se ocupaban del cuidado ambiental” narra la ingeniera. “Somos familias ambientales”, acotó.
Liderazgo juvenil que empieza a rendir frutos
Guevara preside el Consejo Consultivo de Chagres Alhajuela desde octubre de 2021. “Para los jóvenes, entrar al Consejo es un paso importante porque en él se aplica todo lo aprendido en tomas de decisiones reales”, sostiene Guevara.
“La región hídrica Chilibre-Chilibrillo es una de las más pobladas de la Cuenca, y es por eso que cuando ingresé a la universidad para estudiar ingeniería ambiental, me quise enfocar en la relación entre el ordenamiento territorial y el cuidado del agua”, explica Muñoz.
Un aula verde en Chilibre
La docente de ciencias naturales del Instituto Profesional y Técnico de Chilibre (IPT), Yarineth Ríos, sabe que lo que necesitan sus estudiantes es motivación.
“Enseño a jóvenes de 12 a 18 años y les animo a valorar la biodiversidad de su entorno y a ser agentes de cambio en su comunidad”, señala la profesora.
En colaboración con el Canal de Panamá, el IPT de Chilibre creó un sendero en sus predios que se ha vuelto un laboratorio al aire libre. “Necesitábamos algo interactivo con los estudiantes para que salieran del aula y por eso nació el sendero que llamamos La Huaca”, cuenta Ríos.
El Ministerio de Educación (Meduca) y el Canal de Panamá impartieron recientemente un diplomado de educación y cultura ambiental, dirigido a docentes y estudiantes de las comunidades asentadas en la Cuenca Hidrográfica de la vía acuática. Participaron 660 estudiantes, 37 docentes de planteles educativos de 14 comunidades educativas y 36 jóvenes líderes. La profesora Ríos destaca que lo que más valoró de esta formación fue que “se formó una red entre docentes de la Cuenca que ahora mantenemos contacto y hacemos planes para intercambiar experiencias y proyectos”.
Educación continua
La educación ambiental es un proceso para toda la vida. Empieza en las aulas, pero nunca deja de aportar valor al individuo.
Ricardo Lawrence es parte del equipo interdisciplinario de gestión socioambiental del Canal de Panamá, y explica que “En Panamá, la educación ambiental se imparte formalmente en las escuelas por ley desde diciembre de 2014. Pero, también existe una educación informal que se da en reuniones, ferias, eventos, campañas publicitarias donde se habla y se sensibiliza a las personas sobre el cuidado del ambiente”.
“La educación ambiental es un proceso para toda la vida porque nos beneficiamos de un ambiente sano en todas las etapas””, sostiene Lawrence.
Sueños de una juventud consciente
Para Muñoz, la meta más importante a 50 años es el manejo de la basura. “Ese es mi ideal, que las personas aprendan qué hacer con sus desechos”, señala.
En el mes de marzo, la Red de Jóvenes Ambientalistas presentó ante el Canal de Panamá una oferta educativa integrada en educación media, técnica y profesional que describe las limitaciones a las que se enfrentan los estudiantes de la Cuenca, “y propone soluciones relacionadas con la construcción de centros de enseñanza superior, aprovechamiento de infraestructuras existentes, transporte, becas, acceso a Internet, lugares de hospedaje, entre otros.”
“El reto más importante que tenemos es integrar”, sostiene Guevara. “Saber que no hay aportaciones pequeñas”.
Por su parte, Yarineth Ríos sabe que los cambios no son inmediatos. “Trabajamos con mucha paciencia y no nos rendimos”, declara.
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Vídeo: La Educación Ambiental: un recurso vital
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