El Canal de Panamá cuenta con nuevos instrumentos de planificación para fortalecer el manejo de su cuenca, tras la presentación y entrega de la Estrategia de Desarrollo Sostenible y Descarbonización (EDSD), y el Plan Indicativo de Ordenamiento Territorial Ambiental (PIOTA) de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CHCP).
Ambos instrumentos se desarrollaron a través de una cooperación técnica no reembolsable por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que inició con un diagnóstico integral de la Cuenca y un análisis de las tendencias y escenarios sobre la disponibilidad del recurso hídrico a futuro.
“Lograrlo no fue una tarea fácil”, dijo Rocío Medina Bolívar, representante del Grupo BID en Panamá, “ ya que esto trata de planes de un impacto enorme, considerando sus implicaciones desde el punto de vista económico y ambiental, además de los aportes que generará a la agenda de descarbonización del país y la del Canal”, expresó.
Todo esto luego de, aproximadamente, dos años de trabajo en los que fue fundamental la participación de los distintos actores que inciden en esta región.
Pero ¿de qué se trata y cuáles son sus aportes?
Diagnóstico integral
Conocer la realidad existente en la Cuenca canalera, resultaba prioritario para poder formular el PIOTA. En este diagnóstico se identificaron problemas y oportunidades analizados desde distintas ópticas.
Esto incluyó conocer las normativas existentes y los actores que influyen en el territorio, un estudio socioeconómico de la población, reportes de las características físicas del territorio, como la geografía y el recurso hídrico existente, entre otros.
El diagnóstico completo contempla además el análisis de los riesgos en el área, los servicios ecosistémicos y sus amenazas. Marion Le Pommellec, especialista senior en Desarrollo Rural del BID en Panamá, lo define como una especie de visión holística de la problemática existente en la Cuenca”.
Prospectiva: tendencias y escenarios
Esta serie de análisis técnicos que se desarrollaron con distintos escenarios para evaluar cómo la evolución del clima futuro puede transformar la realidad, y qué medidas de adaptación sería necesario implementar con el fin de minimizar eventuales impactos sobre las poblaciones, ecosistemas, infraestructuras y actividades en la Cuenca.
Siendo la gestión del recurso hídrico un elemento fundamental y directamente relacionado con las dinámicas naturales y socioeconómicas en la Cuenca, los mayores esfuerzos de estos estudios se concentraron en este aspecto. Para Le Pommellec, el objetivo era conocer la disponibilidad de agua a futuro, para lo cual se emplearon metodologías innovadoras en busca de resultados robustos.
Estrategia de Desarrollo Sostenible y Descarbonización (EDSD) de la Cuenca “Ruta Verde 2050”
Esta estrategia toma como referencia los escenarios analizados en el estudio “Prospectiva: tendencias y escenarios” , a fin de elaborar un instrumento que sirva de guía para acciones futuras.
Ello fortalecerá los impactos positivos y disminuirá los negativos de cada escenario. La finalidad de la EDSD es reducir la vulnerabilidad del sistema frente a los impactos asociados al cambio climático, mediante el fomento de la resiliencia y la capacidad adaptativa en las políticas y programas de desarrollo, considerando que los modelos actuales de desarrollo económico y social presentan características que incrementan la vulnerabilidad y agravan el riesgo frente a este gran reto.
La EDSD se desarrolla por medio de cuatro objetivos:
- Gestionar de forma integrada y sostenible el crecimiento de las áreas pobladas, propiciando que el crecimiento poblacional inteligente y ordenado;
- Regular el desarrollo de actividades productivas, promoviendo un desarrollo socioeconómico de bajo impacto
- Garantizar la preservación de los valores naturales, fortaleciendo las acciones para proteger el patrimonio natural y la biodiversidad;
- Asegurar la adaptación y promover la mitigación del cambio climático en la CHCP relacionado a la resiliencia de descarbonización.
Plan Indicativo de Ordenamiento Territorial Ambiental (PIOTA)
El PIOTA toma como base los productos anteriores para disponer de un instrumento que contribuya con el compromiso socioambiental, tomando en cuenta la gestión ambiental existente, el ordenamiento del territorio y los factores relativos al desarrollo urbano y rural.
Esto se hará a través del manejo integrado del territorio con una visión regional, incluyendo ecosistemas y áreas protegidas que constituyen cerca del 40 % de la Cuenca. Se establece, además, un enfoque de descarbonización, resiliencia al cambio climático y desastres, con el ánimo de conservar el recurso y mejorar las condiciones socioeconómicas existentes.
Le Pommellec considera que el PIOTA en conjunto con la EDSD establecen la ruta para lograr el desarrollo sostenible y resiliente de la Cuenca. Este camino beneficiará a quienes habitan y desarrollan actividades allí, al futuro de las operaciones del Canal y la disponibilidad de agua necesaria para suplir las necesidades de la zona metropolitana.
Las riquezas de un territorio
La Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CHCP) es un amplio territorio: tiene una superficie de 3,435 km² en la que existen ocho áreas naturales protegidas. Estas áreas suman 1.366 km²; es decir, 39.6 % del territorio donde, según los estudios realizados, habita entre el 41 y 67 % de la biodiversidad del país y es pieza clave del Corredor Biológico Mesoamericano. Daniel Rubio, director de Ciudad y Territorio de la empresa IDOM /México, quien estuvo a cargo del proceso, considera que la Cuenca es un escaparate de biodiversidad.
Pero, además, de una joya natural, la CHCP es el lugar donde habitan y desarrollan actividades productivas unas 239,000 personas, dispersas en tres provincias, seis distritos, 38 corregimientos y que se han establecido en 397 lugares poblados.
Se trata de estadísticas que, para el administrador del Canal de Panamá Dr. Ricaurte Vásquez, no pasan desapercibidas. Vásquez sostiene que todas las acciones para el desarrollo sostenible deben ser planificadas considerando a las personas que viven y dependen de la Cuenca. Allí, el Canal ya desarrolla programas de este tipo y que se diferencian debido a las características socioeconómicas de las distintas regiones.
Trabajo conjunto, la ruta en busca del éxito
La formulación del PIOTA solo fue posible gracias un proceso participativo que, sorteando las limitaciones que trajo consigo la pandemia, logró realizar 40 actividades de participación pública, en su mayoría virtuales, de las que fueron parte más de 860 actores institucionales, del sector productivo, Consejos Consultivos, Comités Locales, Municipios, ONG y universidades.
Proceder ahora con su implementación demandará nuevos compromisos. Tanto el Administrador del Canal como la representante del Grupo BID en Panamá coinciden en la importancia de establecer una hoja de ruta en la que se repartan las tareas y responsabilidades entre el Canal de Panamá y el gobierno central, y en la que, además, se incluya la participación y aportes del resto de las partes interesadas.
Para el Canal de Panamá, el recurso hídrico es una prioridad, por lo que, en conjunto con sus aliados estratégicos, seguirá impulsando aquellas iniciativas que promuevan su buen uso y conservación, así como el desarrollo sostenible de las comunidades de la Cuenca, cuyos moradores juegan un papel fundamental en estos esfuerzos.