El agente naviero es quien se encarga de facilitar que un buque navegue del punto A al punto B. Así lo define Alexei Oduber, gerente de GAC Panamá. El negocio está en hacerlo más rápido, más seguro y más barato posible. Con 30 años de experiencia en la gestión de transporte marítimo, y sobre todo, como panameño, Oduber habla sobre la ruta por Panamá.
¿Cuál es la relevancia del Canal de Panamá en la realidad del país?
Los panameños debemos entender la relevancia de defenderlo frente a otras rutas. Esta posición geográfica nos exige que seamos responsables. Velar por esta ruta y maximizar todas las ventajas que podamos. Panamá ha hecho un buen trabajo en defender su Canal de intereses comerciales y políticos.
Cuando hablo con jóvenes les explico que no tienen que ser capitanes de barcos o jefes de máquinas, pueden trabajar como especialistas en salud ocupacional, soldadores, abogados o contadores marítimos… todos tienen una pieza del rompecabezas. No todo tiene que ser directo con el Canal.
Pero debe haber una función para el aumento de la cultura. Todos son importantes: los que venden carros, los que venden libros, los maestros… Panamá debe elevar el resto de su economía al Canal, no el Canal hacia abajo. Nos toca elevar el resto y ofrecer innovación en los servicios que ofrecemos como país.
En esa mirada interna llevamos un desarrollo notable. De 1914 a 2021, el país adquirió sus instituciones, su soberanía y su reputación. ¿Cómo somos vistos afuera hoy?
La principal característica del Canal de Panamá en el exterior es la confiabilidad. Somos un paso eficiente y pronosticable. El Canal hace un excelente trabajo en coordinar y transitar a los barcos, pero el verdadero reto está en predecir cuántos barcos atravesarán la vía en un día dentro de seis meses. Si llegáramos a hacer esto con un margen de error pequeño, estaríamos maximizando la capacidad del Canal. Es una matemática fina la que se usa para calcular el número de barcos que no van a llegar, los que llegan sin anuncio, o los barcos que pueden tener cambios en su itinerario.
Adicionalmente, el Canal ha aprendido a escuchar a sus clientes. Yo recuerdo a finales de los años 90, que una conversación entre el Canal y un cliente consistía en un sí o un no; hoy esto ha cambiado muchísimo y para bien.
¿Por qué los pronósticos son tan importantes?
La industria que atendemos hay que dividirla en dos grandes bloques: los que transitan regularmente y los que no. Para los regulares, el Canal es parte de su ecuación y [los programadores de tránsito] pueden manejar que una alta demanda de barcos no programados aumenten el tiempo de tránsito a través de la vía acuática. Para el otro grupo, que mueve productos que no tienen capacidad de proyección, las variaciones de este tipo impactan con mayor fuerza.
¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento de tránsito por el Canal a corto plazo, según su punto de vista?
Agua. Todas mis llamadas con clientes empiezan así: “¿llovió o no llovió?”, porque comprenden lo crítico que es el agua para su tránsito. Si logramos resolver el tema de la disponibilidad del agua, creceremos físicamente, sea cual sea la solución tecnológica que se decida usar.
Al usuario que ha estado pagando entre 15,000 y 50,000 dólares de sobrecargo por agua dulce se le explicó que el aumento era para encontrar esta solución, y ellos quieren saber que está pasando. Ciertamente, hay regulaciones que protegen la buena ejecución de los contratos, no hablo de acelerar esto, pero los clientes necesitan saber cómo planificamos el futuro de 12 a 15 años. Quieren saber cuántos barcos más pueden transitar por el Canal. Sin resolver el tema del agua no creceremos.
¿Qué hace que un cliente prefiera usar la ruta por Panamá?
Como agente naviero me toca “vender” nuestra ruta. Hacemos que sea difícil optar por otra opción porque puedo proyectar un tránsito de menos de diez horas. Se pueden hacer limpiezas de cascos, cambio de tripulantes, se suben repuestos, inspecciones de clase y todo eso hace más interesante el mero tránsito.
Por otro lado, el tamaño importa. Es imposible vender un barco que no quepa por el Canal. Allí vemos el impacto del Canal ampliado, en los que trabajan trasbordos con buques neopanamax. Cada tipo de barco es una venta diferente.
Cuando se tiene un producto como el Canal, uno tiende a sentirse cómodo, holgado. Yo me esfuerzo para que la gente en mi oficina nunca pierda la efervescencia. Que reconozcan lo de hoy pero que sepan que mañana se pelea de nuevo, porque la competencia está allí: Suez, el sistema de ferrocarriles de Estados Unidos… todos velando para que se use su medio.
Cuando ocurrió lo del encallamiento del Ever Given en el Canal de Suez, no celebramos -nadie lo hizo- pero debemos explicar las medidas que nos protegen contra eventos similares. No estamos exentos de desastres, pero tenemos una alta seguridad que nos ayuda a minimizar los riesgos.
¿Para cuáles bienes es relevante el Canal?
Esta habría sido una respuesta más sencilla antes de la pandemia. Ahora vemos que los centros de acopio tradicionales son muy vulnerables, y que por eso las empresas logísticas como Amazon o vendedores al detal como Apple, están reestructurando centros de distribución más cercanos a sus clientes.
El gas natural licuado ha estimulado la ruta del golfo de México hacia el sureste de Asia. También, sigue siendo relevante el tradicional suministro de importación de contenedores del sureste de Asia a la costa este de Estados Unidos.
La costa oeste de Suramérica está desarrollando el movimiento de materias primas, abonos, fertilizantes, metales, que son productos que van ser esenciales en la reconstrucción de muchas cosas.
¿Qué ha revelado la pandemia?
Una de las vulnerabilidades que se ha hecho evidente es lo poco preparada que estaba la industria para ayudar al tripulante, que son trabajadores que llevan hasta 18 meses a bordo. Además, se vio un aumento en las enfermedades crónicas. En el ámbito del trabajo de oficina, nos dimos cuenta que con el trabajo remoto podíamos trabajar desde cualquier sitio; esto retó nuestra cultura y nos fue muy bien. Hacía dos años que la empresa emigró hacia plataformas digitales de teletrabajo y cuando llegó la pandemia casi no hubo merma en la productividad.
¿Qué representa la industria marítima para la humanidad en el siglo XXI?
Para la mayoría, desconocimiento. Es una operación fantástica, pero inexplicable. Se asume que las cosas llegan porque llegan. Mi experiencia personal con mis amigos es que tengo 30 años de estar explicando y todavía me preguntan: “¿qué es lo que haces con los barcos?”. En la industria marítima todos los días son los mismos y todos los días son diferentes. En esta industria se aprovechan los momentos de aprendizajes en el acto, nunca se dejan para después porque después no habrá tiempo.