a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) es clara al describir los beneficios que nos da la naturaleza: “los servicios ecosistémicos hacen posible la vida humana, por ejemplo, al proporcionar alimentos nutritivos y agua limpia; al regular las enfermedades y el clima; al apoyar la polinización de los cultivos y la formación de suelos, y al ofrecer beneficios recreativos, culturales y espirituales”.
En la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CHCP), este es un hecho que no pasa desapercibido; en sus entrañas se almacena el agua que impulsa el desarrollo del país. De allí se obtiene el líquido para suplir a más del 50 % de la población del país, garantizar las operaciones canaleras, así como para las actividades agropecuarias e industriales. Sin embargo, esto no es lo único que provee este gran ecosistema.
Entre el intenso verdor del bosque y las aguas cristalinas de lagos, ríos y quebradas, existen esos servicios que la naturaleza provee y cuyos beneficios nos alcanzan a todos. Este es el escenario donde los moradores de las comunidades de la cuenca del Canal, actores principales de las acciones de conservación ambiental, los disfrutan como una especie de premio por la noble labor que desarrollan.
La pesca del día
Paula María Rodríguez es una mujer de trabajo y en sus manos se le nota. Cuando los primeros rayos del sol alcanzan el lago Gatún, ya se encuentra remando en su pequeño cayuco hacia puntos estratégicos de este cuerpo de agua. Allá obtendrá el pescado para alimentar a su familia y sostener un pequeño negocio de venta de este producto, que mantiene en la comunidad de Pueblo Nuevo de Ciricito (Provincia de Colón).
A esta pescadora, el contacto con la naturaleza le representa, además de una forma de ganarse la vida, una satisfacción que nunca esconde, “es un encanto para mí estar en el agua pescando, yo me siento feliz”, aseguró con el optimismo de quien ha encontrado una alternativa para afrontar los retos que mantiene en su hogar.
No es para menos, a Paula la naturaleza le devuelve su esfuerzo con los jureles, sargentos, colosomas y robalos, entre otras especies de peces que le sirven para pagar los estudios universitarios de sus dos hijas y los gastos de su hijo, afectado por una discapacidad, que lo obliga a medicarse diariamente.
Parque Nacional Chagres desde su comunidad en
Quebrada Ancha.
El visitante es bienvenido
En la CHCP, muchas comunidades abren sus puertas a viajeros deseosos de conocer la cultura, historia y tradiciones de pueblos que conviven armónicamente con el ambiente. Allí, la oferta turística es diferente.
Ismael y Jorge Muñoz son padre e hijo que, además de lazos sanguíneos, comparten la pasión del turismo: ambos disfrutan atendiendo a los visitantes que llegan a su poblado, Quebrada Ancha del lago Alhajuela. Muchos llegan atraídos por la riqueza natural de este sitio, ubicado en el Parque Nacional Chagres, donde disfrutan de los recorridos por el sendero ecológico del Colibrí Ermitaño.
Ismael representa a esos pobladores pioneros en la idea de transformar su pueblo en un sitio para la recepción de turistas, mientras que Jorge, la sangre nueva dispuesta a tomar la batuta y seguir adelante, pues ya es el presidente del comité de turismo, además de ser parte de la Red de Jóvenes por el Ambiente y la Cuenca del Canal.
La belleza escénica del lugar, su grado de conservación y los elementos históricos presentes en el área hicieron fructificar los anhelos de un grupo de lugareños, que visualizaron en el turismo la oportunidad de llevar ingresos extras a sus hogares.
Ambos relatan que la idea de a poco fue ganando adeptos y hoy la mayor parte del pueblo está involucrado. En cuanto al trabajo, no existen segregaciones por sexo, ya que todos han aprendido y llevan a cabo las distintas tareas, que van desde maniobrar el cayuco donde transportan a los turistas, ser guías en el sendero, hasta cocinar los alimentos que les ofrecerán al finalizar el recorrido.
Hasta este punto del lago Alhajuela han llegado visitantes de todos los continentes que buscan estar en contacto con la naturaleza, conocer las actividades cotidianas de los campesinos, pero cumpliendo celosamente las reglas, “aquí somos conscientes de que vivimos en una zona protegida y de la importancia de proteger los recursos”, aseguró Jorge.
Las autopistas de agua
Facilitar el traslado de personas y mercancías entre distintos puntos es otro de estos servicios que la naturaleza nos provee. Se trata de una actividad que para algunos representa una forma de ganarse la vida, pues en las comunidades ubicadas a la orilla del sistema de lagos del Canal, los botes y cayucos juegan un papel fundamental.
Armando Rodríguez es uno de esos transportistas; es un oficio que conoce a la perfección, pues aunque es un joven de 23 años, desde los 12 ya conocía cómo guiar una embarcación y comenzaba a brindar el servicio entre sus conocidos.
El lago Gatún ofrece la oportunidad de transportar a los residentes, pero al mismo tiempo presenta una serie de condiciones que cautivan a visitantes que acuden a estas comunidades atraídos a la posibilidad de pescar en el lago, por la belleza escénica, la naturaleza, la biodiversidad, los ríos y otros atractivos que los motivan a utilizar estos transportes y hacer los recorridos.
Servicios que nos benefician a todos
Karina Vergara, gerente encargada de la División de Políticas y Protección Ambiental del Canal de Panamá, explicó que los servicios ecosistémicos, son todos aquellos que recibimos los seres humanos, ya sea por los procesos, por la dinámica o la función que cumplen los ecosistemas.
Añadió que se pueden agrupar en cuatro tipos de servicios:
- Aprovisionamiento: Son los que tienen que ver con lo que consumimos, por ejemplo: alimentos, plantas medicinales, y el agua que es utilizada para consumo y para los procesos productivos.
- Culturales: Están relacionados a los beneficios que provee la naturaleza con su belleza escénica que sirve de fuente de relajación, y, en otros casos, para el establecimiento de negocios verdes como el ecoturismo.
- Regulación: Estos servicios se obtienen de la regulación de los procesos ecosistémicos, por ejemplo: la calidad del agua, purificación del aire, fertilidad en los suelos.
- Apoyo: Son aquellos que constituyen el fundamento del resto de los servicios pues facilitan su existencia, por ejemplo, las áreas donde viven plantas y animales.
El Canal de Panamá, a través del trabajo que se realiza con las distintas plataformas participativas y el trabajo conjunto con el resto de las instituciones, ha identificado aquellos servicios que más utilizan las comunidades de la Cuenca, para a su vez determinar qué necesitan o qué les agrega valor, aseguró la especialista.
En este sentido, agregó que, como parte de la gestión socioambiental que se desarrolla en la Cuenca, se avanza en el desarrollo de proyectos cada vez más integrales; es decir, no solo dirigidos al cuidado
del ambiente, sino que buscan acompañar estas iniciativas con oportunidades de negocios en los que las personas perciban de manera directa los beneficios que brinda la naturaleza, lo que producirá una sinergia entre las iniciativas.
Para el Canal de Panamá, las comunidades de la Cuenca son fundamentales para la conservación del agua, y por ello, promueve el desarrollo sostenible en estas zonas, para que los beneficios que nos proveen sigan llegando a todos los panameños.