Ícono del sitio El Faro | Canal de Panamá

Filosofía del agua

Filosofía del agua - El Faro - Canal de Panamá

Así se puede describir la filosofía que guía al Canal de Panamá en la administración del recurso hídrico de la Cuenca Hidrográfica.

Por lo general, la vía interoceánica es identificada solamente por su función de transitar barcos del Pacífico al Atlántico, o viceversa; sin embargo, nada de esto sería posible sin el manejo eficiente de los recursos hídricos disponibles en su cuenca hidrográfica.

Dentro de esta cuenca está ubicado el lago Gatún, el cual fue construido en 1910 para administrar el agua requerida en la operación del Canal, función a la que luego se le sumó en 1935 el embalse de Alhajuela.

Filosofía del agua - El Faro - Canal de Panamá
Gracias a la ciencia y sus disciplinas se puede asegurar la calidad del agua.

Estos dos lagos representan hoy las principales fuentes de agua para alrededor de dos millones de personas, así como para el tránsito anual de unos 13 mil buques.

Por mandato constitucional, el Canal de Panamá administra los recursos hídricos de su cuenca hidrográfica, la cual abarca regiones de las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste.

Esa responsabilidad implica asegurar que los embalses de Gatún y Alhajuela tengan suficiente agua de calidad, para atender como prioridad, la demanda de la población.

Para esta tarea, el Canal cuenta con un equipo de diversas disciplinas, como la biología, la hidrología y la meteorología, por mencionar algunas.

Un equipo comprometido

“Es todo un trabajo en el que durante el proceso para que la gente tenga agua en su casa, implica a 400 personas trabajando en el Canal de Panamá”, explicó Marietta Ng, química de la vicepresidencia de Administración del Recurso Hídrico.

Una de las funciones del equipo es administrar, al detalle y cuidadosamente, la cantidad de agua que se ha logrado almacenar durante la temporada lluviosa en los embalses de Alhajuela y Gatún.

“En el Canal de Panamá tenemos ocho estaciones hidrométricas, cuatro en la subcuenca de Alhajuela y las cuatro restantes en la subcuenca de Gatún. Nosotros tenemos datos desde 1890”,

Ayax Murillo Burgos, hidrólogo del equipo de Administración del Recurso Hídrico.

Detalló que “en el embalse Alhajuela ingresa el 30 por ciento de los aportes y en Gatún aproximadamente el 70 por ciento; sin embargo, el Canal de Panamá identifica que la planta potabilizadora más importante de la República de Panamá (la Federico Guardia Conte de Chilibre), tiene ubicada su toma de agua, en el embalse Alhajuela.”

De allí que, continuó Murillo, “nuestra principal función es llenar el embalse Alhajuela hasta su nivel máximo operativo para asegurar agua suficiente para la población durante toda la temporada seca”.

La tarea es especialmente crítica durante la temporada seca, cuando se reducen los aportes de agua en la cuenca.

Mientras que de Alhajuela se suple la potabilizadora de Chilibre, de Gatún lo hacen otras ocho plantas que abastecen a comunidades en las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste.

Una vez asegurada el agua para el consumo humano, el Canal de Panamá determina los niveles con que cuenta para ajustar el calado de los buques que transitan por la vía acuática.

“Luego de asegurar que la planta potabilizadora de Chilibre tenga agua suficiente para todo el año, vemos el agua disponible y establecemos un nivel máximo y operativo para el Canal. Entonces, conociendo ese volumen, trasvasamos poco a poco el agua de Alhajuela a Gatún y aseguramos el calado que requiere la comunidad marítima internacional”, precisó el especialista en hidrología.

Prioridad: agua potable

Pero no se trata solamente de cantidad, sino también de garantizar la calidad de esa agua, ya que su destino principal, es el hogar de miles de panameños.

Y asegurar la calidad del agua comienza en su fuente. Por eso, el Canal de Panamá impulsa múltiples programas ambientales en la cuenca hidrográfica que van desde incentivos económicos y trabajo con las comunidades, así como análisis para garantizar científicamente la calidad del agua.

“En ambos lagos el agua está con un índice de calidad muy bueno, realmente estamos monitorizando. Y no es solo vigilar, sino que también estamos tomando acciones a nivel de ambiente, a nivel de cuenca, para no tratar de potabilizar agua que está mala, sino potabilizar agua que ya viene de buena calidad”

Marietta Ng, química de la vicepresidencia de Administración del Recurso Hídrico.

De todas formas, la calidad también se asegura en los laboratorios del Canal donde un equipo de biólogos examina muestras tomadas en distintos puntos de la Cuenca.

“El propósito es identificar si en estas muestras de agua hay cianobacterias que son capaces de expresar esos genes, y convertirlos en toxinas, que son perjudiciales para la salud. Entonces antes de que esa agua llegue al consumidor, nosotros hacemos el análisis y verificamos que sea un agua inocua”

Abdiel del Cid, biólogo.

De esta manera, el Canal de Panamá cumple con una responsabilidad que entiende es inseparable y tan importante como su misión de administrar y operar la vía interoceánica de manera segura, continua, eficiente y rentable.

 

Salir de la versión móvil