Durante las siguientes semanas y hasta que regresen las lluvias que históricamente se calculan entre mediados de abril y principios de mayo, los especialistas canaleros deberán demostrar la certeza de sus cálculos del agua que se logró almacenar durante la temporada de lluvias, a fin de que alcance para suplir a más del 50 % de la población y para las operaciones canaleras.
En esta tarea, juega un papel determinante las acciones que se ponen en práctica para administrar el recurso, la consciencia de la población al hacer uso adecuado del mismo en estas fechas, pero sobre todo, saber cuánto pudimos almacenar durante los tiempos de lluvia. Erick Córdoba, gerente de la División de Agua del Canal de Panamá, cataloga la pasada temporada lluviosa como buena, más no excelente. Justifica su posición basado en que a lo largo del año, las lluvias en la Cuenca fueron constantes, sin embargo, lo que popularmente conocemos como verano, inició con un mes de anticipación. Nuevos retos se avecinan.
Aun así, a finales de noviembre del año pasado, se alcanzó el máximo nivel operativo de ambos embalses, lo que a juicio de Córdoba, “será suficiente para poder cubrir la demanda del líquido, tanto para las plantas potabilizadoras como para las operaciones canaleras, durante los próximos meses en los que las precipitaciones escasean”.
En este sentido, explicó que desde el pasado mes de diciembre, se pusieron en práctica las medidas de ahorro de agua en la operación del Canal, que incluyen el uso de las cámaras cortas en las esclusas panamax, la eliminación de las asistencias hidráulicas para el tránsito de los buques, lo que en conjunto con la utilización de las tinas de reutilización de agua en las esclusas neopanamax, constituyen acciones que ayudan a optimizar el uso del recurso, sin afectar el servicio que se brinda al comercio internacional.
En estos momentos, explicó el especialista, nos encontramos bajo los efectos del fenómeno de La Niña, cuya duración se pronostica hasta marzo, luego de lo cual pasará a neutro. Se trata de condiciones que garantizarán que el Canal pueda ofrecer un calado permanente en el caso de las esclusas panamax, mientras que en las neopanamax, se pudieran presentar variaciones mínimas en los meses de marzo o abril.
Lluvias: un impulso a las cosechas y a la protección ambiental
Un año de lluvias abundantes es un año de buenas cosechas, una muy buena noticia para los moradores de la Cuenca que, en un gran porcentaje, se dedican a las labores agropecuarias como método de subsistencia y que representan los principales aliados con los que cuenta el Canal para potenciar las acciones de protección del recurso hídrico.
Esta alianza entre el Canal y los productores ofrece beneficios mutuos, ya que por una parte se protege un recurso tan importante para el país y, por la otra, se protege el ambiente. El Canal desarrolla en estas áreas una serie de programas como parte de la gestión socioambiental, dirigidos a promover y facilitar la adopción de mejores prácticas de producción agropecuaria cuyos frutos ya son evidentes.
Karina Vergara, gerente encargada de Políticas y Protección Ambiental del Canal de Panamá, citó como ejemplo que, “según cifras del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), durante la pasada zafra de café, los productores lograron vender unos 14,000 quintales de este producto, lo que les representó ingresos por encima del millón de dólares.”
Se promueve también un programa denominado Agricultura familiar sostenible, que incluye alternativas para la producción de yuca, plátanos, cría de pollos, entre otros productos que ya están presentando resultados muy positivos.
El Programa de Incentivos Económicos Ambientales (PIEA) logró importantes avances con la adición de más de 2,000 nuevas hectáreas en proceso de reforestación, en las que se han sembrado 483,544 nuevos plantones. Los programas, explicó Vergara, se construyen en estrecha colaboración con las comunidades, a fin de que el beneficio quede en estas áreas, y los avances en el tema ambiental abran la ventana para el desarrollo de otras actividades como el ecoturismo que representa una fuente de ingresos para las familias en concepto de hospedajes, guías, transporte, alimentación, entre otros.
Proteger el recurso hídrico en la Cuenca implica también el fortalecimiento de la vigilancia en toda la parte productiva, industrial y comercial que se desarrolla en este sector, sostuvo Vergara. Explicó además, que en las áreas operativas se ha innovado con herramientas de transformación digital que harán más expeditos los procesos de comunicación cuando se presenten hallazgos en auditorías ambientales, a fin de que se implementen las acciones correctivas en el menor tiempo posible.
En busca del agua del futuro
El Canal de Panamá mira hacia el futuro, consciente de la responsabilidad de garantizar la disponibilidad de agua necesaria para consumo humano y las operaciones canaleras, adelanta el Programa Hídrico, una completa iniciativa que implica una serie de proyectos con los que se espera modernizar y ampliar el sistema de administración del recurso hídrico, que permitirá atender la demanda por los próximos 50 años.
John Langman, vicepresidente de la oficina del Programa Hídrico, explicó que los especialistas que adelantan los estudios llevan tres líneas de acción. La primera línea sería obtener conclusiones en el 2023 y tomaría alrededor de tres años desarrollar los proyectos recomendados. En este caso, investigan sobre alternativas que permitan que el Canal ahorre agua; es decir, que siga operando de manera eficiente, pero consumiendo menos.
La segunda es analizar opciones relacionadas a proyectos que deben ser desarrollados en áreas que están bajo de la jurisdicción del Canal de Panamá. En este caso, se menciona la posibilidad de segmentar el embalse Gatún, dragar el cauce de navegación, considerar cambios en las capacidades de extracción del embalse Alhajuela, entre otros.
Langman explicó que en el caso de que luego de analizar los resultados que se obtendrían de las dos primeras líneas de acción no se logren los objetivos, entonces se examinarían soluciones fuera del área de jurisdicción del Canal, y que se relacionan con mecanismos para reducir o trasladar algunas de las extracciones de agua a otras cuencas para disminuir la presión que se ejerce sobre la del Canal.
La administración del recurso hídrico es parte fundamental del Canal de Panamá, es por ello que, apoyado en el respaldo que recibe de los moradores de las comunidades de la Cuenca, en el talento de los colaboradores del Canal y en una visión de futuro, se trabaja para garantizar que el agua siga disponible para el consumo de la población y el crecimiento de la vía interoceánica para que genere aportes sostenibles al Tesoro Nacional.