En la planta torrefactora de la Asociación de Caficultores de la subcuenca de los ríos Cirí Grande y Trinidad de la Cuenca del Canal (ACACPA), se trabajó durante los últimos meses minuciosamente pero sin pausa. Un grupo de hombres y mujeres llevó a cabo una serie de adecuaciones que transformaron a la instalación para que su operación se ajuste a la próxima gran meta que se han propuesto como asociación: obtener el registro sanitario para industrializar su actividad y hacerla más rentable.
Y es que pasar de tener unos cuantos arbustos de café para la subsistencia a la venta del producto en los principales comercios del país, y bajo una marca propia, no ha sido tarea fácil. De esto puede dar testimonio Elza Martínez, presidenta de la agrupación, quien rememora que todo inició por el año 2003, cuando se organizaron a nivel comunitario.
En esa época, se conformaron los Consejos Consultivos y los Comités Locales, organizaciones de base comunitaria que identificaron los problemas que más los impactaban; pero sobre todo, se establecieron los planes para tratar
de solucionarlos de manera conjunta y organizada. Una producción de bajo rendimiento y falta de oportunidades para mercadear la cosecha estaban entre los temas a solucionar.
Para entonces, recuerda Elza, mantenían plantaciones con métodos tradicionales que apenas alcanzaban para la subsistencia. Lo poco que vendían era café en cereza o recién cosechado, y se les pagaba a B/.3.50 la lata. Para llenar un quintal se necesitan 12 latas, lo que significa que por cada quintal se les pagaba B/.42, una cifra que a duras penas alcanzaba para cubrir gastos y una mínima parte para la subsistencia.
En números:
- 17,000 quintales de café se cosecharon durante el periodo 2020-2021.
- 75 % de la producción de café de Capira proviene de plantaciones promovidas por el PIEA.
- 4,000 hectáreas de café se habrán sembrado en la Cuenca a través del PIEA al finalizar el 2021
El nacimiento de un cambio
En el periodo 2009-2010, el Canal de Panamá inició el plan piloto del Programa de Incentivos Económicos Ambientales (PIEA) de reforestación con café. “Desde ese momento todo comenzó a cambiar y no ha parado”, cuenta la dirigente comunitaria, al tiempo que recorre un amplio vivero instalado frente a su vivienda en la comunidad de Teria Nacimiento (Capira).
Está convencida de que la aplicación de nuevas técnicas de siembra, manejo de las plantaciones, continuo proceso de capacitación de los productores, así como el asesoramiento permanente de especialistas en la materia, transformaron la actividad, y con ello, aumentó la rentabilidad.
En la actualidad, ese café recién cosechado se paga al doble, es decir, a B/.84 el quintal.
En palabras de Martínez, la verdadera ganancia no está en vender el producto recién cosechado, sino en realizar el proceso de poscosecha de una manera adecuada; una afirmación con la que coincide Raúl Martínez, coordinador del PIEA.
Martínez asegura que una vez cosechado el fruto, pasa por etapas de secado, pilado, tostado, molido y empacado; en cada uno de ellas el precio se incrementa notablemente.
El café, asegura el especialista, es el producto de mayor venta y valor que se comercializa en el área. No en vano se cosecharon en esta parte de Capira aproximadamente 17,000 quintales durante el periodo 2020-2021, provenientes de la siembra en unas 2,000 hectáreas que ya se encuentran en etapa de producción. Algunas son promovidas por el PIEA, otras por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y otras por la Fundación Natura.
Para ser exactos, al cierre del presente año, el 75 % de esta cosecha provendrá de plantaciones implementadas a través del PIEA, por medio del cual se habrán sembrado unas 4,000 hectáreas con este producto. De estas, un porcentaje ya está dando frutos, mientras otras son plantaciones recién establecidas o que se encuentran en etapa de crecimiento.
Las recompensas de un esfuerzo
El incremento en el consumo de café en el país coincidió con caficultores capacitados y agrupados en una organización que ofrece una producción de mejor calidad, y esto se traduce en mejores precios de venta. Martínez citó como ejemplo, que en la actualidad, un quintal de café pilado se paga a un promedio de B/.145, una cifra variante que llega a alcanzar hasta los B/.200.
Añadió que aunque se trata de un monto atractivo, cuando se llega a la etapa de molido es cuando aparecen las mayores diferencias, ya que de B/.145 se puede pasar a recibir entre B/.350 a B/.400 por quintal. Esta cifra entusiasmó a los integrantes de ACACPA, cuando vieron los márgenes de ganancia que se obtenían en el proyecto de café El Tute (Veraguas), luego de una visita para conocer la experiencia de los campesinos de esta región, que trabajan en condiciones similares.
“Son números que se traducen en mejor calidad de vida para las familias, uno de los principales objetivos planteados con la implementación del PIEA, que identifica a la pobreza como un factor que es necesario combatir para lograr una intervención efectiva en un sector, al tiempo que se mejoran las condiciones ambientales”, sostuvo Martínez.
Pensando en el futuro
“El café se ha convertido en un producto de alto valor comercial, y esto ha motivado que familias enteras ingresen a la actividad; un hecho alentador para la estrategia de sostenibilidad que se aplica en el área, pues la rentabilidad garantiza la permanencia de las plantaciones que están ligadas a los procesos de reforestación que impulsa el Canal”, remarcó el coordinador del PIEA.
Los trabajos en la planta procesadora han culminado. Obtener el registro sanitario será dentro de poco un gran logro, pero no el último. Por medio del PIEA, se trabaja en una nueva fase para impulsar el desarrollo socioeconómico de la región, en la que se aprovechará el potencial de los paisajes de la zona y la actividad caficultora para crear circuitos agroecológicos que abrirán nuevas oportunidades para los habitantes de la zona.
Se trabaja en crear la Ruta del Café, pero no será lo único. A corto plazo, se buscará el fortalecimiento de otras actividades como la agricultura familiar sostenible, una iniciativa que pretende impulsar la producción de aquellos rubros que el campesino siembra para su alimentación y subsistencia, de tal forma que logre incrementar y mejorar las cosechas. De esta manera, se podrá comercializar el excedente y se ampliarán los beneficios para la economía de los hogares.