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Desafíos Hidrológicos en la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá

Noviembre del 2023 ha dejado su marca en la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CHCP) con un total de 301 milímetros de lluvia, revelando una situación preocupante para la gestión de recursos hídricos en la región. Este dato representa un 27 % por debajo del promedio histórico, marcando un hito en el registro desde 1950. 

El pluviómetro, instrumento esencial para medir las precipitaciones, ha sido testigo de esta disminución sustancial. Los expertos de la sección de Meteorología e Hidrología del Canal utilizan esta herramienta para evaluar cuánta lluvia cae sobre la cuenca canalera. 

Es crucial destacar que 47 de los últimos 74 años han experimentado noviembres con niveles de lluvia inferiores al promedio, subrayando la variabilidad climática que caracteriza la región. Este año, noviembre se suma a otros meses significativamente deficitarios, planteando desafíos adicionales para la administración del agua en la Cuenca. 

Este déficit de lluvia no es un fenómeno aislado; de hecho, marca el final de una década de estrés hídrico que comenzó en noviembre de 2013. Durante este periodo, la CHCP ha experimentado fluctuaciones notables en sus patrones de precipitación, lo que ha afectado la capacidad de recuperación de los embalses que son vitales para el funcionamiento del Canal. 

La relación directa entre las precipitaciones y los embalses es evidente: si llueve menos, la capacidad de los embalses para recuperarse se ve comprometida. Esta situación tiene consecuencias directas en el nivel de los embalses de Gatún y Alhajuela, ya que el caudal de los ríos que los alimenta disminuye considerablemente. 

Noviembre, por tradición, es el mes más lluvioso sobre la Cuenca del Canal. No obstante, este año desafía las expectativas, ya que la cantidad de lluvia está muy por debajo de lo normal. Este fenómeno podría tener consecuencias significativas para el abastecimiento de agua y la navegabilidad del Canal en los próximos meses. 

El noviembre más húmedo registrado en la historia fue en 2016, impulsado por el impacto del huracán Otto. Este evento extemporáneo resalta la variabilidad climática extrema que la región puede experimentar, desde lluvias intensas hasta períodos de sequía inusuales. 

El Canal de Panamá, como infraestructura vital para el comercio mundial, se enfrenta ahora a la necesidad de tomar medidas operativas adicionales para enfrentar la temporada seca. Sin suficiente aporte de lluvia, la administración del Canal debe realizar cálculos precisos para sostener los tránsitos posibles y, al mismo tiempo, garantizar el suministro de agua para nueve plantas potabilizadoras: ocho en el embalse Gatún y una en el embalse Alhajuela:    Federico Guardia Conte (Chilibre), Laguna Alta, Mendoza, Miraflores, Monte Esperanza, Sabanitas I, Sabanitas II, Escobal, río Gatún. En Construcción, Gamboa y Howard (Arraiján). 

La situación actual destaca la importancia de la gestión sostenible de los recursos hídricos y la necesidad de adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas. Los desafíos en la Cuenca sirven como recordatorio de la interconexión entre el clima, el agua y la infraestructura, y la importancia de tomar medidas proactivas para garantizar la viabilidad a largo plazo de esta vía fluvial fundamental. 

 

 

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