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Investigar para educar

Vale la pena romper algunos estereotipos sobre los museos. Su función no se limita solo a exhibir objetos, sino a también investigar, coleccionar, conservar e interpretar el patrimonio material e inmaterial, y fomentar la diversidad y la sostenibilidad. Además, deben procurar ser accesibles e inclusivos, operando con la participación de las comunidades, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos (ICOM, 2022).

A menudo, la palabra investigación evoca imágenes de laboratoristas portando batas, guantes y lentes de seguridad, manipulando microscopios y sustancias químicas. Si bien el equipo de investigadores en un museo de historia a veces utiliza algunos de estos recursos, también realiza trabajo de campo, y en el caso de la investigación educativa se realiza con el fin de generar conocimientos nuevos sobre la educación informal y extracurricular que ofrecen los museos, la educación formal impartida en las escuelas, y la relación entre las dos.

¿Para qué investiga un museo?

La investigación educativa tiene el objetivo de buscar y analizar información sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje de manera sistemática para explorar, describir o explicar estos datos, construyendo sobre la base de investigaciones anteriores y generando conocimientos nuevos.

A veces se busca que los conocimientos generados sean una fiel representación de la población general; otras veces se busca describir poblaciones minoritarias que viven en situaciones particulares que no siempre salen a relucir en una muestra representativa, pero cuyas realidades también son importantes que comprendamos.

Los museos que colectan y conservan artefactos y documentos históricos y otras fuentes primarias de información como banderas, tratados históricos, cartas personales, uniformes, periódicos, entre otros, se prestan para brindarle a las escuelas experiencias auténticas.

Cuando se realiza investigación educativa desde un museo de historia, algunas de las preguntas que pueden surgir se relacionan al acceso
que tienen las escuelas a estas fuentes de información primaria que se albergan en el museo. ¿Los docentes tienen maneras de utilizar estas fuentes de información? ¿De qué maneras las encuentran útiles? ¿Qué tipo de acceso tienen? ¿Cómo utilizan estas fuentes a la hora de enseñar sobre la historia? ¿Se logra una experiencia o aprendizaje significativo cuando los docentes y estudiantes se involucran con este tipo de recursos? Las respuestas a este tipo de preguntas y muchas más son las que se buscan contestar a través de las investigaciones educativas del museo.

Las investigaciones del MUCI

Las investigaciones educativas en el Museo del Canal Interoceánico de Panamá se enfocan en la enseñanza y el aprendizaje de la historia dentro y fuera del aula, involucrando el análisis de datos existentes y el trabajo de campo en cualquier contexto que se preste para el aprendizaje de la historia. Actualmente, estamos realizando un estudio que busca describir lo que se aprende y cómo se aprende sobre la historia del Canal de Panamá en las escuelas medias oficiales en las regiones educativas de Panamá, Colón, Panamá Oeste, Coclé y Veraguas.

Los participantes, siendo docentes y estudiantes, provienen de una muestra aleatoria de escuelas con una variedad de características. Grandes y pequeñas. Unigrado y multigrado. Urbanas y rurales, y escuelas lejanas, ubicadas en áreas de difícil acceso. De esta manera, nos aseguramos de que no se describan solo las realidades de escuelas que se encuentran cerca del museo.

Este estudio surge como parte de la recomendación del Comité de Educación del American Association of Museums (2005) de que los educadores de museos incorporen los conocimientos generados a partir de la investigación educativa a sus prácticas educativas.

Los conocimientos sobre qué se aprende y cómo se aprende sobre la historia local, regional o global en las aulas escolares son importantes
y relevantes para el museo dado que permiten conocer los temas que
se enseñan y con qué nivel de profundidad, además del enfoque y estrategias metodológicas que utilizan los docentes actualmente. Con esta información un museo puede definir, de manera más precisa,
cómo diseñar o actualizar sus recursos y programas educativos para estudiantes, docentes y escuelas, y así atender mejor las brechas y necesidades identificadas y potenciar las fortalezas y ventajas existentes.

El contexto

Más allá de qué se aprende y cómo se aprende sobre la historia del Canal de Panamá, los resultados preliminares de este estudio en curso también incluyen información sobre cómo los contextos de las escuelas, y la distancia entre el museo y las mismas, podrían impactar la conexión que logran desarrollar las comunidades escolares en las distintas regiones con el museo, sus recursos, y la historia del Canal.

Las escuelas ubicadas en áreas rurales a menudo se encuentran a largas distancias de los centros de ciudades o cabeceras de provincias en donde se encuentran muchos museos, e incluso el propio Canal de Panamá. En otros casos, aunque la distancia no es larga, las carreteras de acceso se encuentran en malas condiciones y alargan significativamente el tiempo necesario para recorrer el camino.

También existen diferencias en el acceso que tienen escuelas en áreas rurales y urbanas a la señal de celular, data o internet necesarios para mantener a las escuelas conectadas a pesar de la distancia. Datos de noviembre del 2022 de la Dirección Nacional de Informática de MEDUCA indican que el 45 % de las escuelas a nivel nacional no tienen acceso al internet (MEDUCA, 2022). Es de interés entender el efecto que puede tener la poca accesibilidad causada por la distancia, malas carreteras y la falta de tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), sobre la capacidad de los museos en desarrollar un vínculo significativo con las escuelas de las diferentes regiones del país.

Estos retos de inequidad educativa sobresalen como uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos como país, previo a la pandemia y exacerbado por ella (CubillaBonnetier et al, s.f.; De León y González, 2020). Entre los hallazgos preliminares encontramos también la dificultad en muchas escuelas para entregar libros a los estudiantes, quienes con frecuencia aprenden leyendo de copias con textos sintetizados, lo cual refleja también los retos de gestión del sistema educativo a los que nos venimos enfrentando (Svenson, N., De León Sautú, N. & Camara, S., s.f.).

Finalmente, hasta la fecha se ha resaltado también la problemática de la lectoescritura, dada la dificultad de enseñar historia sobre una base con dificultades de comprensión lectora, un tema en el que también los resultados de evaluaciones a nivel de secundaria a la fecha nos demuestran retos de inequidad, por ejemplo, entre escuelas urbanas y rurales (MEDUCA y OCDE, 2019).

Dentro de esta colaboración, es indispensable recalcar el valor de la colaboración entre el Museo del Canal y el Centro de Investigación Educativa de Panamá (CIEDU) para la realización de este estudio ya que uno de los objetivos del centro es apoyar la investigación de alto rigor en colaboración interinstitucional que contribuya a las políticas y prácticas educativas.

El equipo

Las cinco colaboradoras del estudio son Nyasha Warren (Museo del Canal/ CIEDU), Nadia De León (Centro de Investigación Educativa de Panamá- CIEDU, INDICASAT), Kaysha Corinealdi (Emerson College), Guillermina De Gracia (Universidad de Panamá) y Margie Muñoz (Museo del Canal).

La experiencia previa de CIEDU ejecutando la logística de estudios con muestras representativas nacionales, y metodologías mixtas que incluyen encuestas, entrevistas y observaciones de aula, con estudiantes y docentes, ha sido complementaria al conocimiento en materia de enseñanza de la historia de los especialistas del Museo del Canal y universidades aliadas que forman parte del equipo del proyecto.

Considerando la realidad educativa actual y el valor potencial de los aportes que puedan contribuir los museos a través de la educación informal y extracurricular, se espera que los hallazgos del estudio proporcionen información útil para todas las partes interesadas que permita tener un impacto positivo para docentes y estudiantes en los diferentes contextos del país.

Es indispensable recalcar que, el estudio en curso no sería posible sin la visión y la voluntad del Patronato del Museo del Canal y fondos concursables adjudicados por la SENACYT para llevarlo a cabo durante un periodo de 2 años. También cuenta con el aval de MEDUCA y el comité de bioética de la Universidad Santander.

“Las autoras forman parte del equipo de investigadoras que colaboran en el estudio descriptivo sobre el aprendizaje de la Historia con un enfoque en el Canal de Panamá (2022 y 2023), liderado por el Museo del Canal Interoceánico de Panamá”.

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