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La ciudad del siglo XIX

El hecho fundacional de las ciudades americanas es un evento universal, y Panamá destaca como la primera ciudad en el Pacífico americano. Hablaremos de la ciudad del siglo XIX, del agua y el Canal, cuyo análisis complementa, entre otras dimensiones sociales, aquella relacionada con la efeméride del bicentenario de nuestra independencia.  El contexto urbano será el eje de aproximación para reflexionar en esa dirección.  

Una mirada vinculada con el agua será el hilo conductor que explicará la ciudad en un periodo temporal de algo más de 300 años, y un elemento persistente en la determinación de la solución técnica para la comunicación interoceánica.  

Panamá, la nueva

La ciudad, en los primero cuatro lustros del siglo XIX, no presentaba mayores cambios en dos siglos de historia colonial. Panamá (la nueva) estrena su nuevo emplazamiento, y hereda algunos de sus problemas, como lo fue el abastecimiento permanente de agua para sus vecinos.  La ciudad arde en muchas ocasiones durante los primeros doscientos años.  Hay registros de tres fuegos en el siglo XVIII y siete en el siglo XIX. Los estudiosos han tenido dificultad en describirla, dado que la información censal es deficiente y limita el análisis urbano. Los archivos documentales no son precisos por la heterogeneidad social, la variabilidad en la población en las diferentes temporalidades, entre otras razones.   


En 1749, la mitad del suelo estaba desocupado, daba la impresión de estar vacía, a excepción de los edificios religiosos, de las casas de los burgueses y los cañones que en conjunto representaban el 32 % de lo construido.  Para el año de 1737, el intramuros contaba con 378 casas de un total de 910. El arrabal tenía 532 casas, es decir, el 59 % del total. La nueva ciudad se encuentra dentro del recinto amurallado, complejo defensivo que la protegía del ataque de piratas y de la amenaza de los cimarrones. Otros autores describen que fuera de las murallas se extendía hacia el arrabal Santanero (que incluía a Santa Ana y Calidonia), el cual estaba habitado por negros y mulatos, y cuya población sobrepasaba en gran número. La ciudad de Panamá tenía para el año de 1851 una población estimada de 5,000, llegando a 10,000 para el año 1856. Alcanzó su pico de 19,000 en el período del canal francés. La mayor parte de la población vivía afuera de las murallas, población no blanca, mayoritariamente. Esta población que habitaba el arrabal se dedicaba
principalmente al comercio, confinado en los recintos de Salsipuedes y Playa Prieta. 

¿Qué fuerzas cambiaron la ciudad?

El desarrollo de una sucesión de tecnologías de transporte transforma la ciudad del siglo XIX y principios del XX. Durante los 150 años subsiguientes, al momento de la independencia de España, la ciudad mantuvo su carácter de puerto y ciudad comercial. Para la segunda mitad del siglo XIX, la revolución industrial irrumpe con la construcción del ferrocarril interoceánico y la navegación de buques impulsados por máquinas a vapor. Ambas irrupciones tecnológicas atendieron la demanda de viajeros que generó la Fiebre del Oro.   

El impacto más profundo en el lado Atlántico ocurrió con la fundación de la ciudad de Colón. Su origen portuario y ferroviario es, probablemente, único en la región y tema aún por investigar a profundidad. En el lado Pacífico, el tren produce la demolición de las estructuras defensivas coloniales. Las murallas de tierra desaparecen y se incorpora “la explanada” a la oferta urbana, bajo la administración de la empresa norteamericana dueña del ferrocarril, quien luego se encarga de su desarrollo. Son los tiempos de auge y caída del canal francés. Se inicia la urbanización acelerada de la hoy Avenida Central, en dirección hacia la hoy Plaza Cinco de Mayo, lugar del emplazamiento del edificio de la nueva estación del ferrocarril.  Aparecen los barrios de El Marañón, Calidonia y San Miguel. La expansión urbana crece sobre el eje del “camino de La Sabana”. La imagen arquitectónica refleja la influencia francesa, principalmente por la aparición de mansardas como elementos arquitectónicos y otros elementos industriales que enriquecen la arquitectura.   

El agua

En medio de estos profundos cambios, la ciudad de Panamá siguió viviendo problemas de saneamiento y abastecimiento de agua.  La ciudad no tenía suficiente agua y era un lugar insano. El abastecimiento de agua se resuelve de manera permanente en el siglo XX con la construcción del Canal norteamericano. 

La ciudad colonial (la del nuevo asentamiento) había sufrido de una sucesión de fuegos; se quemó tres veces en el siglo XVIII: en 1737, 1756 y 1781. En medio de los siniestros, faltó agua para sofocarlos, igual escaseaba, además, para beber y otros usos. El consumo de agua de la ciudad se abastecía mediante manantiales, uno de los más conocidos fue El Chorrillo y otros pozos de agua dulce, junto con otra fuente del río Hondo, que desembocaba en río Grande. El Chorrillo abastecería las demandas de agua a la ciudad de Panamá, hasta principios del siglo XX. 

El agua era vendida en las calles de la ciudad. La actividad para 1855- descritas por viajeros- era la de aguateros con botijas de agua asistidos por carretas, mulas y caballos. Los precios se tasaban a un real por los pequeños barrilitos o jars. La escasez de agua en la ciudad de Panamá era conocida. Muchos suplían la demanda mediante pozos brocales excavados en las casas y conventos. Recientes investigaciones han revelado el descubrimiento de pozos de brocal y aljibes en el centro histórico, información que revela esta modalidad para resolver el problema. Otra forma de desarrollada por locales fue la cosecha de agua lluvia mediante aljibes construidos para esos propósitos.  

El Canal de agua

El diseño de los franceses concibió un canal a nivel, propuesta avalada en el Congreso del Canal por la Sociedad Geográfica de París. El diseño francés evoluciona a uno hidráulico, represando el agua dulce del río Chagres, y posibilitando el manejo y administración del recurso mediante un sistema de esclusas.  

La falta de agua y las condiciones insalubres de las ciudades terminales, abren la necesidad del saneamiento de ellas. El proyecto de comunicación interoceánica anunció las primeras infraestructuras de producción y distribución de agua para Panamá y la región. El agua aparece como un elemento clave de carácter urbano y que articula las soluciones de trasporte y comunicación interoceánica.  

La ciudad moderna y los primeros acueductos

Durante el siglo XIX, se impulsó varias iniciativas, todas fracasadas, para la construcción de un acueducto para la ciudad de Panamá. El asunto de un acueducto para Panamá, y posteriormente para Colón, estaría condicionado a las obras de comunicación transoceánica, principalmente por la acometida norteamericana del Canal. El Tratado Hay-Bunau Varilla (1903), que estableció la Zona del Canal e impuso límites de diez millas a cada ribera del Canal, indicó bajo el artículo VII, que “todos los trabajos de saneamiento, de recogida y desagüe de inmundicias y de distribución de agua en las ciudades de Panamá y Colón serán ejecutados por cuenta de los Estados Unidos”.    

Las ciudades serían abastecidas por un acueducto, cuya condición de construcción quedó consignada en el contrato para la construcción del Canal. La precaria ciudad colonial pasa a un estado de modernidad, con un servicio de abastecimiento domiciliario y de alcantarillado, impulsado por William Gorgas. El impacto que tendría la erradicación del mosquito que producía la fiebre amarilla y el saneamiento de las ciudades terminales y áreas contiguas, fue determinante para la conclusión del Canal por parte de los norteamericanos.    

Precursor regional

Las instalaciones de la potabilizadora de Monte Esperanza, en Colón, se inauguran en el año de 1914 con una capacidad inicial de 30 millones de litros de agua por día (MLD). Hoy, produce 132 MLD que abastecen a la región metropolitana de Colón comprendida por Colón, ciudad Arco Iris, José Domingo Espinar (Gulick), José Dominador Bazán (Davis), Coco Solo, La Feria, las esclusas de Gatún y Fuerte Sherman.   

El reservorio de Brazos Brooks antecede a la planta de Agua Clara o Gatún, y cuya cobertura de servicios es complementada y reemplazada por el aumento de capacidad de producción de la planta de Monte Esperanza. La necesidad de cubrir las demandas de consumo de la ciudad de Colón, además de las nuevas zonas de Camp Bierd (hoy desaparecido), y de Silver City (Rainbow City, conocida como Arco Iris), además del asentamiento de Folks River, catalizó la decisión de George Goethals de construir una planta de mayor capacidad, desplazando la producción de Agua Clara por la nueva planta de Monte Esperanza.  

La planta de Monte Esperanza junto con su antecesora de Agua Clara o Gatún fueron las primeras instalaciones de este tipo a nivel regional que utilizaron procesos de floculación-sedimentación-filtración, transformándose en hitos tecnológicos. Para el año 1911, la planta de Agua Clara operaba bajo estos procesos, y que se le añade una actividad última de aireación para ayudar a la remoción de hierro y compuestos orgánicos volátiles, mejorando así el olor y sabor del agua.    

El acueducto, la solución

El primer acueducto comenzó a prestar servicio el 4 de julio de 1905 en la ciudad de Panamá. El diseño es obra de los ingenieros John Wallace y Carlton Davis, de la Compañía del Canal Ístmico. El diseño se describe como un reservorio de 120 pies de largo por 70 de ancho y 20 de profundidad, construido en la parte más alta del cerro Ancón. La toma de agua se ubica en el río Grande. El sistema funcionaría por gravedad mediante una tubería de 16 pulgadas, y el agua sería conducida a otro reservorio auxiliar con capacidad de un millón de galones. Desde allí y mediante otra tubería, sería distribuida a las calles y casas de la ciudad. Las obras del acueducto, según fuentes de la Estrella de Panamá, iniciaron el 22 de julio de 1904.  

La modernidad llega a Panamá y termina una larga historia de falta de agua en ciudad de Panamá, circunstancia que no había podido ser modificada, en casi tres siglos de historia urbana.  

Años después, en marzo de 1915, inició operaciones la planta potabilizadora de Miraflores para abastecer la ciudad.  Desde entonces, ha suministrado agua a los hogares de El Chorrillo, San Felipe, Santa Ana, Marañón y Calidonia. 

La historia de producción de agua en Panamá es relevante y debe mirarse desde una aproximación regional y no reducida a una visión local. Las plantas potabilizadoras y los acueductos de Panamá y Colón fueron pioneros en el tema, no solo en Panamá, sino en toda la región.  

Bicentenario, agua y Canal

La importancia de la efeméride coloca el tema del agua y el desarrollo de la comunicación interoceánica en primer plano. Fue en el contexto del bicentenario de la independencia en el que se define la ruta de Panamá para la construcción de un canal. La comunicación interoceánica identifica el agua como elemento que articula todas las propuestas tecnológicas. La gestión del agua y la respuesta al abastecimiento de la ciudad de Panamá, ignoradas por siglos, se resolvieron por la construcción del Canal. Hoy, el tema de abastecimiento de agua para más de la mitad de la población del país es una responsabilidad del Canal de Panamá, además de los retos de manejo del Canal centenario y el Canal ampliado, estableciendo en proyección del siglo XXI el impulso para asegurar la disponibilidad de agua para los usos que han sido determinados por la sociedad panameña y su importancia en el desarrollo nacional.  

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